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  • La extrema derecha busca la mayoría absoluta en Francia, mientras todos los demás partidos se unen en una “barrera republicana” para evitarlo

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 07/07/2024 08:37

    Una manifestación contra la extrema derecha en París. (Benoit Tessier/Reuters) “Sé que puedo contar con ustedes para que acudan masivamente a votar el 30 de junio y el 7 de julio. Francia necesita una mayoría clara si quiere actuar con serenidad y armonía”. Emmanuel Macron, que dijo estas palabras al anunciar elecciones legislativas anticipadas en Francia, acertó lo primero y se equivocó en lo segundo: la primera vuelta de los comicios registró la mayor participación desde 1997, con un 66,7%, casi 20 puntos más que el 47,5% de la primera vuelta de 2022; sin embargo, el resultado de esta afluencia masiva a las urnas ha sido lo contrario de “una mayoría clara”. Lo único claro, de hecho, fueron dos cosas: que la extrema derecha confirmó su auge y logró su primera victoria en unas elecciones, con el 33,2% de los votos, y que el partido de Macron se desplomó y quedó como tercera fuerza con un 21,7%, por detrás de la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular, que se hizo con un 28,2%. Sin embargo -simplificando, para no entrar en los detalles de un sistema electoral que ya se encarga por sí solo de complicar bastante el tema-, todo quedó abierto para la segunda vuelta de este domingo. De los 577 escaños que tiene la Asamblea Nacional, en la primera vuelta solo se eligieron 76 (aquellos candidatos que en sus circunscripciones lograron más del 50% de los votos). De esa cifra, 39 fueron para Agrupación Nacional, la formación de Marine Le Pen, 31 para el Nuevo Frente Popular, 2 para Ensemble (el partido de Macron) y 4 para varios grupos minoritarios. Es decir, que en esta segunda vuelta se juegan el puesto 501 diputados. La favorita vuelve a ser Agrupación Nacional, pero su objetivo de lograr la mayoría absoluta -que está en los 289 diputados- parece cada vez más lejano. Al conocer los resultados de la primera vuelta, el resto de partidos pidió la creación de una “barrera republicana” frente a la extrema derecha. En la práctica, era un llamamiento a que el Nuevo Frente Popular y Ensemble retiraran a sus candidatos en las circunscripciones donde hubieran quedado terceros, para no competir entre sí y que sólo se presentara uno frente a Agrupación Nacional. La petición ha sido un éxito: se han retirado 221 aspirantes en zonas que iban a tener elecciones “triangulares”. Lejos de la mayoría absoluta Este movimiento ya se refleja en las encuestas. El último sondeo publicado -de Harris Interactive para Challenges y M6- aleja a Agrupación Nacional de la mayoría absoluta, al otorgarle entre 190 y 220 escaños, una reducción de 30 escaños respecto a las previsiones de la semana anterior. El Nuevo Frente Popular podría obtener una treintena de escaños adicionales, en un rango de entre 159 y 183 escaños. Y para Ensemble, la situación es menos crítica de lo previsto (siempre según esta encuesta), con entre 110 y 135 escaños. Si se cumplen estos resultados -y hasta ahora las encuestas en Francia han acertado-, no sólo ningún bloque lograría la mayoría absoluta, sino que ninguno quedaría cerca. En vez de la “serenidad y armonía” que buscaba Macron, empezaría un periodo político de inestabilidad que obligaría a partidos muy diferentes entre sí -y enfrentados en multitud de temas- a ponerse de acuerdo. Aviñón, el ejemplo de que un vuelco a la izquierda es posible. (EFE) ¿Y quién sería primer ministro? Hay tantas opciones como partidos, ya que el elegido tendrá que salir de unas negociaciones que se prevén complicadas. Es difícil que repita el actual ocupante del cargo, Gabriel Attal, de la coalición de Macron, pero tampoco es descartable al 100%. En la televisión francesa TF1, Attal ha apostado por una colaboración desde la derecha conservadora hasta la izquierda más alternativa, para trabajar “proyecto a proyecto” en una Asamblea Nacional “plural”. “El riesgo hoy es que el Agrupación Nacional tenga mayoría absoluta, algo que sería catastrófico para los franceses”, ha dicho. Su propuesta implicaría un Gobierno de consenso, “una mayoría plural” que podría liderar un candidato aceptado por todos... y que podría ser él mismo. Lo más común es que gobierne el candidato del partido más votado, pero esta vez puede ser diferente. Jordan Bardella, el aspirante de Agrupación Nacional, ha dado distintos mensajes a medida que han cambiado las encuestas: primero señaló que que no trataría de formar Gobierno sin mayoría absoluta, pero esta semana indicó que “si me faltan dos o tres escaños, la derecha de los Republicanos podría trabajar con nosotros”. Xavier Bertrand, uno de los dirigentes de los Republicanos, ha replicado que “hay otras soluciones a un Gobierno de Agrupación Nacional, por ejemplo, uno provisional para reconstruir el país del callejón sin salida en el que nos metió Macron”. Según la encuesta Ifop-Fiducial para Sud Radio, LCI y Le Figaro, publicada el miércoles, el 48% de los franceses considera que Attal sería un “buen” primer ministro. Es el candidato con mejor porcentaje, seguido por Bardella (45%), el socialista Raphaël Glucksmann (39%), y otros líderes de izquierdas como François Ruffin (33%), Olivier Faure (31%), Manuel Bompard (20%) y Jean-Luc Mélenchon (20%). La encuesta asegura que el 50% de los franceses desea que Agrupación Nacional y sus aliados obtengan mayoría absoluta. Los analistas políticos están haciendo su agosto con la cantidad de variables que hay en juego este domingo: ¿Volverá a haber una votación masiva o subirá la abstención? ¿Los votantes de centro optarán por el Nuevo Frente Popular o por la extrema derecha, en los casos donde sólo haya esas dos opciones? ¿Y los de la derecha tradicional? “Lo que es seguro es que hemos tenido, de toda la historia de la Quinta República, la primera vuelta más indescifrable”, dice Anne-Charlène Bezzina, politóloga, en la radio RMC. “¿Se seguirán las consignas? ¿El retiro de un candidato llevará necesariamente a votar por otro? ¿Veremos un aumento de la movilización? ¿O tal vez incluso una forma de abstención, de rechazo? No lo sabemos. En estas elecciones, nada es previsible”.

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