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  • Jerome Powell en Jackson Hole: vía libre para empezar la baja de tasas en septiembre

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 27/08/2024 01:22

    Jerome Powell en Jackson Hole: vía libre para empezar la baja de tasas en septiembre Por José Siaba Serrate Se sabe el cuándo -será en la próxima reunión del 18 de septiembre- pero no cuánto. Será función del comportamiento de los indicadores (y de los riesgos que represente para la inflación y el pleno empleo). No debe confundirse lentitud con prudencia. Para la FED, llegó el tiempo de iniciar la poda de tasas. Federal Reserve La FED dejó de subir las tasas en julio de 2023. Y ya en diciembre avisó que proyectaba bajarlas a partir de 2024. Pero no precisó cuándo. No porque quisiera jugar a las escondidas. Simplemente, no lo sabía. Un rebrote imprevisto de la inflación, de enero a marzo, la obligó a armarse de paciencia y a esperar. Su moderación posterior le devolvió la confianza. En el margen, la desaceleración de la creación de empleo, y el aumento de los desocupados, aconsejan su intervención. Y Jay Powell aprovechó la reunión anual de Jackson Hole, el viernes pasado, para develar la incógnita. Llegó el tiempo de iniciar la poda de tasas, sentenció. Aclaró así el cuándo -será en la próxima reunión del 18 de septiembre- pero no dijo cuánto. Lo importante, sostuvo, es el pivote, la dirección clara que asumirá el viaje: de las tasas más altas por más tiempo a su reducción. La cuantía del desmonte, y su cadencia, no están escritos en piedra. La FED es data dependiente. Será función del comportamiento de los indicadores (y de los riesgos que represente para la inflación y el pleno empleo). El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores. ¿Habrá un recorte inicial de un cuarto de punto? ¿O medio? La FED tiene mucha tela para cortar. La inflación de los últimos doce meses, según el deflactor del gasto de consumo personal, aumentó 2,5%. Supo ser 7,1% a mediados de 2022. Y la tasa de fed funds se ubica en 5,5%. Vista así, la política monetaria es muy restrictiva. Determinar la tasa neutral es complicado, como señala Austan Goolsbee de la FED de Chicago. Las proyecciones oficiales de marzo y junio la estiman en un rango entre 2,5% y 3%. Y Powell expresó suma confianza en que la inflación transita un sendero sostenido de regreso a la meta de 2%. Si es así, el banco central puede rebanar la tasa dos puntos, o dos puntos y medio, hasta culminar la faena del aterrizaje suave. La FED será gradual. Lo que no debe confundirse con lentitud sino prudencia. Lo suyo no es prueba y error porque nada detestaría más que cometer una equivocación y tener que subir las tasas de apuro. “Comenzar con un cuarto de punto tiene mucho sentido para mí”, afirmó Patrick Harker, de la FED de Filadelfia. Y un 64% de probabilidades de ocurrencia, según los futuros de Chicago (75%, antes de escucharlo a Powell). Lo importante es iniciar el proceso, no el tamaño del primer paso. Hay que entender que la FED no corre detrás de los acontecimientos. A diferencia de 2022 cuando debió apresurar la suba de tasas para enlazar una inflación desbocada. Un cuarto de punto es la medida canónica de sus desplazamientos programados. Arrancar con medio punto podría sugerir una urgencia que no es tal. Sin embargo, Powell no cerró ninguna puerta. La FED debe caminar y mascar chicle, aterrizar la inflación en la meta de 2% y mantener un mercado de trabajo saludable. Y el gran jefe fue contundente: “No buscamos ni daremos la bienvenida a una mayor desaceleración en las condiciones laborales”. Si el informe de empleo de agosto, que se conocerá el viernes, cruza esa línea en la arena, la idea del medio punto ganará predicamento. Wall Street con respuesta favorable. El mercado de trabajo, la clave La poda de tasas, enseña la experiencia, es un proceso. Rara vez es un recorte aislado sino un racimo. Resuelto el primer tijeretazo, los otros fluyen con más facilidad. Nada golpearía peor a la FED que tener que dar marcha atrás. Por eso, el puntapié inicial es tan importante. De ahí, el sesgo a comenzar con una dosis pequeña. Los futuros de Chicago incorporan la previsión de sucesivas rebajas en las tres próximas reuniones. Una de ellas, presumiblemente de medio punto. Así, a diciembre la tasa se habría mutilado un punto completo. ¿No será esperar demasiado? Así parece. La respuesta también la tiene el mercado de trabajo. En sus proyecciones de junio, la FED estimaba alcanzar la meta de inflación recién a fines de 2026. No tiene prisa. Pero, a la par, creía que el desempleo terminaría el año en una tasa de 4% para alcanzar un techo de 4,2% el año próximo. Y en el último par de mes se disparó a 4,3%. Esta es la variable crítica, la que no figuraba en el radar. Powell entiende lo que ya se explicó aquí: que el desempleo aumenta no por caída del empleo sino porque crece la oferta de trabajo. Es decir, no compró el veredicto de la regla de Sahm, pero tampoco la vende en descubierto. Fue muy claro: no aceptará que las condiciones laborales se enfríen más. Si la inercia continúa, como cabe pensar, las bajas de tasas serán un ramillete. Wall Street, por fin, tiene a mano lo que tanto esperó. Es el mejor de los mundos. La Fed se anticipa. Eligió a gusto el momento, y sin presiones. No corre detrás de la curva con una recesión que le sople en la nuca. No le importa lo que la política tenga para decir. Y la respuesta de la Bolsa fue favorable, pero con mesura. Ni siquiera se atropelló para instalar nuevos máximos. El S&P 500 no tiene prisa. Ni tiene dudas. Le sirvió el episodio del lunes negro para quitárselas de antemano. No le costaría nada estirarse 0,6% y clavar el testimonio de un récord flamante. Ya habrá tiempo para ello. Prefiere esperar que, este viernes, el mercado de trabajo le diga si trae novedades más delicadas que revelar.

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