Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Gobiernos de economistas

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 07/07/2024 04:31

    Fotografía de archivo en la que se registró un detalle de la entrada principal del Ministerio de Economía de Argentina, en el centro de Buenos Aires (Argentina). EFE/David Fernández Los gobiernos de los economistas se diferencian por el tiempo que les lleva llegar a la crisis y retirarse fracasando. El de Mauricio Macri duró más porque nos dejó una deuda de 47 mil millones de dólares que debe pesar sobre los hombros de generaciones después que Nicolás Dujovne manifestara que la única virtud del gobierno kirchnerista consistía en no haberse endeudado. La caída del sistema de Javier Milei muestra que los grandes grupos económicos y sus líderes pueden darle cordura a la demencia con tal de mejorar su situación de poder. Dado que la idea central del RIGI es que los grandes grupos extranjeros no tengan las limitaciones que tienen los argentinos, está claro que se trata de la ley propia de una colonia. Lo inmoral es que estos economistas sin sentido político ayudan tanto a los grandes grupos económicos que necesitan siempre empobrecer a la sociedad sin que la gravedad de este procedimiento los perturbe en lo más mínimo. Todos los golpes de estado económicos, como lo fueron el del 76 o el del 55- además de ser golpes cívico-militares que instauraron gobiernos de facto- o el de Menem- en mi opinión, el más grave en sus decisiones y consecuencias- terminan en un gran incremento de la pobreza, con números de los que difícilmente se retorne. El espejismo del rebote es reiterado, el resultado del enriquecimiento de los grandes grupos lo es también. Lo más determinante en Milei es que su mediocridad y su demencia dejan al desnudo la pobreza mental e histórica del sector que lo apoya. No me refiero a las clases populares a quienes les asistían sobradas razones para alejarse del kirchnerismo, sino a los economistas de lujo y a los grandes grupos concentrados que encuentran en él una posibilidad de dar forma definitiva a la destrucción de la dignidad del pueblo. Acaba de jurar como Ministro de Desregulación y Transformación del Estado un viejo conocido, Federico Sturzenegger, cuyo prestigio está abonado por más de un fracaso, lo que demuestra una vez más la ostensible vocación de decadencia de este gobierno. El fanatismo y la mediocridad de los defensores de Milei -que se valen de agresiones verbales a colegas y periodistas, a insultos de todo orden y al empleo constante de un lenguaje grosero, discriminatorio y amenazante- encubren la ausencia de argumentos para ejecutar semejante tarea, imposible de llevar a cabo sin justificarse con mentiras, fake news y tergiversaciones varias de la realidad. Entre tanto, en la oposición, el intento de reunir los distintos pedazos del peronismo nos remite a Leopoldo Marechal y su Megafón, al instalar la imagen de los leales juntando los pedazos del cuerpo destruido de su líder, cuyo miembro viril, una vez finalizada la tarea, no hallan. Profunda metáfora. Sumar los pedazos del peronismo poco y nada tiene que ver con recuperar al Movimiento Nacional. Lo que debe restituirse es el patriotismo, y eso involucra a radicales, peronistas, conservadores, liberales, a todos aquellos que conciban y amen a la Patria por encima de ideologías que bien pueden ser múltiples y diversas. El peronismo, como está hoy, hace tiempo que dejó de ser una. En síntesis, la oposición tiene que sacarse los nombres y los rostros de quienes nos trajeron hasta aquí y remplazarlos por una nueva generación de hombres y mujeres que expresen aquellos pensamientos dignos de construir, entre todos, un nuevo proyecto de nación que nos devuelva nuestro destino. Luego, elegiremos qué economista puede ejecutar mejor esa tarea, pero su lugar será siempre secundario a la política y esencial al poder económico y bancario. Esta diferencia es la que hoy lastima profundamente a nuestro país. A las patrias les devuelve su destino la grandeza de los estadistas, aquellos que sepan amoldar a sus necesidades los pequeños números de los economistas.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

    Examedia © 2024

    Desarrollado por