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  • Milei prefiere la propaganda por sobre la gestión

    » El Ancasti

    Fecha: 28/08/2024 03:33

    Los gobiernos débiles transitan por un desfiladero tóxico. De un lado la gobernabilidad , del otro el proselitismo como único recurso de sustentabilidad . Si fuera por la gobernabilidad, el Ejecutivo debió optar por el camino de un veto parcial a la ley de movilidad jubilatoria que aprobó el Senado con 2/3 de los votos. Sus delegados en las dos Cámaras -José Rolandi en el Senado y Martín Menem en Diputados- escucharon durante el fin de semana de los bloques amigos asegurarles que, si el veto es parcial , pueden discutir una desactivación de la insistencia contra el veto. Milei mandó a decir que es veto total . Alimenta el efecto comunicacional de cumplir con lo dicho , demostrar un rumbo pronegocios a los mercados y exhibir la propia como más larga que la de sus adversarios. Es una respuesta de corto alcance, como son los efectos de las muestras de opinión. Un veto total terminaría de malquistar al Gobierno con los gobernadores , que esperan beneficiarse del artículo que compromete a la Nación a regularizar los envíos a las 13 provincias que mantienen cajas previsionales. Si hay veto, los gobernadores presionarán a sus legisladores para que voten por la insistencia, para la que se necesitan los 2/3. En junio pasado, cuando se aprobó el proyecto de ida, facilitaron esa mayoría especial. Esta vez, enojados, facilitarán la asistencia para ratificar la letra de la ley. Tres frentes de tormenta a la vez El Gobierno hace control de daños sufridos en la semana negra que pasó. Acumuló tres golpes consecutivos, fruto de las derrotas en las dos Cámaras que produjeron fracturas en tres frentes: 1) El institucional, que el Gobierno había construido cediendo a las demandas de los bloques amigos, que ahora se le han parado de manos, incluyendo al propio Mauricio Macri. 2) El frente interno, con el estallido del bloque de La Libertad Avanza, que ha dejado al Gobierno en manos del bloque del PRO. 3) El frente financiero, ya que el mercado sigue tomándole examen a este Gobierno, de política frágil. La política es construcción de certidumbre y el Gobierno es una máquina de producir incertidumbre. La síntesis de estas tres fracturas la ilustró uno de los legisladores más encumbrados, en estos términos: "-Acá vino un tipo que dijo que todos somos una m…, se le juntaron todos y le rompieron la cabeza, y le demostraron quién está en la m...". Confusiones Confundir un plan de gobierno con una campaña publicitaria suele ser un camino de perdición para los políticos. Más en la Argentina, en donde los resultados electorales demuestran que los vaivenes de las encuestas de imagen no son monetizados en votos. Lo prueba el resultado de 2023. Cambiemos lo hizo presidente a Milei, que por las suyas tuvo apenas el 29% de los votos genuinos en la primera vuelta. Patricia Bullrich, que quedó afuera del balotaje, seguramente por las bajas marcas de prestigio en su electorado, puso los votos para que Milei llegase adonde llegó. El peronismo deshilachado por el fracaso del gobierno al que representaba y la baja calificación de Sergio Massa, sacó el 44% y representa a la mitad del electorado. ¿En qué urna quedaron los resultados de las encuestas de imagen que fascinan a los comunicadores? ¿Dónde quedó el yonivialismo del primer time? Este factor, que fascina a los aficionados, exaltó candidatos que, todos en masa, perdieron: Bullrich, Larreta, Macri, Massa y el propio Milei, que no conservó más que el 29%, y como candidato de los indignados rápidos y furiosos que cartonean en los extremos del dial, el lumpenaje antisistema, y los ricos, también antisistema. Ignacio Zuleta Publicado en Clarín

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