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» Diario Cordoba
Fecha: 14/09/2024 02:05
Cómo supo el triunfo. El cordobesismo empezó la noche inquieto y la terminó con fiesta. Quien más y quien menos estaba ya harto de escuchar que el blanquiverde era un equipo mejor que lo que decían los resultados. Seguro que Iván Ania, el que más. No hay discurso que se sostenga si no cuadran las cuentas. Esta vez salió el plan. El Córdoba de la primera parte era un equipo ofensivo inofensivo hasta que apareció Carracedo. El de Hospitalet se ha calentado. Ya tiene competencia interna, algo que siempre estimula, y además está en la edad -va para los 29 años- en la que uno entiende que ahora o nunca. Salió a reivindicarse en el momento justo: cuando se acercaba el tiempo de descanso y después de que el Deportivo, tirando del talento de Yeremay y Lucas Pérez, hubiera sembrado el pánico con dos ocasiones. El gol de Carracedo, con dedicatoria Su gol dio sentido a lo que venía haciendo el equipo de Iván Ania, que no era más que lo de siempre. Posesión, presión alta, atrevimiento... y colección de frustraciones en el área contraria, con caídas en fuera de juego y esa irritante sensación de ver que el plan no culmina. Elaboraciones largas, con Sala omnipresente, para soluciones apresuradas. Mal asunto cuando el adversario es del calibre del Depor, cuyas contras helaban el corazón de los cordobesistas. Luego, claro, tocó sufrir. Nadie se sorprendió por ello. Ni en el campo ni en la grada. Ania tocó el dibujo con los cambios, Carlos Marín confirmó que su progresión va en la línea ascendente de su equipo en el escalafón del fútbol español, Obolski enseñó colmillo... Esto es la Segunda División, amigos. El Córdoba fue consecuente con su ideario. Se defendio atacando. Eso sí, con los nervios propios de la situación. En el añadido, penalti a Ander Yoldi, que salía disparado con el crono consumiéndose. El navarro hizo el 2-0 y el árbitro decretó el final. La celebración estuvo a la altura de la situación. El Córdoba llevaba más de cinco años sin ganar un partido en el fútbol profesional. Como para no volverse loco, aunque solo por un rato. Suscríbete para seguir leyendo
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