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  • Arthur Conan Doyle: de la carrera médica a la pasión por la literatura

    » El dia La Plata

    Fecha: 07/07/2024 16:36

    Nació en la vibrante ciudad de Edimburgo y falleció un día como hoy en Crowborough / Web Sir Arthur Conan Doyle, reconocido como el creador del icónico detective Sherlock Holmes, fue mucho más que un brillante escritor. Nacido el 22 de mayo de 1859 en la vibrante ciudad de Edimburgo, el escritor llevó una vida marcada por la dualidad entre su carrera médica y su pasión por la literatura. Desde temprana edad, Doyle mostró un talento excepcional tanto en el ámbito académico como en el artístico. Educado en la Universidad de Edimburgo, tuvo el privilegio de relacionarse con mentes ilustres como Robert Louis Stevenson y James Matthew Barrie, cuyas amistades influyeron profundamente en su desarrollo personal y literario. Sin embargo, fue su encuentro con el eminente médico escocés Joseph Bell lo que moldeó su destino de manera inesperada. Bell no solo le enseñó los rudimentos de la medicina, sino que también le inculcó la importancia de la observación meticulosa y la deducción lógica, características que definirían el método de su detective más célebre, Sherlock Holmes. Doyle, ávido de experiencias y conocimiento, no se limitó al ejercicio de la medicina. Embarcado en el ballenero Hope, exploró las gélidas aguas de Groenlandia y el Ártico, donde demostró no solo su habilidad como médico, sino también su destreza como boxeador. Estas aventuras marcaron profundamente su espíritu aventurero y su visión del mundo, influyendo posteriormente en sus obras literarias y en su incursión en el periodismo de viajes y la fotografía. De regreso a tierra firme, Doyle consolidó su carrera médica en Southsea, donde conoció a su primera esposa, Louisa Hawkins. Sin embargo, su consulta oftalmológica no alcanzaba los ingresos deseados, impulsándolo a explorar la escritura como fuente adicional de sustento. Así nació su obra maestra inicial, “Estudio en escarlata”, que introdujo al mundo a Sherlock Holmes y al fiel doctor Watson. El éxito arrollador de Sherlock Holmes catapultó a Doyle a la fama literaria, pero también lo colocó en el centro de controversias. Su decisión de “asesinar” a Holmes en “El problema final” desató una tormenta de protestas entre sus lectores, obligándolo a resucitar al detective en obras posteriores como “El perro de los Baskerville”. Fuera de la literatura, Conan Doyle desarrolló un profundo interés por el espiritismo, una faceta menos conocida pero igualmente apasionante de su vida. Fascinado por fenómenos paranormales y motivado por la pérdida de su hijo durante la Primera Guerra Mundial, Doyle se convirtió en un ferviente defensor de la existencia de lo sobrenatural, desafiando incluso a sus más cercanos amigos, como el famoso mago Houdini. Su legado va más allá de Sherlock Holmes. Doyle incursionó en la ciencia ficción con el profesor Challenger y exploró la novela histórica con obras como “La compañía blanca”. Su vida estuvo marcada por un constante deseo de explorar nuevas fronteras literarias y espirituales, dejando una huella imborrable en la historia de la literatura mundial. El 7 de julio de 1930, un ataque cardíaco silenció la pluma del genio literario, pero no apagó su legado. Nueve años después de su partida, el inmortal “Elemental querido Watson” resonaría en la pantalla grande, asegurando que el nombre de Sir Arthur Conan Doyle perdurara por generaciones como sinónimo de ingenio literario y visión excepcional. Arthur Conan Doyle fue más que un creador de historias detectivescas; fue un visionario cuya influencia trasciende el tiempo y el espacio, recordándonos que la verdadera genialidad reside en la capacidad de explorar lo desconocido, ya sea a través de la ciencia, la literatura o el misterio del más allá.

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