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» Diario Cordoba
Fecha: 13/09/2024 09:01
Aunque el turismo en montaña ha crecido considerablemente, los esfuerzos para garantizar la seguridad de los excursionistas y deportistas no siempre han estado a la altura. Para comprender cómo gestionar mejor los riesgos en estos entornos, es necesario evaluar el nivel de compromiso con la seguridad que tienen las organizaciones y autoridades locales. Hay modelos que permiten entender estas actitudes, como uno que categoriza la evolución de la cultura de seguridad en diferentes fases. En los niveles iniciales, el enfoque suele ser reactivo, abordando problemas solo cuando ya han ocurrido. Este tipo de mentalidad a menudo lleva a acciones poco coordinadas y a una falta de preparación adecuada. Las verdaderas mejoras en seguridad ocurren cuando la prevención se convierte en un componente central de las políticas de cualquier entidad o grupo responsable de la gestión de áreas de montaña. Es crucial que la seguridad deje de ser vista como un tema que concierne solo a ciertos actores, como los técnicos de seguridad, y se entienda como una responsabilidad compartida. Un enfoque verdaderamente efectivo incluye medidas proactivas, donde se prioriza la planificación y se considera la seguridad como un valor fundamental. Accidentes en montaña y la perspectiva de los medios Los accidentes que ocurren en las montañas a menudo reciben mucha atención mediática, especialmente en la prensa local y regional. Este interés puede parecer desproporcionado, dado que la mayoría de estos incidentes afectan a grupos pequeños o individuos aislados. Sin embargo, hay varias razones por las que estas noticias son relevantes: en primer lugar, las montañas son un destino turístico importante y, en segundo lugar, representan un entorno en el que la percepción de seguridad es fundamental para los visitantes. A pesar de la gravedad de algunos accidentes, la reacción social suele ser considerar estos incidentes como eventos esporádicos, típicos del verano, similares a los incendios forestales. Existe una tendencia a pensar que quienes se ven afectados son personas imprudentes o sin preparación. No obstante, los datos muestran que, aunque la tasa de accidentes ha ido en aumento, estos no son alarmantes en comparación con otras cuestiones de salud pública. El turismo activo, cada vez más en auge. / Shutterstock Necesidad de estrategias de prevención más eficaces El enfoque actual de las autoridades ha sido principalmente preventivo, pero de manera superficial, basado en consejos que a menudo no llegan de forma efectiva a los turistas o visitantes. Un enfoque que dependa solo de la difusión de recomendaciones no será suficiente para enfrentar los desafíos de seguridad en la montaña. Es necesario adoptar una estrategia más profesional y estructurada, que incluya indicadores claros para medir el impacto de las acciones y permita ajustar las políticas según los resultados. Mirando ejemplos exitosos, como la reducción de accidentes de tráfico en España, podemos ver cómo una combinación de medidas preventivas y de control, basadas en datos y en la toma de decisiones objetivas, puede ser eficaz. Implementar herramientas similares en el contexto de la montaña, como sistemas de vigilancia, controles más estrictos y guías profesionales, podría ser un cambio decisivo para mejorar la seguridad. Las mejoras en seguridad ocurren cuando la prevención se convierte en un componente central / Shutterstock Una gestión de riesgos más integral Para abordar de manera efectiva los desafíos de seguridad en montaña, es crucial adoptar un enfoque más integral y coordinado que vaya más allá de las estrategias tradicionales. No basta con depender únicamente de recomendaciones generales; se requiere de un plan concreto que incorpore tanto la experiencia de los profesionales del riesgo como el uso de tecnología y datos para anticiparse a posibles incidentes. Estas son algunas estrategias clave que pueden ayudar a mejorar la gestión de la seguridad en las áreas de montaña: Profesionalizar la Gestión del Riesgo: Involucrar a expertos en seguridad, como guías de montaña y equipos de intervención, es fundamental. Las campañas deben ser lideradas por quienes tienen experiencia directa en la gestión de riesgos, en lugar de depender de enfoques burocráticos o alejados del terreno. Puntos de Información en el Terreno: La información y formación de los visitantes deben proporcionarse en los lugares clave, como puntos de entrada al medio natural, centros de visitantes y alojamientos locales, donde los expertos en gestión de riesgos pueden tener un impacto directo. Educación y Comunicación Efectiva: Es esencial una coordinación nacional para educar a la población sobre la seguridad en montaña, que integre tanto a las comunidades locales como a los turistas que visitan estas áreas. Uso de Tecnología y Datos: El análisis crítico de los datos sobre accidentes y rescates es clave para entender las tendencias y desarrollar estrategias más efectivas. La creación de un observatorio especializado, gestionado por expertos en seguridad, permitiría monitorear los riesgos y ajustar las políticas en tiempo real. Estrategias Integradas con Otros Territorios: Aprender de países con experiencias similares y adoptar metodologías probadas puede proporcionar nuevas perspectivas para gestionar el riesgo en montaña de manera más eficaz. La seguridad en las montañas no debe considerarse un tema secundario ni abordarse con soluciones simplistas. La gestión del riesgo en estos entornos debe ser un esfuerzo colaborativo, donde cada parte interesada, desde los gobiernos hasta los turistas, juegue un papel activo en la construcción de un entorno más seguro y preparado.
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