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  • Viruela del mono: “La OMS responde a los intereses de sus patrocinadores”

    » La Prensa

    Fecha: 25/08/2024 01:31

    Justo dos años después de haber declarado por primera vez la viruela del mono como una ‘Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional’ (ESPII), la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a poner esta enfermedad bajo esa categoría pocos días atrás. “Así, un problema en un pequeño número de países africanos que ha matado este año aproximadamente al mismo número de personas que mueren cada cuatro horas de tuberculosis ha pasado a dominar los titulares internacionales”, destacó en un texto para el Brownstone Institute el médico especialista en Salud Pública y consultor biotecnológico en salud mundial, David Bell, quien en el pasado integró la entidad sanitaria mundial como médico y científico. “Esto está levantando mucho malestar en algunos círculos contra la OMS. Aunque la angustia está justificada, en su mayor parte está mal dirigida. La OMS y el comité de emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) que convocaron tenían poco poder real: simplemente están siguiendo un guión escrito por sus patrocinadores”, remarcó Bell, jefe del programa de Malaria y Enfermedades Febriles de la Foundation for Innovative New Diagnostics (FIND) de Ginebra (Suiza) y director de Tecnologías Sanitarias Mundiales del Intellectual Ventures Global Good Fund de Bellevue (Washington, EE.UU.). Según aclaró, la viruela del mono (rebautizada recientemente Mpox, quizás para darle ¿más seriedad?) “es una enfermedad real y necesita soluciones locales y proporcionadas”, aunque indicó que “el problema que pone de manifiesto es mucho mayor que el Mpox o la OMS, y comprenderlo es esencial si queremos solucionarlo”. La antes llamada viruela del mono, está causada por un virus que se cree que infecta normalmente a roedores africanos como ratas y ardillas, detalló Bell. Se transmite con bastante frecuencia a los seres humanos y entre ellos. En los humanos, sus efectos van desde una enfermedad muy leve, con fiebre y dolores musculares, hasta una enfermedad grave, con su característica erupción cutánea, y a veces la muerte. Las distintas variantes, denominadas ‘clados’, producen síntomas ligeramente diferentes. “Se transmite por contacto corporal estrecho, incluida la actividad sexual, y la OMS la declaró ESPII hace dos años por un clado que se transmitía sobre todo por hombres que mantenían relaciones sexuales con otros hombres”, recordó. “Los brotes actuales implican la transmisión sexual, pero también otros contactos estrechos, como dentro de los hogares, lo que amplía su potencial de daño. Los niños son los más afectados y los que sufren las consecuencias más graves, quizá debido a problemas de menor inmunidad previa y a los efectos de la malnutrición y otras enfermedades”, abundó Bell. La actual Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional se precipitó principalmente por el brote en curso en la República Democrática del Congo (RDC), aunque hay brotes conocidos en países cercanos que abarcan varios clados. Con el objetivo de ilustrar la relevancia de la viruela del mono en comparación con otras enfermedades que afectan a la población de ese país africano, el especialista apuntó que alrededor de 500 personas han muerto de Mpox en la RDC este año, más del 80% de ellas menores de 15 años, mientras que en ese mismo periodo, unas 40.000 personas en la RDC, en su mayoría niños menores de cinco años, murieron de malaria. “Las muertes por malaria se debieron principalmente a la falta de acceso a productos básicos como pruebas diagnósticas, medicamentos antipalúdicos y mosquiteros tratados con insecticida, ya que la lucha contra la enfermedad sufre una escasez crónica de fondos en todo el mundo. La malaria es casi siempre prevenible o tratable si se dispone de recursos suficientes”, puntualizó. “Durante el mismo periodo en el que 500 personas murieron de viruela del mono en la RDC, cientos de miles también murieron en la RDC y en los países africanos circundantes de tuberculosis, VIH/sida y los efectos de la malnutrición y el agua insalubre. Sólo la tuberculosis mata a unos 1,3 millones de personas al año en todo el mundo, lo que supone una tasa unas 1.500 veces superior a la del Mpox en 2024”, subrayó. En esa misma línea, Bell explicó que la población de la RDC también se enfrenta a una creciente inestabilidad caracterizada por violaciones masivas y masacres, en parte debido a “la lucha de los señores de la guerra por satisfacer el apetito de los países más ricos por los componentes de las baterías”. Éstas, a su vez, son necesarias para apoyar la Agenda Verde de Europa y Norteamérica. “Este es el contexto en el que viven actualmente los habitantes de la RDC y las poblaciones cercanas, que obviamente deberían ser los principales responsables de la toma de decisiones en relación con el brote de Mpox”, prosiguió. INTERESES PRIVADOS Y POLITICOS En opinión del especialista, para la OMS y la industria de la salud pública internacional la viruela del mono presenta un panorama muy diferente: “Ahora trabajan para un complejo industrial pandémico, construido por intereses privados y políticos sobre las cenizas de la salud pública internacional”, enfatizó, para luego añadir: “Hace cuarenta años, el Mpox se habría considerado en su contexto, proporcional a las enfermedades que están acortando la esperanza de vida general y a la pobreza y el desorden civil que permiten que continúen. Los medios de comunicación apenas habrían mencionado la enfermedad, ya que basaban gran parte de su cobertura en el impacto e intentaban ofrecer un análisis independiente”. En contraste, expresó que ahora la industria de la salud pública depende de las emergencias. “Se han pasado los últimos 20 años creando organismos como el CEPI, inaugurado en la reunión del Foro Económico Mundial de 2017 