Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Se cumplieron quince años del femicidio de Alejandra Cugno

    » Infosastre

    Fecha: 08/07/2024 20:14

    Se cumplieron quince años del femicidio de Alejandra Cugno El 6 de julio de 2009, la directora de la Escuela Nº 268 de Cañada Rosquín, saludó por última vez a estudiantes y compañeras. Para su familia, docentes, el dolor es igual al de todos los días desde hace quince años. El femicidio que conmovió al país: “Alejandra Cugno es bandera del feminismo en la región”. El juicio oral y público a José Luis Baroni, confeso y único imputado en el crimen de la docente Alejandra Cugno, se inició el 15 de junio de 2010 en la ciudad de Santa Fe. En el debate, en el que declararon 28 testigos, se determinó la responsabilidad de Baroni en el femicidio de la maestra, ocurrido el 6 de julio del 2009 en una tapera rural ubicada en cercanías de Landeta, departamento San Martín de la provincia de Santa Fe. El tribunal fue presidido por la jueza María Amalia Mascheroni, junto a quien trabajaron los jueces de Sentencia Norberto Nisnevich y Dardo Rosciani, en tanto fueron fiscales Graciela Parma y Juan Pablo López Rosas. El único imputado y autor confeso del crimen era José Luis Baroni, alias “Colorado”, quien fue juzgado por los delitos de “rapto, abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, homicidio doblemente agravado por la alevosía y criminis causa, robo y estelionato en concurso real”. Las audiencias se realizaron en una sala del primer piso del Palacio de Tribunales de Santa Fe, acondicionada de acuerdo a las exigencias que determinaba el nuevo Código Procesal Penal santafesino. Vale la pena señalar que se transformó en el segundo caso en la provincia en el que se imputó al acusado en un juicio oral y público. Baroni fue defendido por los abogados Claudio Villasboas y Miguel Gassmann y hasta ese momento se encontraba alojado en la cárcel santafesina de Las Flores, luego de un paso por el penal de Coronda. El femicidio de la docente oriunda de la ciudad de San Jorge conmocionó a la provincia de Santa Fe y a todo el país en el mes de julio de 2009. Aquel martes 7 de julio de 2009, la localidad santafesina de Cañada Rosquín salió de la simpleza cotidiana. El llamado sorpresivo a la radio del pueblo de Stella Gambetta, maestra y vicedirectora de la Escuela 268 alertó a la población: “Buscamos a Alejandra, nuestra directora. Estamos preocupadas, salió ayer a las 17.30 hs como cada tarde hacia San Jorge y no llegó a la casa2, enfatizó. “La familia de Alejandra, ya hizo la denuncia”, continuó con voz temblorosa. “Hay que hacer algo. Si tienen algún dato por favor nos lo comunican”, expresó. Eran las 9 de la mañana, apenas iniciado el programa periodístico “¿Y por casa, cómo andamos?” de la FM del Sol 103.9. Alejandra Cugno tenía 42 años y un hijo de cinco. Vivía con su mamá en San Jorge. Se desempeñaba como directora de la Escuela 268 en Cañada Rosquín y viajaba todos los días en el clásico trayecto de 40 km que separa a ambas poblaciones ubicadas en el centro oeste de la provincia de Santa Fe. La educadora era muy querida en el entorno de docentes de la región. Llevaba 20 años de profesión, con intenso trabajo en su ciudad natal y en El Trébol. A partir de julio de 2008 fue nombrada directora de la escuela rosquinense y asumió el compromiso de viajar todos los días, y según testimonios de algunas compañeras, era una mujer muy solidaria. Según contó Belkis Bollati de Cugno, la madre de Alejandra, la docente “todas las tardes llama por teléfono cuando sale de la escuela y me avisa si se demora. Ayer no llamó y sospeché que algo le había pasado. Llamé y llamé a su celular y estaba apagado. Entonces hice la denuncia”, relató al programa radial. En la noche del martes 7 de julio, la región del centro oeste santafesino, empezó a tomar conciencia de la gravedad del hecho. Inmediatamente el gremio Amsafé exigió una investigación profunda acerca de la desaparición de la trabajadora de la educación. A quince años del femicidio, la maestra Leonara Brarda, dijo a Postarosquín: “Recuerdo que en la tardecita del lunes 6 de julio, su mamá llamó a la escuela porque Ale no había llegado. La cooperadora empezó a movilizarse. Inmediatamente nos comunicamos entre todas las compañeras». Y agregó: «Fueron noches de no dormir en ese invierno. No poder dejar