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  • Córdoba tiene una Madrecomo patrona

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/09/2024 03:42

    Hoy se celebra en Córdoba, con especial solemnidad, la fiesta de la Natividad de María, en torno a Nuestra Señora de la Fuensanta, nuestra patrona. El obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, presidirá esta mañana la Eucaristía en el santuario, concelebrada por los miembros del cabildo catedral. La historia, como bien sabemos, arranca mediado el siglo XV, con la aparición de la Virgen a Gonzalo García, vecino del barrio de San Lorenzo, y la curación milagrosa de su esposa e hija al beber del agua que en una huerta brotaba al pie de una higuera. Dentro de la higuera aparecería luego la imagen. Inmediatamente los cordobeses comenzaron a peregrinar a ese lugar para beber de la «fuente santa» y rezar ante la Virgen. El santuario se alzó en el mismo siglo XV para albergar la imagen y junto a él, el lugar donde brotaba el agua, se protegió y solemnizó con un templete, que los cordobeses llamamos «el pocito». El santuario de la Fuensanta vio llegar en los siglos siguientes obras de arte y exvotos, traídos incluso de ultramar, como un Cristo de caña mejicano o el famoso caimán disecado, testimonios de su pervivencia histórica y de su lugar en las leyendas cordobesas. La imagen de la Fuensanta, con el Niño Jesús en brazos, está colocada en su camarín en el altar mayor, entre azulejos del pintor Tomás Egea. Mide solo 51 centímetros de altura y es de barro cocido y policromado. La original se encontró rota y así lo afirmaba la viuda de Gonzalo García en su testamento, pidiendo a sus descendientes la conservasen con devoción. La actual se atribuye al círculo de Lorenzo Mercadante de Bretaña, artista afincado en Sevilla entre 1453 y 1467. Resultó muy dañada durante la ocupación francesa de junio de 1808, cuando convirtieron el santuario en cuadra y la arrojaron al suelo, pero se restauró. En 1994 fue coronada canónicamente en un multitudinario acto celebrado en el bulevar del Gran Capitán. En su libro sobre las «iglesias de Córdoba», Juan José Primo Jurado nos dice que «en torno al santuario, probablemente a mediados del siglo XVIII (Ramírez de Arellano en 1873 la cita ya, pero Vaca de Alfaro en 1699 no) surgió una feria de ganado que se fue transformando en festejo popular, conocida por los cordobeses como «La Velá» de la Fuensanta. Fiesta emblemática de su barrio, pero que convoca a cordobeses de todas partes para visitar a la Virgen, saludar al caimán y dar una vuelta por puestecillos, atracciones de feria, espectáculos musicales, reclamos gastronómicos, incluido el tradicional higo chumbo, y llevarse la clásica campanita de barro». Junto a los patronos san Acisclo y santa Victoria, Córdoba tiene como patrona a una Madre, con la hermosa advocación de Nuestra Señora de la Fuensanta. La Iglesia lee en la Natividad de esta Madre, el preludio del nacimiento del Hijo, y necesita celebrar que la salvación toma carne en la historia humana a través de esa «cascada de generaciones» que desemboca en el «sí» decidido de una mujer galilea. El nacimiento de toda criatura es, pues, una invitación de Dios a participar en la vida plena con Él. María nos abre de par en par su regazo para que sintamos sus latidos maternales, su intercesión ante Dios Padre, su bondad y su ternura que nos «humanicen» para que no perdamos jamás el sentido fraternal de la historia. «María es la obra maestra del Padre, la Madre universal», nos dice el papa Francisco. El poeta y periodista cordobés, Ricardo de Montis, nos dejó estos versos publicados el 8 de septiembre del año 1900, dedicados a la Virgen de la Fuensanta: «Le dan su aroma los azahares / de las vecinas, alegres huertas; / le entonan himnos los ruiseñores, / y el claro Betis sus muros besa». Suscríbete para seguir leyendo

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