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  • Mi familia y otros animales

    » Clarin

    Fecha: 08/07/2024 08:12

    En casa, lo he contado en algún poema, estaba prohibido envejecer. Mi papá era cirujano plástico y en esa dinámica familiar cumplir años suponía quedar tecleando hasta hallarte en la nueva cifra. Quizá por eso resulta tan conmovedor escuchar al escritor chileno Rafael Gumucio (exactamente un día más joven que yo) hablar de su debilidad por los viejos, como lo hizo en Madrid durante la presentación de Los parientes pobres, su nueva novela, inspirada en la figura de su abuelo Enrique Araya, diplomático y autor canónico de la literatura humorística chilena. “Mis abuelos vivían en París con nosotros y siempre me parecieron más inteligentes que mis padres. La idea de enfrentar la muerte, de debatir o dialogar con ella ha sido muy importante para mí y los viejos viven esto en directo. Tengo muchos amigos escritores que han muerto de viejos como Nicanor Parra, Germán Marín, Jorge Edwards. Ha pasado mucha vida mía en entierros”, contó ese día sin dramatismo y con el buen humor que define sus libros. Gumucio lleva tres décadas sumando títulos a su proyecto de “autobiografía familiar”, un modo de contar Chile desde las vivencias que marcan a su gente. “Las familias son un lugar donde se mezclan edades e idiosincrasias; es un gran laboratorio de relaciones y eso para un novelista es un regalo. Los países están hechos de esa intimidad familiar: es el país que te importa”, sostuvo en diálogo con la periodista Elsa Fernández Santos. El título llegó antes que la historia, casi una síntesis de un sentimiento complejo y compartido. “Siempre hay un pariente más pobre que tú al que recibes por piedad y después humillas. Pero tú eres también el pariente pobre de algún otro, que actúa igual. Está esa idea muy chilena de que si hay cinco personas y cuatro presas de pollo, alguien se queda sin comer. Si un chileno gana el premio Nobel es que yo no lo voy a ganar”, bromeó. Definir el propio sitio en relación con otros es esencial en la novela, que empieza con un chat entre los 11 hijos de un patriarca, cuyos amores prohibidos escandalizan a la residencia de mayores en la que vive. Se entretejen con la ficción pasiones en la tercera edad y secretos de familia (“numerosa, excéntrica, vistosa y con algunos integrantes algo exhibicionistas”, dice de la suya).

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