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» Diario Cordoba
Fecha: 14/09/2024 09:27
Todo lector habrá entendido de inmediato que con tal intitulación el articulista se refiere al desarrollo de la asignatura de Historia en nuestra enseñanza de nivel medio -el antiguo y muy bien recordado Bachillerato- durante el año académico que, en comparación con tiempos no muy lejanos, ha comenzado ya muy tempranamente. La actitud esperanzada de los años aludidos se ha trocado hodierno en otra de muy diferente naturaleza, lindante con el pesimismo más esterilizador. Si en los cursos inmediatamente precedentes la coyuntura que envolviese su despliegue fue sombría y casi aborrascada por la pretensión ministerial de reducir de manera drástica su trayectoria al acotarla de modo único entre el siglo XIX y el tiempo posterior, su andadura en el curso 2024-25 no ofrece perspectivas más halagüeñas al pretender legitimar «científicamente» su concentración en la etapa de «la historia reciente», con muy leves y desfiguradoras pinceladas acerca de algunas de las fases más antiguas. Tal perspectiva, más propia de un concurso televisivo de gran audiencia conforme a los criterios imperantes en casi todos nuestros medios informativos, ha embargado de confusión y, sobre todo, de ira y hasta de humillación a los sectores prevalentes y silentes en las filas del profesorado de grado medio, heredero de un cuerpo de Catedráticos de Enseñanza Media orgullo y prez de nuestra cultura, incluida la elaborada durante la dictadura franquista. Afortunadamente como en tiempos de Federico II de Prusia (1712-1786), cuando «todavía había jueces en Berlín» para impartir justicia sin acepción de personas como pudo comprobarlo el humilde campesino en pleito con el monarca absoluto, aún hay en España no escasos catedráticos de ambos sexos para afrontar sanciones y persecuciones de la alta inspección ministerial en defensa de una Historia auténticamente provechosa y creativa para los millones de alumnas y alumnos que hoy se estrenan en el aprendizaje de una materia que se revelará sustancial e insustituible para su mejor formación y muy útil en cualquier oficio o situación. Genérica e individualmente son acreedores preferentes de la colectividad española, tan necesitada de comportamientos semejantes en muchos otros terrenos de su actividad cuotidiana. El anciano cronista se beneficia del trato y amistad con no pocos de entre ellos -numerosas mujeres incluidas- que enriquecen a diario su conocimiento de un saber tan entrañado, y asimismo de la posición de innumerables de sus conciudadanos en asunto tan grave y trascendental como el significado por la conciencia histórica y la asunción madura y responsable de la obra de nuestros antepasados de los días de la Reconquista y de la Segunda República. Pese a su inclinación por la ‘vita umbratilis’ algunos serán objeto de digna mención en un inmediato artículo. Suscríbete para seguir leyendo
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