de pensar y ese frío… Tener una persona desaparecida es terrible, es un sentimiento peor que la muerte. Ale estaba desaparecida. No sabíamos nada, ¿Dónde estaba, que le pasó? Sentimos terror”. “Cuándo encontraron el cuerpo de Alejandra, el viernes 10 de julio, y …cuesta mucho expresar lo que sentí. en ese momento. Fué una mezcla de una tremenda desolación y alivio: La habían encontrado. Es insoportable vivir con el pesar de una persona desaparecida. encontrar a nuestra directora y compañera fué para mí la más absoluta tristeza”. Brarda destacó: “Estuve en el juicio a Baroni, estuve en tres audiencias junto a mis compañeras de la Escuela 268. Las primeras audiencias recuerdo que no fuimos. Alguien de la fiscalía se puso en contacto con la escuela y nos pidió que vayamos. Y fuimos. Había que estar ahí eh…y estuvimos. Íbamos con guardapolvo, era durísimo. Baroni nunca pudo mirarnos. Nosotras estábamos a escasos metros de él y nunca pudo levantar la mirada y vernos en memoria de Alejandra, con guardapolvos blancos”. “El juicio se había puesto muy tenso al principio. Obviamente todo lo que deja al descubierto la justicia patriarcal, se intentó ensuciar la imagen de Alejandra. Era una jugada estratégica del abogado defensor y de una sociedad machista. Si tengo que definir eran momentos de mucha angustia y adrenalina. Ver al asesino de mi compañera de trabajo, me movilizó siempre. Estar ahí en una vorágine de sentimientos. Un día dando clases y al otro día presente en el juicio”, afirmó. Aunque Leonara reconoció que todavía le carcome la cabeza lo vivido: «Jamás pensé en otra cosa que en que tenía que estar preso. Siempre deseé que Baroni sienta miedo, mucho miedo de por vida. El que sintió Ale. El que después sentimos todas en la escuela». El femicidio de Alejandra Cugno A través de un testimonio había un dato relevante. Dos jóvenes que trabajaban en una fábrica de colchones resultaron ser los testigos claves en la parada de colectivos sobre la ruta Provincial 66, a la altura de Cañada Rosquín. Dos muchachos que presenciaron la escena: Cuándo el auto de la maestra se detiene para levantar a un hombre que hacía dedo. El jefe de la Policía de la Provincia Juan Hek y el juez de Instrucción de turno, José Manuel García Porta, desplegaron un operativo de rastrillaje con unidades regionales en búsqueda de alguna pista. Una prueba que permitiera recrear cuál había sido el recorrido de ese auto para intentar encontrarla con vida. A las 4 de la mañana del miércoles 8, fue encontrado el Fiat Duna de Alejandra, en un estacionamiento cerca de la terminal de ómnibus de la ciudad de San Francisco. Poco después, en en una finca rural de esa localidad cordobesa aparecieron prendas pertenecientes a la maestra. El viernes 10, el juez García Porta y el jefe policial Juan Hek, en una conferencia de prensa, difundieron la imagen del principal sospechoso, José Luis Baroni, un peón golondrina que solía trabajar en los campos de la zona como fumigador. En la foto que expusieron García Porta y Hek, se veía a un hombre de apariencia humilde, pelo rojizo, baja estatura. La conferencia se interrumpió abruptamente, habían encontrado el cuerpo de una mujer en un campo. Todos los medios ahí presentes salieron en caravana. El trayecto de unos treinta kilómetros, los dejó en un camino rural y cerca del pueblo de Landeta. Las fuerzas policiales habían colocado una cinta perimetral, muy distante de los árboles donde estaba la tapera y un aljibe. En el fondo de ese aljibe, se encontraba el cuerpo desnudo de la maestra. El crimen de Alejandra Cugno El crimen de Alejandra Cugno, ocurrió el mismo lunes 6 de julio de 2009. Esa tarde la docente viajaba en su auto por la ruta 66, que conecta esa localidad con San Jorge cuando José Luis Baroni, un jornalero rural, a quien la mujer conocía, hacía dedo al costado del camino y por eso lo levantó. Desde ese momento, de acuerdo al procesamiento del juez José Manuel García Porta y la propia confesión que hizo Baroni en primer término, el hombre la hizo desviar por un camino, dominó a la mujer con un arma blanca y la condujo hasta la tapera en un campo de la localidad de Landeta. Allí intentó abusar sexualmente de ella y la desmayó con un golpe en la cabeza, mientras la mujer ofrecía resistencia. Luego arrojó el cuerpo a un aljibe abandonado y lo tapó rompiendo el brocal del pozo. Baroni