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Parana » Vorterix
Fecha: 16/09/2024 08:16
Los contenedores –también llamados containers– para transportar mercaderías por barco se usan con este fin un máximo de 12 años. Es este el plazo estipulado para la vida útil de un contenedor, pero muchas veces se descartan antes. Históricamente quedaban abandonados en algún puerto, hasta que surgió la tendencia de reutilizarlos para transformarlos en principio en viviendas, y luego se sumó la opción de hacer oficinas, comercios, gimnasios y hasta hoteles. Este nuevo paradigma en la construcción modular e industrializada de residencias nació en 2001 en Holanda y se expandió a diferentes países, incluyendo a la Argentina, y en Entre Ríos hay varias empresas que trabajan con este tipo de propuestas. Darío, productor rural en la zona de Victoria, es uno de los clientes: necesitaba contar con una vivienda para un trabajador que está de modo permanente encargado de su campo. En esta opción encontró una solución rápida, con material noble y con la que logró resolver una cuestión de logística que con los modos de construcción tradicional se le hacía difícil. Sobre este punto contó a UNO: “Elegimos este modo de construcción por un tema de costos y también por una cuestión logística, ya que por ahí no todos los albañiles quieren ir al campo. Aparte, se encarece todo este proceso de edificar de manera tradicional por el traslado de los materiales, y porque siempre falta una cosa, falta otra, y es algo de nunca terminar, y tiempo es lo que no nos sobra en estos casos en que necesitamos una vivienda más rápido”. Asimismo, subrayó: “Otro tema es que si un día hay que vender el campo y uno hizo una construcción tradicional, es muy difícil que te la paguen como tal, y se pierde esa inversión. En cambio, a una casa hecha con un contenedor se la planta en el campo y el día de mañana se la puede cargar en una grúa y llevarla a otra parte, o venderla; es decir que es una plata que en general no se pierde”. El productor hizo alusión a otras ventajas que encontró en esta alternativa de vivienda y precisó: “Es además una construcción bastante fuerte y se hace un aislamiento térmico, por lo que la casa no es fría ni calurosa. Y es fácil de instalar, porque viene todo listo para conectar el cable de la luz, los caños de la cloaca y del agua, y se puede tener todo en funcionamiento enseguida. Ha sido muy útil recurrir a este tipo de vivienda”. Demanda en aumento Santiago Luti, socio de una empresa de Paraná que se dedica a este rubro, aseguró a UNO que “se ha ido incrementando notablemente la demanda”, y sostuvo: “Estos últimos años, incluso ya un par de años anteriores a la pandemia, a nivel país se empezó a buscar más contenedores con distintos usos, no únicamente para viviendas, sino también para oficinas y locales comerciales. Hay complejos comerciales en Córdoba y en Buenos Aires, por ejemplo hechos con contenedores. En Paraná empezó a llamar la atención y a haber más interés. En la zona del ex Hipódromo hay un local de ropa, además hay un gimnasio en un contenedor, un complejo de canchas de pádel y otro de fútbol, y hay oficinas en la ciudad en el Thompson. A medida que más se va viendo, más llama la atención y la gente se va a animando a este tipo de construcción”. “También hemos enviado nuestros productos a distintos lugares del país, como La Pampa, Salta, Jujuy; y a Punta del Este, en el Uruguay. En sí, la posibilidad de ser transportado y contar con buena calidad interior permite eso: llevarlo a cualquier lado”, aseveró, y añadió: “Dentro de Entre Ríos, creo que la mayor demanda está relacionada al campo, y es de viviendas para empleados y demás. Pero después tenemos, por ejemplo, en las zonas aledañas a Paraná, como Sauce Montrull y Colonia Avellaneda, viviendas tipo quinta para fines de semana, que tienen sus piletas, y hemos hecho muchas así en Villa Urquiza también, e incluso con contenedores unidos realizamos una vivienda de 60 metros contra el río. Y otras residencias en Victoria, en la aldea Santa María, María Grande, La Picada y demás”. Precio y otras ventajas “Obviamente tiene sus ventajas y sus desventajas, como todo método constructivo”, aclaró Luti, y agregó: “En este caso, un punto a favor es que se adapta especialmente a algunas cuestiones, y quizás las más importantes no sean únicamente la velocidad de construcción –el plazo por contrato es de 90 días, pero suele terminarse en 70 días– y la calidad estructural que ya tiene de por sí el contenedor, sino que lo más importante como cualidad y que lo hace único, es la posibilidad de que si tengo un contenedor convertido en una oficina y de repente quiero cambiar el uso lo puedo hacer, también lo puedo vender, desmontar de las bases y trasladar. Cualquier inversión que uno hace por ejemplo en un contenedor está puesta ahí y llegado el caso, lo uso por un tiempo y lo vendo, y es una inversión que es tangible y de la que se puede disponer. Esa posibilidad es única en el contenedor, y no sucede habitualmente ni con el Steel Framing, ni mucho menos con la construcción tradicional”. Consultado acerca de si es más económico que construir una casa de manera tradicional, señaló: “En términos generales, hoy estamos hablando de que más o menos la construcción tradicional está en torno a los 1.100 dólares del metro cuadrado. En el estilo de framing es aproximadamente de unos 950 dólares el metro cuadrado. Y en la misma calidad, un contenedor está a 750 dólares el metro cuadrado. O sea que es un 25% o 30% más económico. Es sustancial la diferencia, teniendo presente que estamos hablando de la misma calidad también de terminación y que en nuestra construcción ya viene incluida desde la grifería de la ducha, hasta el termotanque eléctrico, los muebles de cocina y el equipamiento en general. Cuando uno compara con la construcción de una casa en forma tradicional, el precio que te pasan por metro cuadrado no incluye estas cuestiones. Después, por supuesto que hay distintas calidades, y en ese sentido va a depender para qué uno utilice. Pero considerando igual calidad, va a un 30% más económico”. Características generales del contenedor reutilizado Luti explicó que la empresa ofrece el contenedor y la vivienda terminada. “Una vez que se cierran los contratos, se comunica nuestro departamento de arquitectura con el cliente y se termina diseñando de manera personalizada el contenedor. Si bien tenemos una cuestión estandarizada, no es la misma orientación del sol o de mi terreno que el de otra persona. Entonces puede ir cambiando también lógicamente lo relacionado con eso, por las vistas y demás. Se hace todo el proceso de obra en la planta de producción que nosotros tenemos e incluimos el traslado hasta el lugar donde se vaya a instalar”, dijo al respecto. Acto seguido, indicó: “El cliente tiene que ocuparse de los pilotines de apoyo, contratar la grúa de descarga desde el flete hasta donde tiene colocados los pilotines y la conexión de los servicios”. También manifestó que se puede disponer como un segundo piso de una vivienda tradicional, haciendo un cálculo estructural que determine que la loza soporte el peso que tiene el contenedor, que está estimada en unos 7.000 kilos. Por último, en cuanto al tamaño y cantidad de habitaciones aclaró: “Esto es una construcción modular y en un contenedor entran perfectamente una habitación, un baño completo cómodo y una cocina comedor para dos personas. Cuando es de dos habitaciones, el espacio intermedio se achica mucho. Hemos hecho, por ejemplo, para un campo acá cerca de Paraná, pero sólo por pedidos concretos”. “Lo que se sugiere en esos casos es unir contenedores: por ejemplo, a un contenedor grande que es de 40 pies, agregarle uno de 20 pies como para que tenga una segunda habitación, y en ese caso se generan 45 metros cuadrados. O también se puede hacer de dos contenedores grandes unidos que quedan 60 metros cuadrados”, concluyó. Fuente: UNO
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