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  • UNA TRINCHETA COMO PUÑAL. El sangriento homicidio de una contadora

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 08/09/2024 16:38

    Noma Isabel Bonazzola entró al despacho de quien era su empleadora pasado el mediodía del caluroso viernes 8 de enero de 2008. La mujer que se desempeñaba como trabajadora de casas particulares en la vivienda de la contadora pública, Patricia Marina Tonón, le pidió una suma determinada de dinero a la profesional porque deseaba comprarse un automóvil. Como su empleadora se negó, tomó una trincheta y la atacó asestándole 12 puñaladas y un profundo corte en el cuello. Horas después, llegó hasta el domicilio de Tonón un sobrino y la encontró bañada en su propia sangre, ya sin vida. La casa de la víctima quedaba a escasas dos cuadras de la Jefatura de Departamental de Policía y de inmediato comenzó la investigación, constatándose que faltaban varios elementos de valor y dinero en efectivo de la propiedad de la contadora, ubicada junto al estudio. El hecho causó una honda impresión en la comunidad gualeya, donde Tonón era muy apreciada y conocida por sus actividades profesionales. Al otro día, un allanamiento en la casa de Norma Bonazzola permitió recuperar una cartera con joyas de la víctima, documentos a su nombre, un celular y el arma homicida: un filoso cutter de hoja segmentada y retráctil. Con tantos elementos probatorios, la vinculación de Bonazzola con el hecho fue automática, por lo se la detuvo de inmediato. Pocas horas más tarde fue alojada en la Unidad Penal N°6 “Concepción Arenal”, la cárcel para mujeres ubicada en la capital de la provincia, en medio de una amplia cobertura periodística y el estupor social por la irracional desproporción de su crimen. Sin embargo, dos años después, mientras se preparaba el juicio en su contra, se volvió a hablar de Bonazzola con una resonancia varias veces mayor: la mujer de 43 años se había esfumado del penal. Un acto audaz Su escape de la cárcel tubo ribetes cinematográficos. Unos días antes de que comenzara la audiencia del juicio, el 14 de julio de 2010, Bonazzola le dijo a la agente penitenciaria de guardia que no iba a salir al corto recreo para fumar un cigarrillo o tomar aire, como solía hacer junto a otras internas antes de irse a dormir. Adujo no sentirse bien. Sus compañeras salieron y la guardiana comprobó que Bonazzola yacía en su litera, tapada hasta la cabeza. Pero Bonazzola, sí había salido y se encontraba escondida, afuera, en algún recoveco del frío edificio. En su cama lo que se encontraba acostado inmóvil era un muñeco rudimentario formado con mucho ingenio con bollos de ropas y tapado por completo con una frazada de pies a cabeza. Cuando las demás mujeres regresaron y se volvió a controlar que estuvieran todas, a los ojos de quien realizó la recorrida, Bonazzola seguía acostada en su cama y ordenó que se apagara las luces. En algún un momento entre la medianoche y las 02:20Hs de la madrugada, la reclusa se escurrió hasta el tejido perimetral en el que habían practicado una serie de cortes limpios con un alicate. No quedó claro si alguien desde el exterior hizo el boquete en el alambre romboidal o si fue la propia Bonazzola con algún otro elemento. Pero lo que estaba claro era que la prófuga había huido por ahí. Casi tan claro como que debió contar con un cómplice, pues alguien debió estar esperándola para ayudarla a escapar a bordo de un vehículo una vez que logró ganar la calle. Pero esas deducciones estaban lejos del pensamiento de la penitenciaria que poco antes de las 02:30Hs, realizó el control de las celdas y descubrió un muñeco de trapo arrebujado confortablemente en el lecho de Bonazzola. Mientras se disparaban las alarmas y se la buscaba dentro y fuera de la Argentina, especialmente en Paraguay, país del que era oriunda su pareja, los ocho agentes penitenciarios que se encontraban esa noche en la unidad penal, enfrentarían severas sanciones a raíz de la audaz fuga, que dejó en ridículo a todo el