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  • Cuestionamientos injustos

    » El Esquiu

    Fecha: 13/09/2024 08:05

    domingo, 8 de septiembre de 2024 01:02 La inauguración de la gigantesca Imagen de la Virgen del Valle en El Rodeo despertó asombro y admiración, pero casi de inmediato generó toda clase de críticas, específicamente cuando se dieron a conocer los costos de las visitas al imponente monumento, que varían entre los 5.000 y 20.000 pesos. A partir de allí se empezaron a viralizar críticas, con acusaciones de que se mercantilizaba la fe, se buscaba hacer negocios con la Imagen de la Morena o que se usaba a la Virgen para recaudar dinero. En verdad se trata de cuestionamientos injustos, porque el desarrollo turístico que tanto anhela Catamarca y por el cual se viene trabajando con tanto esfuerzo, requiere estas acciones, que en nada empañan lo sagrado, lo espiritual y lo trascendente. El turismo religioso funciona de esa manera literalmente en todo el mundo. Para visitar el Cristo Redentor en Río de Janeiro (Brasil), se paga una entrada que va de los 33 a los 97 reales, para entrar a la Cripta de Notre Dame en Paris (Francia), se debe pagar de 3 a 6 euros; para conocer los túneles del sector occidental del Muro de los Lamentos en Israel, se cobra entre 17 y 35 séquel. Son todos lugares de profundo contenido religioso, pero las obras cuestan y no sólo eso: en cada sitio trabaja personal que debe percibir un sueldo, hay atención a los turistas, y cada estructura requiere mantenimiento que implica gastos. Se cobra también para visitar los Museos Vaticanos (20 euros), y en la propia Plaza de San Pedro funciona la Ufficio Pellegrini e Turisti, que son las oficinas de Turismo de la Santa Sede. Nada de malo hay en ello, al contrario, se generan recursos y trabajo. La Virgen gigante de El Rodeo motivará miles de visitas cada año, movilizará el turismo, y nada de eso marcha en contra de la fe o las creencias religiosas. Sería mejor valorar lo que se ha hecho, y comprender que las entradas tienen en realidad un bajo costo, menos que dos paquetes de cigarrillos y menos que una salida al cine. Tanto que se reclamó por años que se hicieran obras para potenciar las bellezas naturales de Catamarca y sumar atractivos, ahora que se hacen no asumamos una postura tan negativa y sin sentido. Indefendible En un cruce con el libertario Adrián Brizuela, el diputado Alfredo Marchioli se lanzó a una cruzada imposible, al intentar reivindicar la utilización de los recursos generados por la minería en los gobiernos del Frente Cívico y Social. “El destino de los recursos mineros en la época del FCS están a la vista y son utilizados diariamente por los catamarqueños”, esbozó como argumento el presidente de la UCR, en un noble esfuerzo por proteger a su espacio, que lamentablemente se hace insostenible para cualquier catamarqueño que tenga más de 30 años y un mínimo de información. Sólo con los ojos cerrados y un fortísimo ataque de amnesia podría defenderse una gestión de regalías nefasta, que llevó a dilapidar miles de millones de dólares, a perder recursos, a tercerizar contratos que terminaron dejando a la Provincia como mera espectadora de negocios ajenos, con tanta debilidad que incluso las obras impuestas por Responsabilidad Social Empresaria se hacían en Tucumán y no en Catamarca. El despilfarro de fortunas de Bajo La Alumbrera está documentado por el propio Tribunal de Cuentas, y se replicó tanto en Provincia como en municipios, a tal extremo que las obras que pudieron hacerse no representan ni el 10 por ciento de todo el dinero que ingresó a Catamarca por la extracción de oro y cobre, dinero que en su gran mayoría se esfumó sin dejar nada a los catamarqueños. El Frente Cívico y Social gobernó en épocas de vacas gordas y no generó nada: al contrario, incrementó la cantidad de agentes de la administración pública en casi un 30 por ciento. Está bien que las redes sociales inviten a lanzar consignas vacías y discusiones superficiales, pero a Marchioli no le convendría profundizar esta cuestión, porque saldrá muy mal parado. La experiencia de Bajo La Alumbrera sólo le sirvió a Catamarca como un Manual de lo que No Hay que Hacer. Recuerdos Los primeros días de septiembre son intensos en cuanto a las efemérides catamarqueñas, ya que tres sucesos que dejaron su huella ocurrieron en estas fechas. Hace 34 años, desaparecía la adolescente chacarera María Soledad Morales, hallada luego sin vida, en un hecho muy doloroso, macabro e irresuelto que desató un escándalo político-judicial sin precedentes en el país. Hace 22 años, un ídolo popular como Walter Olmos perdía la vida en extrañas circunstancias, manipulando un arma de fuego que se disparó y puso fin a la brillante trayectoria del cantante cuartetero. Y hace 20 años, el Valle Central se vio sacudido por un fuerte terremoto que se sintió en gran parte de Argentina y hasta en países vecinos. Este suceso es recordado por la Iglesia Católica, que atribuye a la Virgen del Valle el hecho de que no se hayan contabilizado víctimas fatales aquella mañana. Ese recuerdo no estuvo ajeno a las controversias, ya que llegó a aprobarse en la Legislatura un proyecto que instauraba el “Día del Milagro”, cuando claramente los legisladores no tienen facultades para determinar si ocurrió un milagro o no. Por eso con el tiempo, para evitar discusiones, se cambió el nombre por “Fiesta de la Protección”. El Esquiú.com

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