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» Diariamente
Fecha: 08/07/2024 13:27
El sindicato de los docentes volvió a tirar más de la cuerda. No es que no tenga experiencia en ello. Pero esta vez cayó en el fango del absurdo y la sociedad le pasó factura. Todo comenzó, hace ya algunos días, con la aprobación de una ley que establece el pago de un plus (del 15%) a los docentes que no tengan más de tres inasistencias justificadas por trimestre. En una reacción insólita, el gremio ATEN puso el grieto en el cielo y convocó a un paro contra esta medida que en realidad beneficia a sus representados (pero en paralelo le quita a la dirigencia gremial una herramienta de presión sobre ellos). Es un incentivo, un premio para los que cumplen con la básica obligación de trabajar. Con esa reacción y con las excusas a las que apeló para justificar su propensión a la huelga (“por los presos políticos” y “contra la Ley Bases”, entre otras custiones), ATEN quedó de un lado y la sociedad del otro. Aunque tuvo, debe reconocerse, el solitario respaldo de una ex diputada provincial neuquina (Soledad Salaburu, K) que a modo de aparente “venganza” presentó un proyecto para que los diputados que faltan a sesiones y a reuniones de comisión sean sancionados con descuentos en sus haberes. Pero a ella también ¡Le salió el tiro por la culata! El autor de la norma sobre aquel plus (al que popularmente se conoce como presentismo aunque no lo es), Claudio Domínguez (MPN) recordó que en su anterior paso por el recinto presentó un proyecto similar, al tiempo que otros legisladores opinaron que es justo que el que no trabaja no cobre. La dirigencia de ATEN (Marcelo Guagliardo, en provincia y Angélica Lagunas, en la ciudad capital) es la primera en patalear cuando alguien se anima a esbozar que hay que descontar los días de paro. No están de acuerdo con eso de que el que no trabaja no cobra. La dirigencia de ATEN está como aquellos boxeadores que esperan que suene la campana: desorientada. Y, en medio de todo esto, dos legisladoras (Mercedes Tulián de NCN y Gisselle Stillger de Arriba Neuquén) fueron contra una vieja costumbre y presentaron una iniciativa para que las jornadas institucionales se realicen fuera de los horarios de clases. Más lógico imposible: de este modo se evitaría que los chicos y adolescentes pierdan días de clases. El sindicato está en contra, porque muchas veces usan esas jornadas para generarse fines de semana largos. ¿Cómo asiste la sociedad neuquina a todo esto? La respuesta es contundente: indignada. Al menos así lo demuestra una encuesta que la consultora Reyes Filadoro realizó el 4 y 5 de julio (jueves y viernes último) entre 800 personas. Las cifras abruman. Veamos: el 70% de los neuquinos considera que el salario los docentes debería estar atado al presentismo. Y el 65% de los consultados apoya la ley de incentivo (ya aprobada), independientemente de que tengan hijos en edad escolar o no. El 70% de los hombres encuestados dijo estar de acuerdo con la medida que premia la presencia en las aulas, mientras que entre las mujeres la adhesión fue del 59%; esos guarimos se enlazan con muchos otros; entre ellos, el siguiente: el 81% de los que están convencidos de que el ausentismo es el principal problema, está de acuerdo con la ley provincial de incentivo docente. Por otro lado, el 63% de los encuestados está de acuerdo con que se descuenten los días no trabajados por paro, mientras que el 34% dijo estar en desacuerdo o expresó que tiene dudas. Pero eso no es todo, ya que la mayoría de los neuquinos (57%) opinó que los docentes se “aprovechan” del actual sistema de licencias para faltar a su trabajo. A la luz de esta realidad, no sorprendería que la calificación que mayoritariamente tiene la sociedad para ATEN se el aplazo. Y literalmente lo es ya que la imagen positiva del sindicato ¡No llega al cuatro! Y es del 29% ¡Una miseria! En cambio, la imagen negativa es del 64% Todos estos números guardan estrecha relación con lo que se viene observando en redes y ponen en tela de juicio el recurso (desleal) del paro fácil (es decir sin argumentos válidos) que no hizo más que deteriorar la imagen del gremio frente a la sociedad. El común de la población no habla de Guagliardo ni de Lagunas a quienes seguramente no conocen, pero sí de ATEN y estos dos con su actitud mezquina han desprestigiado al conjunto.
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