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  • Jueza del Superior Tribunal de Justicia se refirió al impacto de la Inteligencia Artificial en la sociedad

    » El Liberal

    Fecha: 13/09/2024 07:39

    La vicepresidenta segunda del Superior Tribunal de Justicia, Dra. Ana Rosa Rodríguez, expuso en las Jornadas de Investigación y transferencia: "Conversaciones Con-CIENCIA", oportunidad en la que integró el panel "Conversaciones sobre IA en Derecho, la salud y las Ciencias Sociales", con el Dr. Hernán Seoane y Lic. Juan Pablo Salomón. El encuentro tuvo lugar en el Salón Auditorio de la Universidad Católica de Santiago del Estero y en esta oportunidad, la magistrada se refirió al "Impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en los derechos fundamentales", explayándose sobre el efecto generado por la IA en el ámbito laboral en general, su posible futuro, la reglamentación legislativa, y su impacto en materia de derecho de propiedad intelectual y su posible intromisión en materia de datos privados personales. También te puede interesar: Estudiantes de Abogacía de la Ucse visitaron Tribunales Se interiorizaron sobre la estructura funcional del Poder Judicial provincial. Al iniciar su alocución, la Dra. Rodríguez, introdujo su temática refiriéndose a la IA y su impacto en los Derechos Humanos Fundamentales, la autodeterminación informativa y la propiedad intelectual. En este marco, explicó: "Nos encontramos viviendo algo similar a lo que ocurrió durante la Revolución Industrial en Inglaterra, donde la llegada de la máquina de vapor generó gran controversia social ante la posibilidad de que la tecnología le quitara el trabajo a las personas. En realidad, fue sustituirlas en ciertas actividades y generar nuevos puestos laborales, en mejores condiciones". "Por entonces, continuó, surgieron detractores a la Revolución, llamados "Ludistas" y en la actualidad tenemos a los "Neoludistas", que se oponen o tienen sus reservas respecto a la IA, debido a los riesgos que su desarrollo, sin límites, puede tener en la humanidad". A continuación, la conferencista retomó este punto explicando que, si bien algunos de los temores que la gente tiene en relación al nuevo avance es fundado, la mayoría de ellos se debe a la falta de conocimiento de los beneficios que la IA puede reportar a la sociedad, siempre y cuando esta se encuentre legislada. De modo tal de imponer los límites éticos y sociales con los que contamos los seres humanos, asegurando así que la tecnología, que se desarrolla a una gran velocidad, no sea destinada para fines ilícitos e inmorales". Por tal motivo, en junio de este año la Unión Europea emitió una nueva legislación tendiente a reglamentar las Inteligencias Artificiales, las que marcaron vanguardia, ya que no se intenta detener el desarrollo de las mismas, sino brindarle un soporte ético en el cual desenvolverse, que solamente la visión y la transparencia, a través del control humano, lo puede generar". "El objetivo aquí, no es crear una IA librada al azar, sino una sobre la que el ser humano tenga la última decisión", manifestó. Asimismo, se explayó sobre la importancia de la existencia de una reglamentación sobre las IA generativas, considerando que las mismas en solo segundos son capaces de replicar, combinar y generar composiciones en las que se incluya el trabajo generado por una persona, agraviando de forma destacada sus derechos intelectuales y trabajo. Al respecto dijo: "El estado del arte es dinámico, casi tan dinámico como el desarrollo de estas nuevas tecnologías y Europa se encuentra a la vanguardia en estas temáticas; es importante que nuestro país tenga en cuenta estos principios". Finalmente, explicó que con tanta evolución y tan rápida, se hizo necesario establecer la prohibición de que la tecnología se inmiscuya en el tratamiento automatizado de emociones, porque a través de esto, se pueden determinar las intenciones de las personas e inclusive manipular el comportamiento. "Por primera vez, se van a conectar los datos biométricos con las emociones, porque estas últimas, por sí solas no son un dato, pero cuando estas se enlazan con datos biométricos, se abre la posibilidad de hacer un reconocimiento facial. A partir de ese momento, esta se vuelve un dato, capaz de ser interpretado por una IA y que por ende debe protegerse", resumió. "Estos datos, significan un derecho sustantivo en el sentido que el sujeto, tiene la potestad de decidir qué hacer con ellos. Esto representa la autodeterminación informativa, es decir, que es la persona humana quien tiene la potestad de ceder o no los datos y es esta esfera la que debe resguardarse del alcance de estas nuevas tecnologías", finalizó la magistrada.

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