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» Diario Cordoba
Fecha: 16/09/2024 05:56
Son las diez de la mañana y los músicos de la Orquesta de Córdoba están citados para el primer ensayo de la temporada. Todos vienen estudiados de casa, cada uno conoce al dedillo su partitura y ahora toca ponerla en común con un nuevo director. A la batuta, se sitúa el colombiano Juan Pablo Valencia, que llegó a ser director de orquesta tras una intensa formación como chelista, y cuya misión «es reinyectar energÃa a la interpretación del Concierto de Aranjuez y la SinfonÃa número 40 de Mozart que ya giró por la provincia en junio». La liga de la música clásica cordobesa empieza asÃ, con tres conciertos amistosos en los que los músicos desengrasarán instrumento y mente como preludio del concierto de apertura que tendrá lugar este jueves. Atrás quedan las vacaciones, en las que el violÃn, la flauta o el clarinete siempre viajan en el asiento de al lado. «Los músicos nunca aparcamos la música, por más que quieras parar el motor tenemos ese espÃritu de atletas de alto rendimiento que te obliga a visitar cada dÃa el instrumento, a seguir escuchando música y estar conectado», afirma Valencia. Esa similitud entre los músicos clásicos y los deportistas de élite se refleja en los niveles de estrés, horarios irregulares, exigencia técnica y horas de entrenamiento de ambas profesiones aunque en el caso de los músicos no sea tan visible. Rodrigo Simón, chelista de la Orquesta de Córdoba desde hace nueve temporadas, confirma esa realidad. «Esta es una profesión muy esclava, las vacaciones son importantes, pero son ficticias porque tú no puedes desconectar de tu instrumento para poder rendir al alto nivel que se exige», explica, «cuando me voy de vacaciones, el chelo va en el coche antes que mis hijas, más que el tercer hijo, es el primero», bromea. A veces desconecta un dÃa o dos, «pero lo normal es dedicar como mÃnimo dos horas de estudio y ensayo». Como en el deporte, hay que encontrar el equilibrio porque no están exentos de lesiones. «Cada músico tiene lo suyo, los de viento tienen problemas con los labios, los de cuerda, de espalda y dedos y todos, posibles dolencias neurológicas derivadas de los movimientos repetitivos y las posturas que adoptamos al tocar». En buena forma fÃsica La salud postural de los músicos es algo que no se tiene muy en cuenta, aunque la mayor queja en la Orquesta de Córdoba es la falta de una sede fija. Según los músicos, «urge tener un auditorio definitivo donde ensayar y ofrecer los conciertos». Actualmente, los ensayos son en la sala Polifemo, que tiene una acústica muy distinta a la del Gran Teatro, donde tienen lugar los conciertos de abono, lo que supone un hándicap artÃstico. «Después de 30 años de trayectoria, necesitamos un auditorio que dignifique el trabajo de la entidad cultural y musical con más peso de Córdoba», afirma Rodrigo Simón sin dudar. Cuando uno observa de cerca el trabajo diario de una orquesta puede imaginar los difÃciles equilibrios que, incluso en el mejor contexto, requiere hacer que todo fluya. Asegura el gerente de la Orquesta de Córdoba, Roberto Palmer, que una orquesta «es un grupo humano muy complejo porque está compuesto por profesionales de altÃsima especialización (cualquiera podrÃa dar un concierto como solista) que tienen que convivir con otros músicos, aceptar jerarquÃas, posiciones, protagonismos y domar egos que no son siempre fáciles de gestionar». Pese a todo, los músicos de la formación cordobesa coinciden en que «hay muy buena relación entre los compañeros y también con la gerencia». Solo falta testar el feeling con el nuevo director, Salvador Vázquez, al que conocen de algún concierto previo y por el programa elaborado para esta temporada. La prueba de fuego serán los ensayos para el Concierto de Apertura que dan comienzo esta semana. Profesionales La plantilla de la Orquesta de Córdoba está compuesta por 44 músicos, entre cuerdas, vientos y metales, de los cuales 7 son violines primeros, 7 violines segundos, 5 violas, 4 violonchelos, 3 contrabajos, 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, 3 trompas, 2 trompetas, 3 trombones y 2 percusionistas. El resto de instrumentistas se contratan como freelands cuando hacen falta. Hay familias musicales mixtas como la de los violines, con 5 hombres y 2 mujeres, otras formadas por hombres como los oboes o los clarinetes y otras integradas solo por mujeres como la de percusionistas y las flautas. Sin embargo, ellos ganan por goleada, 33 frente a 11. Una de las mujeres de la Orquesta es Amparo Trigueros, flautista natural de un pueblo de Valencia. Figura en la plantilla de la Orquesta de Córdoba desde hace tres décadas. «Empecé a tocarla flauta con 11 años, en la banda de mi pueblo, pero mi sueño era trabajar en una orquesta y por suerte, lo conseguû, recuerda, «aquà nos llevamos muy bien, hay buena sintonÃa». La gente les pregunta a menudo cómo pueden mirar con un ojo al director y con otro a la partitura, comenta, «supongo que es cuestión de práctica y de memoria». A veces, en los momentos de espera, la mente se eleva y ellos mismos se embelesan con lo que suena. Enamorada de los autores impresionistas, que dan más protagonismo a la flauta, asegura que la energÃa que se siente dentro de la orquesta en un concierto es muy intensa y que estarÃa bien que el público pudiera sentirlo «porque es increÃble». ¿Se imaginan? Música, maestro. Nuevos abonos: Tres conciertos por 19 euros La renovación de abonos de la Orquesta de Córdoba sigue su curso y, según el gerente de la entidad, Roberto Palmer, se espera que esta temporada, entre el 80 y el 90% de los abonados renueven su compromiso. Además, el objetivo de este curso es captar a nuevos públicos. «El 19 de septiembre se abrirá la venta de nuevos abonos y esperamos atraer a jóvenes de hasta 35 años (descuentos del 50%) y público familiar». AsÃ, recuerda que «los jóvenes podrán adquirir un abono mezzo de 6 conciertos por 22,50 euros y el abono completo por 48 euros». El público familiar puede hacerse con el de tres conciertos por 19 euros. Según Palmer, «somos la orquesta andaluza con los precios más asequibles para todo el público». Otro de los retos de esta temporada será avanzar en el relevo generacional y la cobertura de vacantes. Por eso, adelanta, «de forma inminente saldrán a concurso dos plazas fijas de violÃn tutti, una plaza de viola, dos de violonchelo tuti y una plaza de jefe de personal». Esperan que la media de edad de los candidatos «será baja y el nivel muy alto». SuscrÃbete para seguir leyendo
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