Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Bocadillos de jamón

    » Diario Cordoba

    Fecha: 09/09/2024 07:26

    Cuenta una amiga mía que su marido y ella fueron invitados a un congreso que se celebraba en un espectacular hotel de la costa. El traslado desde Córdoba hasta el hotel era en un autobús puesto por los organizadores a disposición de los congresistas para evitarles cualquier molestia. Como el autobús salía a las nueve de la mañana, desayunaron en su casa lo habitual -pan con aceite, fruta y algún fiambre- quizá un poco más por aquello de estar preparados para lo que pudiera pasar; por eso se sorprendieron cuando el autobús, que sólo había recorrido unos pocos kilómetros, salió de la autovía y paró delante de un bar de carretera de esos que, además de vender de todo, tienen a lo largo de la barra, colgados del techo, un montón de jamones con su cazoleta pinchada abajo para recoger la grasa que rezuman. Los demás congresistas, acaso más expertos, no se extrañaron, sino que se acercaron a la barra y con toda naturalidad y a grito pelado, porque se habían formado varías filas, comenzaron a pedir cafés con leche y bocadillos de jamón. Mi amiga y su marido, que como ya sabemos estaban más que desayunados, se miraron a los ojos y se consultaron sin mediar palabra alguna y una vez obtenida la mutua aprobación, los dos gritaron al unísono: “¡Un café con leche y un bocadillo de jamón!” Según su opinión eran unos bocadillos suntuosos, bien costeados por dentro y por fuera en cuanto a calidad y cantidad y no quisieron hacer un desprecio a tan generosa invitación. O sea, que se los tomaron a la fuerza para quedar bien. Desde luego, al inventor o inventora del bocadillo deberíamos dedicarle tantos monumentos como a Colón, que lo mereció tanto por lo del huevo como por atravesar el Atlántico y plantarse en la otra cara de La Tierra. Y es que la idea de abrir un panecillo o un trozo de pan en dos mitades, y colocar entre ellas otro alimento, es decididamente genial. A posteriori parece sencillo, como ocurre con la tortilla de patatas o la pizza, pero hay que tratar de imaginar la primera vez. Claro está que hay muchas clases de bocadillos, atendiendo al tamaño, al continente y al contenido, pero el de jamón -jamón serrano y mejor si es ibérico- sigue siendo el rey. Y es que a veces el hambre, la más incisiva y atrasada, no se remedia más que con un bocadillo de jamón, que además tiene la ventaja de caer bien a cualquier hora. Imaginen ese pan, ligeramente tostado, bajo cuyo calor las lonchas de jamón, cortas y delgadas para impedir atragantamientos, se ablandan y amoldan cediéndole al pan parte de sus jugos... Si corren a la cocina para hacerse uno ahora mismo, de salud les sirva. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por