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» La voz
Fecha: 06/09/2024 14:15
Aunque la inflación en el país parece haber encontrado un piso todavía alto en torno del 4%, lo cierto es que los precios de los alimentos vienen definitivamente a la baja en los últimos meses, luego de un comienzo de año con alzas estratosféricas. Las estimaciones de las principales consultoras nacionales hablan de un incremento de los alimentos en agosto que no habría superado el 2%, mientras que para la Cámara de Supermercados la suba promedio de todas las categorías fue del 1,8%. Según el relevamiento que mes a mes realiza La Voz, la canasta del súper se mantuvo casi sin cambios respecto de julio, con un ajuste insignificante del 0,04%. Hasta allí, una muy buena noticia. El tema es que esta baja sustancial que se observa en los precios de los productos de primera necesidad se explica principalmente por un desplome pocas veces visto en el consumo de las familias, producto del derrumbe de sus ingresos reales en la primera parte del año. En Córdoba, las ventas minoristas están entre un 7% y un 13% abajo en términos interanuales, y a pesar de la desaceleración inflacionaria la demanda no repunta o lo hace a cuentagotas. El daño de la megadevaluación de diciembre del año pasado sobre la capacidad de compra de los salarios fue demasiado grande y recuperarla puede demandar mucho tiempo. Con sus bolsillos exhaustos, la inmensa mayoría de las familias apelan a estrategias de lo más diversas para realizar sus compras y poder llegar a fin de mes. Y no todas lo consiguen. El achique en sus gastos es la primera de ellas, lo que se refleja en la abrupta caída de la demanda. La elección de segundas y terceras marcas también crece como opción de ahorro, lo mismo que la compra de productos sustitutos más económicos. Pero hay otro comportamiento de los consumidores que se observa cada vez con mayor frecuencia frente a las góndolas: la compra casi con exclusividad de los productos que están en oferta. Casi independientemente de que los necesiten o no. Si está en promoción, se lleva; si no, no. Todas las cadenas ofrecen a sus clientes fuerte promociones para alentar las ventas. (La Voz) Los híper y supermercados vienen realizando fuertes acciones comerciales de todo tipo y color para intentar sostener las ventas; y al parecer, lo que están logrando es que sus clientes se lleven básicamente eso: productos con descuento y en promoción. Ya no sólo no se elige la marca preferida, tampoco el producto. Y en la casa se come lo que se pudo comprar y los menús se acomodan a eso. En los comercios barriales, además, lo que viene en franco crecimiento es el fiado, aunque en las últimas semanas esta tradicional herramienta de financiación popular parece haber encontrado un techo. Según el Centro de Almaceneros de Córdoba, el 44% de las ventas en los negocios de cercanía se hacen hoy a través del fiado, aunque la morosidad en los pagos creció al 23% y la incobrabilidad trepó preocupantemente hasta el 11,5%. En épocas normales, eran del 12% y el 5%, respectivamente. Frente a ello, los dueños de las despensas comenzaron a limitar sus famosas libretas de almacenero, para no quedar descalzados entre la falta de pago de sus clientes y los compromisos que deben asumir con los proveedores. “La situación es muy complicada. Parece que se encontró un piso en la caída, pero eso no significa que hayamos empezado a levantarnos”, graficó uno de los referentes del sector. Del prometido rebote en “V” que auguró el presidente Milei, a esta suerte de “L” indefinida con la que parece que conviviremos durante mucho tiempo más. Mientras tanto, a vivir de ofertas y del fiado. Hasta nuevo aviso.
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