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  • Venezuela y los Juegos Olímpicos se confabulan para darle una mano a Milei

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 03/08/2024 15:20

    Pese a las promesas al Gobierno lo corren con la vaina del cepo. Hay muchos intereses que se mezclan en estos reclamos, que incluyen presiones devaluatorias. La película la hemos visto mil veces. Arrancan sosteniendo que el dólar está atrasado, que es necesario devaluar o que el ritmo devaluatorio es muy lento. Siguen las presiones sobre los dólares paralelos, con su correlato del riesgo país en alza, como en este caso. Es cíclico y todos sabemos las consecuencias de las devaluaciones abruptas. Este Gobierno ya lo experimentó cuando arrancó. Es endeble el argumento del consumo. Hay economistas que sostienen que no habrá corrimiento a precios porque la demanda sigue por el segundo subsuelo. Es relativo y máximo el riesgo. ¿Está en condiciones la sociedad de soportar otra vuelta de tuerca al ajuste original? Servicios y tarifas seguirán aumentando en lo que resta del año, lo que suma más presiones inflacionarias. La recaudación impositiva cayó otra vez en julio, producto de la caída del consumo. Eso implica menos plata para las provincias. ¿Hasta cuándo es posible soportar el ajuste del ajuste? La corrida sobre el peso quedó disimulada por otras urgencias. Pero el propio Presidente acusó a una entidad bancaria y a un excandidato presidencial de impulsarla. Hay una máxima: a un gobierno fuerte no hay corrida que lo pueda afectar. La falta de dólares es lo que, más temprano que tarde, afecta a todas las políticas económicas. Ahí aparecen los acuerdos con el Fondo o sus ampliaciones. En este contexto, el reclamo para el levantamiento del cepo, se vuelve un riesgo. En la Rural, la semana pasada el Presidente ratificó que lo va a levantar, pero todavía no están dadas las condiciones para dar ese paso. Es otra de las tantas carreras contra el tiempo que corre. El desembarco de Sturzenegger sigue la misma política de enviar señales claras de hasta dónde están dispuestos a llegar. En ese caos desordenado que suele ser el gobierno, la política a veces se confabula para darle una mano. Las escandalosas elecciones en Venezuela hicieron lo suyo, tanto que han permitido cierta distensión en la relación con Brasil. Después de cuatro horas de charla en Olivos, el Presidente Milei y Mauricio Macri comenzaron a recomponer el vínculo que los unió durante la campaña. A la salida, si bien reafirmó su rol de opositor crítico y bombardeó la designación de Lijo en la Corte, Macri ratificó su alianza estratégica con elogios para Milei. “Tiene claro el rumbo y lo que hay que hacer. Hay fallas en la implementación y en los equipos. Al Presidente lo ayudamos aún pese a cierto entorno que tiene”, disparó ácido el ingeniero. Apoya, pero marcando la cancha, que no es poco a esta altura. También rechazó que fuera a ser candidato el año que viene. Hay lógica en eso, más allá de la chances reales que tenga. ¿Alguien en su sano juicio puede pensar en candidaturas en el 2025 cuando nadie sabe siquiera que va a pasar dentro de dos semanas? Es real, existe, la planificación agonal en la política pero hay muchachos que se pasan. La crisis es tan profunda que no da margen para otra cosa que no sea elucubrar cómo salir de ella. O al menos amortiguar los efectos hasta que la luz en el fondo del túnel sea visible para la mayoría. Milei ya lleva más de medio año al frente del Ejecutivo y ha batido todos los récords echando funcionarios. Convive aún con gente que viene del kirchnerismo en algunos lugares claves del estado. Salvo un puñado de áreas hay políticas de estado que no están claras, casi que ni se vislumbran. Ha habido idas y vueltas como con el conflicto universitario. Mantiene fuerte un relato a través de las redes sociales aunque el nivel de exposición presidencial en ellas ha disminuido. De vez en cuando, se le salta la cadena, pero forma parte de su historia y es lo que fue el trampolín que lo depositó en la Casa Rosada. Milei pelea por ser fiel a sí mismo, por adaptarse a un sistema que quiere cambiar desde adentro, y por conservar las expectativas que generó en más de la mitad de los argentinos. Se enfrenta al desgaste que provoca el ejercicio del poder en medio de una crisis pavorosa y angustiante. Muchas veces es víctima de su propi a esencia. Pero no puede darse el lujo de abandonarse a su suerte. Tiene estrella aún porque la oposición sigue desperdigada y aturdida. Por responsabilidades compartidas claro. Aunque este escenario no será eterno.

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