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  • Turistas confundieron al legislador Coto con un “hombre bomba”

    Usuhahia » Diario Prensa

    Fecha: 02/09/2024 00:53

    Alerta de bomba en un avión de Aerolíneas Argentinas que partió la tarde del domingo desde Ushuaia rumbo a Buenos Aires y que regresó pocos minutos después del despegue. Un hecho confuso y angustioso para los pasajeros del vuelo AR 1883 derivó en la demora del legislador de La Libertad Avanza y de dos visitantes brasileros, luego de que estos denunciaran ante una azafata que Agustín Coto estaba viendo en su celular un material que les permitía inferir que pensaba accionar un artefacto explosivo. El avión realizó un aterrizaje de emergencia y se posicionó en la cabecera de la pista, lejos del aeropuerto, ante la posibilidad de una explosión. Aunque no hubo información oficial desde la empresa Aerolíneas Argentinas ni tampoco desde la PSA – Policía de Seguridad Aeroportuaria, con asiento en el aeropuerto Islas Malvinas de Ushuaia – se pudo conocer el extraño incidente aéreo gracias a que entre los 156 pasajeros viajaban dos celebridades del mundo del espectáculo, Carmen Barbieri y Marcelo Polino, quienes dieron cuenta del hecho a través de sus redes sociales. Según comentaron todo comenzó a los pocos minutos de haber despegado el vuelo AR 1883 desde la plataforma aeroportuaria de la capital fueguina con destino final Buenos Aires. En medio de un momento de turbulencia, cuando el avión sobrevolaba a la altura de Puerto Williams, sobre el Canal Beagle, los pasajeros se percataron que los pilotos cambiaban el rumbo, describían un giro, retornaban por donde habían venido e iniciaban el descenso. Ante la novedad y en un clima de tensión la tripulación no brindó explicaciones de ningún tipo: “Gracias a nosotros empezaron a hablar para toda la gente. Empezaron a decir que algo había pasado en el avión, que había un pasajero que había que chequear y que estábamos volviendo. Que temían de la existencia de una bomba solo se lo dijeron a Marcelo en el oído porque no querían que la gente entrara en pánico”, relató Carmen Barbieri. Polino por su parte contó que ante la incertidumbre y el silencio de las azafatas les dijo “ustedes no pueden no decir lo que está pasando”, ante lo cual – con un cholulismo increíble – accedieron a dar información medida para no desatar una situación de histeria colectiva. “Solo a mí el piloto me contó que había una amenaza de bomba”, señaló el conductor. Siempre en forma extraoficial trascendió que minutos después de haber guardado la aeronave su tren de aterrizaje, dos turistas brasileros observaron que en un asiento contiguo había un hombre que estaba viendo en su celular un material que consideraron muy sospechoso, consistente según una versión, en una especie de instructivo referido a cómo accionar artefactos explosivos y a jueguitos online sobre desastres aéreos, en una segunda versión. Una tercera indica que los visitantes extranjeros habrían visto googleando al sospechoso varios sitios relacionados con la manipulación de artefactos explosivos. Los turistas advirtieron de sus sospechas a una azafata, ésta trasladó la novedad a los pilotos, ellos a su vez a la torre de control y desde allí a la PSA, decidiéndose el retorno de la aeronave a un sector retirado del aeropuerto, en la cabecera de la pista, ante la posibilidad de una explosión mayúscula. Barbieri dijo que, una vez en tierra, a las 16.50, ingresó a la aeronave personal de la PSA: “Nos dejaron encerrados en un avión del que se sospechaba que había una bomba alrededor de 40 minutos y lo único que escuchábamos era al comisario de a bordo que nos pedía que no nos moviéramos y que no nos sacáramos el cinturón de seguridad. Los efectivos revisaron todo el equipaje y cuando por fin nos dejaron descender vimos que estábamos muy lejos del aeropuerto y que eso se debía a que creían que el avión podía volar por los aires. Ahí estuvimos 40 minutos más en medio de la nada y con temperatura bajo cero. Nos decían que no teníamos que tomar fotos ni filmar. Nos sentíamos rehenes. ¡Y ni un vaso de agua nos dio Aerolíneas!”. Finalmente, siempre por la declaración de los famosos, el personal de la PSA hizo descender a tres personas, dos de las cuales habrían sido los turistas y el tercero, el legislador provincial Agustín Coto, rumbo a las oficinas de la fuerza, en el edificio del aeropuerto, para aclarar lo ocurrido. Mientras aguardaban ser trasladados, los pasajeros observaron trabajar a integrantes de la Brigada Anti Bombas de la Policía Federal con un can adiestrado y a bomberos que se aproximaron con la autobomba para desastres aéreos, estacionada a distancia prudencial. Se espera que luego de semejante situación, la empresa de bandera, la PSA, el legislador provincial Agustín Coto y el Juzgado Federal de Ushuaia, en donde recayó el extraordinario incidente aéreo, aporten información sobre lo ocurrido, ya que el domingo 1ero de septiembre resultó imposible obtenerla. El incidente provocó además de momentos de zozobra y miedo entre los pasajeros, también contratiempos en los planes de vuelo de quienes esperaban el arribo del avión procedente de Buenos Aires y que por los hechos relatados fue desviado a la santacruceña localidad de Río Gallegos, desde donde al abrirse el aeropuerto de Ushuaia arribó a las 19.30. A las 20 los pasajeros del vuelo AR 1883 volvieron a atravesar la manga para abordar el avión que los llevaría a Buenos Aires, sanos y salvos y con una gran anécdota que contar.

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