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  • Nuestras ajenas costumbres

    » Panorama

    Fecha: 04/08/2024 05:10

    La incorporación a nuestra cultura de costumbres foráneas. La hibridación cultural. La dinámica en los usos y costumbres. La historia del andamiaje cultural norteamericano. Las influencias a nuestra cultura y la retroalimentación de la misma. Por Pablo Argañarás, Lic. En Cine y Televisión De manera incansable observamos e incorporamos costumbres que son ajenas a nuestra cultura. Las películas, programas de televisión y series en plataformas van "taladrando" de a poco, pero de manera incansable, nuestra endeble cultura. Nuestro país es permeable a incorporar costumbres foráneas y hacerlas nuestras. Algún purista diría que nos "llevan puesto". Pero este fenómeno no es nuevo, sino que viene desde hace muchísimo tiempo. Si pensamos caeremos en cuenta que lo del "crisol de razas" se acentuó con nuevas influencias. Y allí tiene un rol fundamental las culturas foráneas y su manera de expandirla. Estados Unidos mediante el cine, "plantó bandera" en todo el mundo. Es el país con mayor exportación de material audiovisual. La segunda industria en importancia para la economía estadounidense. La primera, dicho sea de paso, es la de la fabricación de armas. Este andamiaje de distribución de contenidos audiovisuales a todo el mundo no es espontáneo. Fue desarrollándose con el correr de las décadas desde el nacimiento de Hollywood. Salvo países de Europa, el resto permeabiliza sus pantallas y la cuota de las mismas. Aquí, en nuestro país de diez salas de cine que estrenan un film los días jueves, siete corresponden a películas norteamericanas. Las tres restantes se reparten entre los demás países. En los contenidos de plataformas audiovisuales y la televisión sucede algo similar. No es extraño que su cultura se cuele por todas las ranuras. Así, de a poco, empezamos a festejar halloween, comer donas como Homero Simpson, invocar super héroes y esperarlo a Batman que desde Ciudad Gótica se venga a hacer justicia en Huaico Hondo. Jóvenes que pregonan la cultura coreana y nipona. Bares que el día de San Patricio se llenan de bebedores de cerveza. Incluso nuestro "folklore", que viene de aquel "folklor" tan yanqui como el cartel de los Looney Toones, "it's all that folks". No nos pertenece ni la palabra con la que nombramos a las costumbres más arraigadas nuestra. El folclore, así, también nos es ajeno. Tan ajeno como el hot dog devenido en súper pancho con poncho o el panchuker de la peatonal Tucumán. El trencito "wara wara" tiene como animadores a Spider Man y Venom. El rojo y el negro, o el red y el black. Y así seguimos, dale que va... Las plazas se colman de jóvenes con batallas de algo como rap o trap, emulando a Eminem o algún otro en el Harlem pero aquí en el Barrio Autonomía. En el Barrio Borges los changuitos juegan en las calles ya no con bolitas o pelotas sino con spinners y slimes. Al lado del Estadio Único no se juntan los carritos de comida a modo de feria sino que hay "foodtrucks". Falta solamente que entremos al Mercado Armonía y coloquen un cartel ofreciendo "fish and chips" de bagre, en lugar del chupín. Estamos tan invadidos que es hasta bien vista la invasión en detrimento de lo nuestro. Tal vez "lo nuestro" nunca lo fue, sino que es una construcción de invasiones anteriores. Y los teóricos discuten, los puristas contra los vanguardistas. Mientras unos comen keepe y otros kipi. Unos spaghetti y otros fideos. Mientras tanto me siento en una confitería en la Avenida Roca a tomar un iced mate cocido con un tan nuestro cheese cake. Mientras miro por el vidrio pasar al vendedor ambulante encarando con su bici para el lado del río, con un canasto lleno de moroncitos, empanadillas y rosquetes.

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