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» El Sol
Fecha: 07/07/2024 08:43
El desembarco del histórico dirigente radical de Godoy Cruz César Biffi en el sillón que tiene Mendoza en el directorio de YPF parece estar llamado a resolver dos conflictos, o dos frentes de atención, demasiados molestos y ponzoñosos para el gobierno de Alfredo Cornejo. En primer lugar, desde que se conociera públicamente que Jimena Latorre –a la que Biffi ha venido remplazar– había avanzado en ser la representante de la provincia en la petrolera aceptando cobrar los emolumentos propios del cargo (el que sean montos más que jugosos es sólo un accidente adicional) cuando desde lo estrictamente ético tendría que haber renunciado a los mismos por ser al mismo tiempo ministra de Energía y Ambiente, el Ejecutivo y Cornejo no tuvieron paz. Cuanto menos y desde el vamos, se sabe, Latorre sólo tendría que haber percibido el sueldo de ministra. Además de que una ponzoñosa oposición pidiera a la Justicia investigar la supuesta incompatibilidad de roles, y que se ventilara la falta o el desliz en el que habría incurrido la funcionaria cobrando por parte de la compañía como si se tratase de una trivialidad (son ingresos mensuales que orillan los 70 millones de pesos), la provincia se encontró con problemas de autoridad para hacer valer el peso simbólico que tiene en ese directorio como productora, como dueña y poseedora de los recursos y, lo más importante de todo, como reguladora y rectora de las condiciones a cumplir por la petrolera invirtiendo desde años en su territorio. Es probable que a Mendoza –es lo que algunos expertos en el asunto creen–, le haya faltado peso específico en el directorio, para influir y llegado el caso decidir, en momentos en que la petrolera comenzaba a definir su salida de las 14 áreas petroleras maduras ubicadas en los tres clústeres en los que ha dividido o en los que se clasifica y separa su actividad en el considerado convencional, tales como Mendoza Norte, Mendoza Sur y Llancanelo. Fue el Banco Santander el encargado de salir a buscar las empresas medianas y pymes interesadas en seguir con la operación de las áreas que para YPF ya no eran rentables por su tamaño y escala, desde ya. Las firmas ya están seleccionadas y por el tiempo que les queda de concesión, entre dos y tres años, y por las características del negocio petrolero, a Mendoza no le quedaría otra opción que prorrogarles el plazo a las firmas. ¿Estuvo Mendoza al tanto de ese proceso de licitación y selección de las empresas? ¿tiene la última palabra al momento de definir la que fuera de su conveniencia o esa facultad quedó para YPF? No está del todo claro, aunque el proceso ya estaría terminado y para octubre y noviembre las nuevas empresas con las que trataría de ahora en más Mendoza operando en tales áreas podrían develarse entre octubre y noviembre, de acuerdo con lo que se estima. Biffi –quien tuvo su debut en la reunión de directorio el último miércoles, el mismo día en que Latorre daba a conocer su remplazo vía redes sociales–, tendría entre sus varias misiones, seguir de cerca el proceso, además de zambullirse en dos de los objetivos clave de la compañía en Mendoza: la ampliación de la refinería de Lujan de Cuyo, objetivo que se encuentra en el orden del 60 por ciento cumplido y en conseguir más perforaciones de las previstas para la lengua norte de Vaca Muerta, el área correspondiente a Mendoza. Esto último no sólo como aporte a la generación de mayor riqueza en el futuro cercano para con la explotación de un potencial de recursos de enormes proporciones con beneficios extraordinarios para la provincia, sino más bien con un objetivo más cercano y mediato, el de compensar el impacto negativo que provocará el hecho de que un millar o millar y medio de operarios de las áreas maduras, con ingresos altos, en su mayoría destinados en los yacimientos de Mendoza Norte, en breve se queden sin trabajo; mano de obra calificada y con poca expectativa inmediata de volver al circuito, por lo menos hasta que las nuevas compañías que desembarquen se hagan cargo de las áreas, aceiten la operación y el funcionamiento, de aquí a un par de años, de acuerdo con lo que suponen conocedores del negocio. Hay un segundo aspecto al que Cornejo le habría apuntado al convocar a Biffi para el cargo y no sería otro más que el aprovechar el perfil puramente político del ex intendente de Godoy Cruz y legislador. Biffi no tendría inconvenientes en instalarse en Buenos Aires casi a tiempo completo y sumarse al elenco de mendocinos, legisladores y algún que otro operador, que ofician para la provincia como una suerte de embajadores y abre puertas en distintos niveles del poder nacional, pero más que nada en los contertulios en donde habita la política. Biffi se mezclaría en ese grupo de dirigentes radicales de Mendoza y de todo el país que debaten en CABA, casi a diario, el destino del radicalismo en ese contexto nuevo que se inauguró con la llegada del libertario Javier Milei al poder nacional. Así como le ocurre al PRO de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, el que se debate entre asociarse o tomar distancia de Milei y del gobierno nacional, el radicalismo ha sido sometido a un proceso con varias similitudes. Biffi es de los que se encolumnan con los que comulgan por un radicalismo independiente del poder de la Rosada, lejos del co-gobierno, pero garante de la gobernabilidad cuanto menos en esta primera etapa demasiado convulsa e incierta en gran medida del gobierno nacional. Cornejo confía en Biffi, ahora, en esta etapa, claro está, que transita y ha encontrado al dirigente para el que supo ser su operador y secretario de Gobierno cuando el director de YPF gobernó Godoy Cruz. Hace aproximadamente un mes que Cornejo y Biffi comenzaron a tener sus primeros encuentros para discutir el rol que le pidió el gobernador que cumpliera para sí, para la provincia y para el partido en YPF como en Buenos Aires, su nuevo lugar de residencia casi permanente. “No es un especialista, pero se deja asesorar muy bien y tendrá gente que sabe y mucho que lo va acompañar”, dicen en el gobierno de Cornejo, dejando entrever, además, otro de los fines que buscó el nombramiento de Biffi: la “pluralidad” en el reparto de espacios de poder, para cerrar frentes y evitar fugas y animosidades internas en un radicalismo que tendrá que encarar el 2025 electoral casi en soledad contra todo y todos. Eso es lo que imaginan muchos. Me gusta: Me gusta Cargando...
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