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  • Pararrayos presidenciales

    » La Prensa

    Fecha: 02/09/2024 01:54

    El martes se reunieron por cuarta vez en un mes Javier Milei y Mauricio Macri. Las versiones periodísticas dieron cuenta del intento de Milei de acordar una estrategia común el Pro y LLA en el Congreso. Hubo algunas que incluyeron una queja del ex presidente contra Santiago Caputo al que consideró un obstáculo para cualquier entendimiento. Según trascendió, el presidente justificó a Caputo por su función de pararrayos que recibe las críticas que de otra manera impactarían en él. “Vos tuviste a Marcos Peña en un papel similar, le recordó a Macri, y te llevó a la derrota en 2019”. Hablen con el pararrayos La verdadera relevancia del pararrayos presidencial la hizo pública el miércoles pasado el candidato a la Corte Manuel García Mansilla al reconocer ante una pregunta en la Comisión de Acuerdos del Senado, que la postulación al alto tribunal se la había ofrecido Santiago Caputo y que él a Javier Milei no lo conocía. Lo dijo con total aplomo, porque a esa altura circulaba fuerte la versión de que el kirchnerismo estaba dispuesto de votar la candidatura de Ariel Lijo, si el gobierno (esto es, Caputo) bajaba a García Mansilla y mandaba en su lugar a un candidato amigo de Cristina Kirchner. El pararrayos y el escandalizado Martín Lousteau se mostró sorprendido y hasta escandalizado de que Santiago Caputo fuese el operador de las candidaturas para la Corte. No lo quiere y lo llamó irónicamente “monotributista”, porque Caputo lo ignora a él y a los radicales. Esto hace que tenga problemas con muchos de sus correligionarios porque mientras el gobierno negocia con el kirchnerismo por Lijo, no ofrece nada a los radicales. Por eso los radicales y el PRO no le firmaron el dictamen correspondiente en la Comisión de Acuerdos. En resumen, Lousteau tiene solo su propio voto y nadie sabe cómo terminará tan complejo negocio. Días clave Por eso resultan clave los próximos 10 días, durante los que debería llegar a algún puerto la negociación por la firma de los dictámenes de Lijo y García Mansilla. Cristina Kirchner tiene los votos decisivos para que cualquiera de ellos ingrese a la Corte y, según trascendió, quiere “cobrar por adelantado” un eventual apoyo. ¿En qué consistiría el entendimiento? En una contraprestación en otros cargos judiciales, si el Ejecutivo no retira el pliego de García Mansilla. Incluso se habla de una ampliación del alto tribunal para incorporar jueces afines a la ex presidenta. Un enjuague al estilo de la vieja política.

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