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  • Milei y Macri, tan parecidos y tan distintos; se viene la Corte ampliada

    » Clarin

    Fecha: 06/07/2024 22:43

    Ardió la hoguera de vanidades en el PRO y Mauricio Macri se quedó con toda la manija del aparato. Se lo veía venir. Para el macrismo puro, el desplazamiento de Patricia Bullrich ha sido la venganza por cortarse sola y arreglar con Javier Milei pasando por encima al partido, que es lo de menos, y por encima de a Macri, que quedó picado. Para dejarla afuera de la asamblea partidaria, un órgano con más pompa que importancia en las decisiones, Macri desconoció un acuerdo previo que había establecido con la actual ministra de Seguridad. La marginación de Bullrich fue un acto de poder de Macri y un mensaje a Milei: para negociar con el PRO, hay que hablar conmigo, parece decir su gesto. Macri tomó un riesgo calculado de que esta crisis no se trasladase al bloque de diputados, generando otra ruptura. La especulación de que Bullrich hará rancho aparte sigue en pie, pero el riesgo de que ese pase sea acompañado por otro pase de un número significativo de legisladores, pone un freno a dos puntas: Bullrich dijo que ni loca rompería el bloque del PRO. Pero cualquiera sabe los discursos son estáticos y la política dinámica. Está claro, por otro lado, que la satisfacción en el macrismo por el resultado de la maniobra no atraviesa a todo el PRO. Hay quienes creen que fue un papelón y que la real beneficiada fue Bullrich, quien podrá decir que fue castigada por apoyar el cambio, el eslogan y razón de ser partidaria. Detrás del juego de egos, existen otras razones tácticas de mayor peso. Milei quiere, con la ayuda de su ministra, ir comiéndose el PRO en tajadas. Es la táctica que impulsa el cada vez más influyente Santiago Caputo, quien puede haber aprendido esas mañas estudiando lo que intentó Macri en el 2016, desde la Casa Rosada. Entonces, había aceptado una alianza electoral con el radicalismo y la Coalición Cívica pero nunca aceptó que ese acuerdo se transformara en una coalición de gobierno. Y también Macri quiso ir por comerse de a uno algunos dirigentes claves: Sanz, Cornejo, Morales. Ahora se han invertido los papeles y Milei no quiere ningún acuerdo de gobierno con Macri, pero sí trata de llevarse su tropa. Tampoco Macri quería entonces cogobierno con la UCR y Lilita, como ahora Milei rechaza negociar su gestión con el PRO. La paradoja es que, sin el PRO, los libertarios están desnudos en el Congreso y precisan de sus aliados. Por eso, cuando Macri le pidió a Milei que cumpliese con el fallo de la Corte, devolviendo los fondos incautados a la Ciudad (como líder partidario se olvidó reclamar también por deudas con Entre Ríos y Chubut, provincias con gobernadores del PRO que estarán calibrando estas novedades partidarias) el Gobierno rápidamente intentó cerrar la brecha sin protestar en público. Allí se vio la mano de Francos para bajar el voltaje y frenar el daño potencial que podría causar Bullrich, de quien se escuchó decir que era una “aliada incómoda” (necesaria electoralmente pero difícil para encuadrar en el Gobierno). La administración Milei vivirá por mucho tiempo entre la tensión inflacionaria y la tensión del tipo de cambio. Si devalúa, la inflación crece; si trata de bajarla, el peso se valúa frente al dólar. Y a esto se suma el factor político que presiona: los mercados se inquietaron después de la poco menos que confusa conferencia de prensa del ministro Caputo y Bausili, el presidente del Central. Más de un banquero habrá pensado que se venía una suerte de plan Bonex, como aquel canje forzoso de 1989, del ministro de Menem, Erman González, previo a la convertibilidad. Y más, cuando uno de los economistas favoritos de Milei salió a decir que iban a “empapelar” los bancos con bonos. Conferencia de prensa del ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Foto: Emmanuel Fernández Un observador informado dijo que Milei había pedido que el dúo saliera a dar certezas. Solo aumentaron las dudas y esto le permitió a Caputo, el joven, a pasar la factura porque no estuvo en la organización de esta gaffe. Después ocurrió lo de siempre y salieron a buscar culpables del movimiento del dólar blue. Francos acusó inesperadamente a Sergio Massa de ser el responsable. Si Massa pudo hacer esto ¿Cómo no pudo contener el dólar cuando era ministro. Incoherencias al por mayor. ¿No era acaso que los mercados serían los que en libertad absoluta dirimirían todo? A este tembladeral, para dar certeza, incorporaron a Sturzenegger, como ministro desregulador. El ministro Caputo asistió pero no lo saludó. Otros interpretaron que Milei comenzó a mover el banco haciendo precalentar a Sturzenegger, que sigue buscando la tercera medalla. En tanto, empieza a dirimirse el destino de los postulados para la Corte, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Se está comenzando a conversar la ampliación de la Corte utilizando una media sanción del Senado, en épocas de Cristina, que llevaba el número de cortesanos a 15. En Diputados, se propone bajar esta cifra a 7 y devolverla a los senadores para su aprobación. Hay una línea abierta del gobierno con Wado de Pedro y otra con Juan Manuel Olmos, a quien le dicen el Daniel Paladino del peronismo por su predisposición a hablar con todos. Paladino fue “delegado personal” de Perón en el exilio durante la dictadura de Lanusse. Luego fue destituido por blando y sustituido por Héctor Cámpora.

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