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  • Miradores para disfrutar la belleza urbana

    » Diario Cordoba

    Fecha: 07/07/2024 15:41

    "Nunca merezcan mis ausentes ojos Ver tu muro, tus torres y tu río, Tu llano y Sierra, ¡oh patria, oh flor de España!". Estos son los versos finales del soneto A Córdoba, escrito por Luis de Góngora en 1585 durante la vuelta a su tierra procedente de un viaje a Granada. Y es que, por muchas veces que uno vea, y no solo eso, sino que admire la belleza de Córdoba, no se cansa de hacerlo. Buena prueba de ello es que ya en el siglo XVI se escribía del encanto de esta ciudad y, a día de hoy, tanto cordobeses como forasteros siguen buscando los mejores emplazamientos para disfrutar de unas vistas privilegiadas del paisaje cordobés. Para ser un afortunado más, este periódico recomienda siete ubicaciones perfectas para apreciar la belleza de Córdoba desde diferentes perspectivas. Mirador de Córdoba / Víctor Castro Mirador de las Niñas En plena Sierra de Córdoba se encuentra el mirador de las Niñas, un lugar diáfano y fácilmente accesible al que es recomendable desplazarse en vehículo, ya que a pie la travesía campestre se puede alargar unas horas. Siguiendo la carretera de Trassierra, y desviándose a la altura del cruce que hay antes de llegar a la barriada, se encuentra este mirador natural, el cual es perfecto para disfrutar del amanecer o la puesta de sol tanto solo como en compañía. Además, la diferencia de altura entre Córdoba y este lugar provoca que, incluso a horas cercanas al mediodía, la temperatura sea más agradable en el mirador, lo que facilita y anima a disfrutar de este punto casi en cualquier momento de la jornada. Vista de Córdoba desde el mirador de las Niñas, cerca de Trassierra. / Víctor Castro Las Ermitas A siete kilómetros del mirador de las Niñas están ubicadas Las Ermitas de Córdoba, un complejo religioso erigido en el siglo XVIII. Dentro de este recinto se encuentra el conocido como Balcón del mundo, un mirador situado a los pies del monumento al Sagrado Corazón de Jesús que ilumina -por las noches- y observa la ciudad desde las alturas. Para entrar a este espacio es necesario adaptarse al horario de visitas y abonar un pequeño importe en concepto de donativo para la orden de los Carmelitas Descalzos. Un visitante utilizando los prismáticos ubicados en el 'Balcón del mundo', en Las Ermitas. / Víctor Castro Como curiosidad, destaca la presencia del sillón del obispo Pedro Antonio de Trevilla. En este asiento tallado en piedra hay un agujero en el que, tradicionalmente, las jóvenes introducen un dedo para pedir un novio. Sin embargo, y quitándole romanticismo al asunto, este orificio no es más que un sencillo sistema para desaguar el asiento cuando llueve. Por otra parte, la anteriormente mencionada estatua del Sagrado Corazón de Jesús sufrió el ataque de dos rayos: uno en 1969 y otro en 1972, siendo este segundo causante de su decapitación. La figura permaneció así hasta 1986, año en el que se restauró y desde el que vuelve a observar la ciudad desde una ubicación excepcional. Parque de la Asomadilla El parque de la Asomadilla, ubicado al bajar de la Sierra y entre los barrios de El Brillante y El Naranjo, dispone del mirador María José Moros Molina, lugar de descanso para deportistas, caminantes y todo aquel que pase por allí y desee contemplar el horizonte con Córdoba de por medio. Este mirador, una plataforma circular elevada sobre el resto del parque, permite observar la ciudad desde la propia urbe, ofreciendo vistas de todo el término municipal. Para acceder al parque hay que tener en cuenta que abre sus puertas a las 7.00 horas y cierra a las 23.00 ó a las 2.00 horas, dependiendo de la temporada. Mirador María José Moros Molina, en el parque de la Asomadilla. / Víctor Castro Iglesia de San Lorenzo Desde 2022 es posible acceder a la torre de la iglesia de San Lorenzo, ubicada en el barrio con el mismo nombre. Este mirador urbano no solo permite disfrutar de las vistas de la ciudad desde su cima, sino que también oculta restos del antiguo alminar árabe que le precedió. Además, en los rellanos que permiten el descanso mientras se asciende a través de los 125 escalones que llevan hasta lo alto del campanario, hay paneles informativos que guían al visitante a través de la historia del edificio, y hacen que la subida sea gratificante no solo a nivel visual, sino también formativo. Vista de Córdoba desde la torre de la iglesia de San Lorenzo. / Víctor Castro Cada peldaño de los 125 que hay hasta lo alto del campanario cuesta cuatro céntimos, puesto que para acceder al mismo es necesario abonar cinco euros. Y desde lo alto de la torre de esta iglesia fernandina, se vislumbra el campanario de otro templo, el de la Mezquita-Catedral. Torre Campanario La Torre Campanario de la Mezquita-Catedral de Córdoba es una de esas edificaciones que consiguen transportar a cualquiera a otro lugar. Y no a un lugar físico, sino a uno incorpóreo desde el que la persona es capaz de sentirse abrazada por una ciudad llena de historia. Desde este campanario se pueden atisbar, entre otros emplazamientos, el Patio de los Naranjos desde arriba, la cúpula de la iglesia del colegio Santa Victoria, en pleno centro de Córdoba, o el estadio del equipo de la ciudad, situado al sur de la misma. Acceder al interior de una parte del monumento más reconocible de Córdoba es gratis para los residentes o nacidos aquí, mientras que para los turistas tiene un precio de tres euros. Turistas en la Torre Campanario de la Mezquita-Catedral. / Víctor Castro Osario Romano Bastante cerca del estadio El Arcángel, en el barrio Fray Albino, se encuentra el mirador Osario Romano, ubicado en la calle homónima. Este agradable mirador es objeto de disfrute por parte de los vecinos de la zona, quienes pueden contemplar unas maravillosas vistas de la ciudad sin moverse de su barrio. Mirador Osario Romano, en la zona sur de la ciudad. / Víctor Castro Además, unos encantadores jardines bajo el mirador permiten al observador pasear placenteramente al tiempo que otea el perfil de Córdoba desde la zona sur de la ciudad. Un poco más al sur se encuentra el mirador de Córdoba. Mirador de Córdoba Siguiendo el curso del río Guadalquivir -por la calle Acera del Río- se llega al mirador de Córdoba, un lugar totalmente abierto al que es recomendable acudir en vehículo. Este mirador es algo inusual, ya que no es una torre, ni un recinto cerrado ni presenta unos límites establecidos. Se trata de una carretera con cultivos a los lados que se ha convertido en uno de los lugares predilectos de los cordobeses para ver el atardecer alejados del alboroto de la ciudad. Vista de la ciudad desde el mirador de Córdoba, con el estadio de fútbol en primera línea. / Víctor Castro Estos son solo siete lugares desde los que admirar la belleza de Córdoba, una ciudad que, como ya decía Góngora allá por el siglo XVI, es necesario observar con ojos presentes, tanto sus muros, sus torres o su río, como su llano y su Sierra. Y, para ello, qué mejor manera que visitar la ciudad y patearla de arriba abajo, a pie y en coche cuando sea preciso, pasando por los miradores y por todos los rincones que hacen de Córdoba un lugar único, del que seguro cualquier visitante se va pensando en volver. Suscríbete para seguir leyendo

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