y centrado exclusivamente en el desarrollo de vacunas para pandemias, y en ampliar la capacidad para detectar y distinguir cada vez más virus y variantes. Esto se ve respaldado por las enmiendas recientemente aprobadas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI)”, evaluó. Aunque la mejora de la nutrición, el saneamiento y las condiciones de vida ha permitido alargar la esperanza de vida en los países occidentales, estas medidas no encajan bien con un enfoque colonial de los asuntos mundiales en el que la riqueza y el dominio de algunos países se consideran dependientes de la pobreza continuada de otros, reflexionó Bell, quien agregó que esto requiere un paradigma en el que la toma de decisiones está en manos de amos burocráticos y corporativos distantes. En cuanto al entramado que subyace a la declaración de esta clase de “emergencias”, el experto consideró que la salud pública tiene una desafortunada historia de apoyo a esto, con la restricción de la toma de decisiones local y el empuje de los productos básicos como intervenciones clave. “Así, ahora tenemos miles de funcionarios de salud pública, desde la OMS hasta institutos de investigación, organizaciones no gubernamentales, empresas comerciales y fundaciones privadas, dedicados principalmente a encontrar objetivos para las farmacéuticas, robar fondos públicos y luego desarrollar y vender la cura. Toda la agenda pandémica de nuevo cuño, demostrada con éxito a través de la respuesta al covid-19, se basa en este enfoque. La justificación de los salarios implicados requiere la detección de brotes, una exageración de su posible impacto y la institución de una respuesta basada en productos básicos y, por lo general, en vacunas”, resumió. Bell apuntó que los patrocinadores de todo este proceso -países con grandes industrias farmacéuticas, inversores farmacéuticos y las propias empresas farmacéuticas- han establecido un poder a través de los medios de comunicación y el patrocinio político para garantizar que el enfoque funcione. “Los medios de comunicación y la industria editorial pueden ocultar eficazmente a la opinión pública las pruebas de la intención del modelo y de los daños que está causando. Pero en la RDC, las personas que llevan mucho tiempo sufriendo la explotación de la guerra y de los extractores de minerales, que sustituyeron a un régimen colonial especialmente brutal, ahora también deben lidiar con los extractores de riqueza de las farmacéuticas”, agregó. SALUD PUBLICA CORRUPTA Aunque el Mpox se concentra en África, los efectos de la salud pública corrupta son mundiales, escribe Bell. “Es probable que la gripe aviar siga el mismo curso que el Mpox en un futuro próximo. El ejército de investigadores pagados para encontrar más brotes lo hará. Aunque el riesgo de pandemias no es significativamente diferente al de hace décadas, hay una industria que depende de hacer creer lo contrario”, vaticinó. “Como demostró el libro de jugadas del covid-19, se trata de dinero y poder a una escala sólo igualada por regímenes fascistas similares del pasado. Los esfuerzos actuales en todos los países occidentales para denigrar el concepto de libertad de expresión, criminalizar la disidencia e instituir pasaportes sanitarios para controlar los movimientos no son nuevos y no están en absoluto desconectados de la inevitabilidad de que la OMS declare el Mpox como una emergencia de salud pública. No estamos en el mundo que conocíamos hace veinte años”, argumentó. Para Bell, la pobreza y las fuerzas externas que se benefician de la guerra, y las enfermedades que éstas posibilitan, seguirán golpeando a la población de la RDC: “Si se pone en marcha una campaña de vacunación masiva, lo que es muy probable, los recursos financieros y humanos se desviarán de amenazas mucho mayores. Por ello, la toma de decisiones debe centralizarse lejos de las comunidades afectadas. Las prioridades locales nunca coincidirán con aquellas de las que depende la expansión de la industria pandémica”. El especialista en Salud Pública, hizo hincapié en que en Occidente debemos dejar de culpar a la OMS y abordar la realidad que se desarrolla a nuestro alrededor. “Los periodistas promueven la censura, los tribunales están al servicio de agendas políticas y el propio concepto de nación, del que depende la democracia, está siendo demonizado. Clubes empresariales como el Foro Económico Mundial promueven abiertamente una agenda fascista, de la que se hacen eco las instituciones internacionales creadas tras la Segunda Guerra Mundial específicamente para oponerse a ella”, describió, y luego añadió: “Si no somos capaces de ver esto y si no nos negamos a participar, sólo podremos culparnos a nosotros mismos. Estamos votando a estos gobiernos y aceptando un fraude evidente, y podemos elegir no hacerlo”. El especialista adelantó que en la RDC los niños seguirán muriendo trágicamente de Mpox, malaria y todas las enfermedades “que aseguran el rendimiento de las inversiones de las lejanas empresas que fabrican productos farmacéuticos y baterías”. “Podrán ignorar las súplicas de los sirvientes de los Hombres Blancos de Davos que desearán inyectarles -escribió-, pero no podrán ignorar su pobreza ni el desinterés por sus opiniones. Como en el caso de covid-19, ahora serán más pobres porque Google, The Guardian y la OMS fueron comprados hace tiempo y ahora sirven a otros”. Para concluir, este ex funcionario de la OMS evaluó que la única esperanza real es que ignoremos las mentiras y los pronunciamientos vacíos, negándonos a doblegarnos ante el miedo infundado. “En la salud pública y en la sociedad, la censura protege las falsedades y los mandatos reflejan la codicia de poder. Una vez que nos neguemos a aceptar las dos cosas, podremos empezar a abordar los problemas de la OMS y la desigualdad que está promoviendo. Hasta entonces, viviremos en este circo cada vez más vicioso”, finalizó.

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