escapó y estuvo prófugo varios días, durante los cuales viajó primero en ómnibus y luego a dedo por distintas localidades. Cuando ya había sido divulgada su identidad como principal sospechoso, fue detenido en San Justo, ciudad al norte de la provincia de Santa Fe. Escapaba hacia el Chaco pero se enfermó en el camino. Se hizo atender en un Samco y una enfermera lo identificó. La Sala III de la Cámara de Apelaciones confirmó la prisión perpetua a José Luis Baroni por el crimen de la docente Alejandra Cugno Los vocales de la Cámara, en una sentencia confirmatoria de unas 60 fojas, desecharon los planteos realizados por la defensa de Baroni, y ratificaron lo decidido en el Juicio Oral realizado en junio de 2010, cuando María Amalia Mascheroni, Dardo Rosciani y Norberto Nisnevich lo condenaron a esta pena. El imputado fue sentenciado como autor penalmente responsable de los delitos de “rapto, abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, homicidio agravado criminis causa, hurto calificado y defraudación por estelionato”. A menos de un año de cometido el hecho, José Luis Baroni fue condenado a la pena máxima. Hoy pasa sus días en el pabellón N 11 de la cárcel de Piñero. Entre el público presente en la Sala III, había una veintena de mujeres, que con sus guardapolvos blancos y la foto de Alejandra, llegaron hasta la capital provincial para honrar la imagen de la víctima. Era tanta la gente que quiso presenciar el momento de la lectura de la sentencia, que hasta el espacio destinado a periodistas estuvo lleno. “Cómo olvidar ese día. Fue el 30 de junio. Me acuerdo que nuestro aplauso resonó en la sala. Era la condena que esperábamos”, manifestó Leonara Brarda maestra de Centeno. “Alejandra era muy buena gente. Se la cuestionó por levantar a un hombre para llevarlo. Lo hizo por ser trabajadora y solidaria. Todo le costó mucho. Me contó que de chica hacía las tareas donde su mamá limpiaba. Su papá había fallecido cuando era muy chiquita y Belkis limpiaba casas. Ale pudo estudiar haciendo dedo para trasladarse. Y trabajó en otros pueblos siempre haciendo dedo. Se puso tan feliz cuando pudo comprarse el primer auto para ir a la escuela. Así que cuando lo tuvo, dijo: voy a llevar a toda persona que me haga dedo, la voy a llevar porque a mí siempre me llevaron y quiero devolver ese favor a tanta gente”, concluyó Leonara. Un caso emblemático que posicionó en la agenda pública a los femicidios Con la mirada en la foto de Alejandra Cugno en el local de Mumalá Cañada Rosquín, María José Zochi coordinadora provincial de la organización, reflexionó para este medio: «En junio de 2009, cuando Baroni asesina a Alejandra Cugno, aún faltaban muchos años para el grito unánime de toda la sociedad argentina, que luego se convirtió en una fecha clave del calendario feminista argentino, Ni Una Menos». “Si bien el femicidio/ feminicidio como concepto ya resonaba en los ámbitos acádemicos del feminismo, todavía no estaba incorporado al código procesal penal el agravante del homicidio en el que mediare violencia de género. Tampoco estaba sancionada la ley 26485 específica para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres; ambos resultados de las luchas de los feminismos argentinos”. A 15 años del crimen, y en referencia a la región, María José destacó: «El departamento San Martín, centro oeste santafesino, una zona donde los delitos de homicidios son contados, y la sociedad se caracteriza por ser conservadora, apegada a las tradiciones sociales y culturales, un pequeño grupo de mujeres rosquinenses, luego del hecho atroz, comenzamos a llamar el asesinato de Ale por su nombre: Femicidio”. “Así nacen Las Juanas Sanmartinianas, acompañadas y asesoradas por las compañeras de Las Juanas Rosario, en ese momento coordinadas por Gabriela Sosa, comenzamos el camino de militancia y lucha para visibilizar las violencias de género. Primero en Cañada Rosquin, luego en Sastre, y actualmente en cinco localidades del departamento, hoy ya diez en la provincia» sostuvo la coordinadora provincial. “Hubo que transitar mucho dolor. Nos capacitamos, armamos talleres, jornadas callejeras, charlas en las escuelas secundarias, y hoy seguimos luchando por una sociedad libre de violencias. Alejandra Cugno es bandera del feminismo de la región”. Fuente: postarosquin.com

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por