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» Diario Cordoba
Fecha: 09/09/2024 07:24
Cuando alguien tiene pasión por algo jamás desfallece, no abandona y sigue luchando por conseguir sus objetivos. En Castro del Río, la ilusión de unos aficionados al flamenco que se reunían para hablar del arte jondo se vio plasmada en una entidad que este año celebra su cincuenta aniversario, la Peña Flamenca Castreña. Para tal efemérides la entidad ha organizado varios actos en los que el más llamativo es la actuación de José Mercé este próximo martes en el festival denominado Mecedora de Olivo Flamenca. Nombre más autóctono no puede haber. Pero hasta llegar a este día, los socios de La Castreña han visto pasar medio siglo de esfuerzos y de avances, a veces más fáciles, a veces no tanto. Desde aquellas primeras reuniones en bares como La Bicicleta, la taberna de Rafalito Pinillo o el mesón El Zorro o aquellas escapadas a lugares como Montilla, Córdoba o Mairena para escuchar «a los más grandes del momento», en palabras de su relaciones públicas, Julio Porcel, hasta poder disfrutar de unas instalaciones como las actuales, en la Ronda de Granadillos, han sido muchos los socios que han aportado su ilusión, sus ideas y hasta sus manos para hacer sus deseos realidad. La ilusión de aquel grupo de apasionados empezó a tomar forma en una primera asamblea que se celebró el 23 de febrero del año 1974. Solo quince personas asistieron a aquella primera puesta en común, de la que surgió la comisión organizadora, con Antonio Urbano al frente. Los inicios fueron muy precarios, cuenta Porcel, que por aquel entonces no había nacido. Por eso recurre a un artículo de Francisco Morales Basurte (expresidente de la entidad) para abordar su historia. Tan pobres como que todo se desarrollaba en un cuarto de la planta alta del Mesón El Zorro, cedido por su dueño, Lorenzo Ruiz, al que recuerdan los peñistas con cariño. La andadura formal de la entidad fue inaugurada en la feria de Santiago del municipio, dándole carta de naturaleza en el patio de Pepe el Mirri, Luis de Córdoba y Chaparro al cante, con el toque de Pepe Sacristán y el Curri. Después, el 4 de diciembre de 1976, fue Fosforito quien se subió a las tablas de la peña. En los últimos 4 años han recuperado el festival Mecedora Olivo Flamenca La entidad se consolida e inicia una andadura en la que han contado con la participación incansable de sus socios, que vieron cómo en el año 1982 pueden adquirir la planta alta del edificio de la Redonda del Granadillo. La celebración corrió a cargo de Carmen Linares (hoy premio Premio Princesa de Asturias de las Artes), acompañada de la guitarra de Merengue de Córdoba. Nueve años después, la peña adquiere el resto del edificio, que con el trabajo de todos los socios (cada uno hizo lo que pudo, apunta Porcel), vio culminada su reforma en 1994. De nuevo Fosforito, con el toque de Manuel Silveria, fue el encargado de aportar su arte a la inauguración. A partir de ahí, la actividad de la Peña Castreña ha ido a más y se cuenta con sus responsables para todo tipo de actos culturales y colaboraciones, en las que suele aportar la pincelada flamenca de la entidad que preside Francisco Sánchez Toribio. En los últimos cuatro años, la peña ha recuperado el desaparecido festival de invierno al que ahora denominan Mecedora de Olivo Flamenca, que este año se desarrollará mañana martes y que se constituye en el principal acto del aniversario. El cartel lo conforman los ganadores del concurso de cante que cada dos años organiza la peña (alternándolo con el de saetas) y que en su última edición fueron María José Abad y Manuel Arroyo Arroyito hijo, a los que se unen el lucentino Jesús Reyes y Pepe Roldán, que es el guitarrista oficial de la peña. La velada la completa el baile de Ana Marga, en una gala que tiene como presentador a Julio Porcel y como plato fuerte a José Mercé, acompañado de Antonio Higuero. Las celebraciones se prolongarán hasta diciembre, pero antes, el 18 de octubre, actuará Pedro el Granaíno, con la guitarra de Patrocinio Hijo, y en noviembre habrá una cena donde se presentará un libro conmemorativo del cincuenta aniversario. También saldrá al mercado un disco de cantes realizados por los socios. La navidad flamenca cerrará el ciclo. Entre medias, los socios de La Castreña no paran y mantienen alimentada su afición con los recuperados viernes flamencos, en los que Julio Porcel apunta que «no se hace otra cosa», como si fuera poco, que hablar, debatir, aprender, compartir, cantar y disfrutar del flamenco, lo que es la esencia pura de una peña. Suscríbete para seguir leyendo
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