sistema penal, judicial y político de la provincia. Condenada en ausencia La repercusión mediática del escape de Bonazzola se agigantó con la búsqueda a través de Interpol y los falsos avistamientos reportados por inverosímiles testigos que aseguraban haberse topado con la mujer en la Triple Frontera; caminando por las callecitas de San Salvador de Jujuy; a bordo de un taxi en Rada Tilly; o pelando guayabas con un filoso estilete en Florianópolis. Pero Bonazzola no apareció por mucho tiempo y el Tribunal del Juicio se constituyó para juzgarla en ausencia. Como no podía ser de otra manera, la imputada escapista resultó con una condena a cadena perpetua. El Tribunal argumentó su sentencia, entre el cúmulo de pruebas e indicios unívocos, que la acusada en su declaración preliminar había admitido que ella había concurrido al estudio de Tonón y que habían discutido, pero dijo no recordar nada del ataque. Pese a no encontrarse presente ante el tribunal y la declaración con la que la defensa pretendía aminorar su pena, fue condenada a prisión perpetua. Aunque, claro, no pudo ser notificada porque para entonces seguía escondida en alguna parte. Fueron cuatro largos años los que la familia de la víctima esperó cada día la noticia de que Bonazzola había sido apresada, pero no fue hasta el 14 de octubre de 2014 que la Policía supo que se encontraba en la propia ciudad en la que había cometido el horrendo crimen. Llegó de improviso el sábado 13 y su fisonomía denotaba las huellas de los cuatro difíciles años sufridos, con el cabello muy corto y teñido de negro. Arribó directamente a la casa de su hermana que vivía cerca de la costa del Paraná. Llevaba solo un bolso con unas pocas ropas; pero se encontró con la novedad de que su hermana no vivía más en ese lugar y no le quedó más remedio que acudir a la vivienda de su hermano. Al otro día, alguien la vio y la denunció. Pasado el mediodía, alrededor de las 13:00Hs. la policía llegó silenciosamente al lugar y rodeó la casa. Llamaron a la puerta y salió un hombre que se encontró con el despliegue de los uniformados que ya ingresaban a la propiedad. Alertada por lo que pasaba afuera, Bonazzola, intentó huir por los fondos, pero también allí había hombres de la fuerza de seguridad con la determinación profesional, pero también con la recomendación de las máximas autoridades de que esta vez no pudiera escapar. Confirman la condena Lo primero que hizo la Justicia fue comunicarle que había sido condenada y se le agregaron los cargos por sustraerse al accionar de la ley. Su abogado defensor recurrió en Casación, pero este tribunal ratificó la condena impuesta en primera instancia. La sentencia fue dada el 15 de abril de 2015 por la Cámara de Casación Penal de Paraná, la que rechazó el recurso interpuesto por el defensor de la acusada, a quien el tribunal de Gualeguay la había encontrado penalmente responsable del delito de “Homicidio doblemente agravado por criminis causa y por el uso de armas”. La traición de la nostalgia Bonazzola había regresado a la ciudad en la que le había quitado la vida a una persona. Fue un acto tan audaz como el que protagonizara al escapar de la cárcel, mientras esperaba el juicio por el bárbaro hecho cometido. ¿La perdió la seguridad de que no sería descubierta o tal vez confiaba en que ya nadie la buscaba? Después de todo, habían pasado 6 años de esa calurosa tarde en la que derramó la sangre de otra mujer porque se negó a darle el dinero que le pedía. Tal vez creyó era demasiado tiempo y los vecinos comenzaban a olvidarse del hecho, que no la reconocerían… pero se equivocó, porque hechos de esta magnitud permanecen latentes en la memoria, y cada tanto emergen a la superficie como los animales terrestres en primavera. Por mi parte, creo que la traicionó la nostalgia de su familia, de la comida familiar de los domingos, el abrazo de su ser querido… pero quizás me equivoque. Hay misterios que alberga el alma humana y solo quién los conoce puede revelarlos.

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