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Valle María » Vallemarianoticias
Fecha: 13/09/2024 09:35
La Cámara de Diputados sancionó la reforma jubilatoria de Maximiliano Pullaro en medio de un caos pocas veces visto en la provincia. La reacción de la oposición. 12:46 fue la hora bisagra en la que el día se dividió en dos. En ese momento la puerta de la Legislatura de Santa Fe, empujada por manifestantes, se abrió y el clima tenso se transformó en explosivo. A nueve metros la sesión se empezó a distorsionar: gritos, quejas, desconcierto y una ley de reforma previsional que se aprobó. El jueves comenzó cruzado. A primera hora la Legislatura fue totalmente vallada, el ingreso a la explanada, que es donde se hacen las manifestaciones, iba a estar totalmente vedado. “Prácticamente se militarizó”, describió un empleado del palacio. En el socialismo no cayó de la mejor manera esa medida -postura que coincide con otros espacios políticos- y tras algunos intercambios el gobierno procedió a levantarlas. Con el correr de las horas las columnas gremiales y partidarias que llegaron de distintas partes de la provincia se fueron agrupando. La manifestación fue tumultuosa e importante, pero la explanada no rebalsó. Se montó un escenario, se pintaron e imprimieron carteles con críticas de alto voltaje para los diputados y diputadas, el gobernador Maximiliano Pullaro y en “defensa” de la Caja de Jubilaciones. En el techo asomaban cinco policías que controlaban y monitoreaban toda la situación mientras un dron volaba sobre la explanada. Con el transcurrir de la mañana y la aparición del mediodía se empezó a ordenar el tablero y se comenzaron a visibilizar en los rostros de los legisladores y legisladoras las diferencias internas en Unidos, no es algo novedoso mencionar que el PS tiene chispazos con la UCR, y un peronismo que intenta, pero sostiene una unidad atada con alambres. Paralelamente la figura de Amalia Granata y su espacio Somos Vida fue tomando protagonismo. Por algunos minutos la puerta trasera de la Legislatura se transformó en un polo de atracción. Por allí ingresaron los legisladores y legisladoras, pero también se acercaron manifestantes y algunos gremialistas que querían entrar al edificio. Hubo algún que otro forcejeo, pero no pasó a mayores. Gremios, Constitución y piedrazos en Santa Fe Por pedido de algunos diputados y diputadas, como Amalia Granata, Miguel Rabbia y Pablo Farías, sindicalistas lograron entrar a las gradas. Poco a poco la tensión iba escalando y la policía se ocupó de vallar rústicamente las puertas internas con algunos fierros, otros elementos y hasta se vio que utilizaron un caballete. Afuera se seguía por pantalla gigante la discusión y los ánimos se exacerbaban cada vez que hablaba un oficialista. Mientras la sesión transcurría, en el “mundo exterior” explotaban bombas, los cánticos se multiplicaban y todo eso hacía eco en la transmisión oficial. El malestar aumentó. Creció a tal punto de que un grupo de manifestantes se arrojó sobre la puerta principal y empezó a empujar. Era el último dique de contención que separaba a la multitud con el hall de la Legislatura. Las resistencias se vencieron y la puerta se abrió. A partir de ese momento, el día se desvirtuó. Se cortaron con las argumentaciones que estaban haciendo los bloques y se procedió a votar. En cuestión de minutos se aprobó por general y por títulos y el conteó tuvo fallas. Tras ese raid de ansiedad legislativa se llamó a un cuarto intermedio y la presidenta Clara García levantó la sesión. Granata desplegó su capacidad para tomar el centro de la escena y se empezó a desplazar por el recinto con una Constitución Provincial en la mano. La oposición se quejó por lo que hizo la presidencia y pidió que se vuelva a votar: horas más tarde volvieron al recinto y eso no ocurrió, solo hubo una aclaración de cómo votó cada espacio. Afuera era un caos. Volaban piedrazos, bombas de estruendo y quienes estaban en el hall debieron salir corriendo. Una situación atípica para la Legislatura de Santa Fe que llevó a que la presidencia decidiera realizar una denuncia. La policía reaccionó, lanzó gas pimienta y gases lacrimógenos y el grupo que estaba allí se empezó a dispersar. No hubo ingresos al edificio pero sí siete efectivos terminaron heridos. Luego de unos minutos la situación tendió a normalizarse. ¿Jueves bisagra? La tropa de Unidos le sigue respondiendo al líder Pullaro. De hecho la reforma se aprobó solo con los votos oficialistas. Por los pasillos andaban el ministro de Gobierno, Fabián Bastía y el senador Felipe Michlig. Habrá que esperar que pasen las horas para saber qué secuelas deja la jornada frenética que se vivió en el casco histórico de la capital. En el horizonte aparecen dos temas trascendentales que le tomarán el pulso al clima interno de la coalición: Reforma Constitucional y la disputa Ejecutivo-Corte Suprema. Mostrando unión interna, el interbloque de Unidos sacó un comunicado cuando terminó la sesión: “La Cámara de Diputadas y Diputados sesionó en un marco de absoluta legalidad y precedió a una votación válida”. “Se ha logrado, a este costo importante de siete empleados con lesiones, el objetivo de restituir la normalidad de la Legislatura por completo y controlar las inmediaciones”, fue el balance que hizo el ministro de Seguridad Pablo Cococcioni horas más tarde.. El peronismo se encolumno y no exteriorizó fisuras a la hora de votar, pero aún sigue mostrando que le falta orden. Los puentes entre sus tribus son débiles y no hay un trabajo en conjunto. Tal vez este episodio genere alguna reacción interna que mueva el árbol justicialista. Una de las grandes ganadoras de la tarde fue Granata, realizó su “show”, le pegó a Unidos y se mostró como una referencia opositora. Letra P
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