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» Diario Cordoba
Fecha: 13/09/2024 09:25
El actual Palacio de Congresos, antiguo hospital de San Sebastián durante varias centurias, fue testigo esta semana del merecido homenaje de la sociedad cordobesa al doctor Manuel Concha Ruiz, pionero de la cirugía cardiovascular que, tras una amplia formación con los mejores especialistas y hospitales del mundo, con su trabajo desde 1977 puso a Córdoba como referente nacional e internacional en este campo de la medicina. No solamente asistieron los compañeros del gremio médico, sino buena parte de la ciudadanía representada por su alcalde, en muestra de la gratitud de la ciudad. Gracias por los 779 trasplantes que salvaron otras tantas vidas, realizados en el hospital Reina Sofía desde que en mayo de 1986 el doctor Concha realizara el primero, abriendo caminos que otros siguieron. Gracias por haber formado a decenas de médicos que continúan su estela y haber puesto a Córdoba en el mapa mundial de la medicina. Por haber traído a nuestra tierra a los mejores referentes en esta especialidad. Y, sobre todo, por haberlo hecho desde esa exquisita elegancia y sencillez que sólo poseen las grandes personalidades de talla única y excepcional. Otros artículos de Francisco García-Calabrés Cobo Tormenta de verano Un nuevo tiempo Tormenta de verano Escucha solidaria tormenta de verano Refugio climático Manuel Concha presentó, además, su libro A corazón abierto, que recoge los más destacados cirujanos cardiovasculares a lo largo del siglo XX. En su exposición señaló la capacidad de trabajo de todos ellos, su dedicación y pasión por la medicina, su formación exhaustiva y, sobre todo, la sensibilidad y humanidad de estos profesionales, con jornadas interminables y grandes sacrificios personales. Entre cuya nómina es de justicia incluir a este catedrático de Cirugía de la UCO, quien une a sus cualidades científicas su vocación humanista. Como señaló Manuel Pimentel en su presentación, acercarse a la trayectoria intensa y fecunda del doctor Concha es un elogio a la excelencia, superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estima como dice la RAE; que no es un acto aislado, sino un hábito constante en la persona de este jefe de servicio de nuestro hospital de referencia y Medalla de Andalucía en el año 1991. Manifestaba el ilustre galeno en una reciente entrevista que, sobre todo, quiere ser recordado como un hombre bueno que ha pasado por la vida intentando hacer el bien. Y lo será, sin duda, como un hombre bueno y excelente, con el que Córdoba y la ciencia tiene una deuda de gratitud infinita. Personas así alimentan nuestra esperanza en el ser humano. ¡Gracias! Suscríbete para seguir leyendo
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