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» La voz
Fecha: 06/07/2024 15:26
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La declaración de independencia en Tucumán, aquel 9 de julio de 1816, no fue la primera. Un año antes, en junio de 1815, se daba la primera declaración de independencia de la Corona española de los territorios que integraban el virreinato del Río de la Plata. Fue en el Congreso de Oriente o Congreso de los Pueblos Libres en el arroyo de la China, actualmente Concepción del Uruguay, convocado por José Gervasio Artigas. Las provincias que asistieron al Congreso de Oriente y que conformaban la Liga de los Pueblos Libres no asistieron posteriormente al Congreso de Tucumán, excepto Córdoba. Esa Liga estaba conformada por la Banda Oriental del Uruguay, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes. Fue un evento que quedó casi olvidado en la historia argentina y no hay efeméride que se lo evoque. Sólo quedó la Declaración de Tucumán para nuestras celebraciones. Cuando el Directorio de Buenos Aires convocó al Congreso en San Miguel de Tucumán, la Liga de los Pueblos Libres decidió no asistir. Pero Córdoba no estuvo de acuerdo. Para intentar revertir tal decisión, envió ante Artigas una comisión con el mandato de procurar “remover todos cuantos obstáculos sean impeditivos de la más pronta reunión del Congreso general”. La Liga aceptó mandar a Buenos Aires una comisión para negociar, de la que Córdoba formó parte, pero llegados allí fueron encarcelados en un barco, mientras el director Ignacio Álvarez Thomas enviaba un ejército contra Santa Fe y alentaba a los portugueses a invadir el Uruguay, con lo que aventaba todo intento de conciliación. Autonomía Los cordobeses forzaron la renuncia de Francisco Ortiz de Ocampo y el 29 de marzo de 1815 un cabildo abierto eligió gobernador a José Javier Díaz, con lo que se puso fin a la práctica instaurada en 1810 de designar a los gobernadores desde Buenos Aires. Nueve días más tarde, la provincia se declaró autónoma y pasó a integrar la Liga Federal “bajo los auspicios y protección del digno jefe de los orientales”. Para el Congreso de Tucumán, cada provincia eligió un diputado cada 15 mil habitantes. Las sesiones se iniciaron el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados de los 34 elegidos. El Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica se reunió aquel 9 de julio con 29 diputados y suscribieron el acta de Independencia declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sud América. Por Córdoba estuvieron Eduardo Pérez Bulnes, José Antonio Cabrera y Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera. En esa sesión no estuvieron presentes cinco diputados. Entre ellos, uno era cordobés, Miguel Calixto del Corro, quien estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas. Díaz (quien había sido designado por el Cabildo a mediados de 1815) en septiembre de 1816, a pocos meses de la proclamación de la Independencia, le entregaría el mando a Ambrosio Funes, hermano del Deán Gregorio Funes. “El federalismo que impone Córdoba a partir de 1815 en adelante es el que va a sentar las bases de la futura Constitución Nacional”, sostiene la doctora en Historia Marcela González, para dar contexto a lo que aconteció en nuestra provincia durante los años de tensiones y de disputas internas previas y posteriores a la declaración de la Independencia. Córdoba avaló desde un primer momento al Congreso de Tucumán, apoyó las decisiones centrales, pero al mismo tiempo intentó lidiar y lograr un acuerdo con el Litoral, liderado por Artigas, enemistado con el gobierno central. Lo representantes de Córdoba participaron en el 9 de Julio (ilustración de Chumbi) Forma de gobierno La declaración del 9 de julio se logró al calor de intensas discusiones que se coronaron en la emancipación de España y de “toda dominación extranjera”. Sin embargo, no se lograron consensos sobre qué forma de gobierno se debería adoptar. Justamente, cuando se abrió ese debate, los cuatro cordobeses se manifestaron en favor de la republicana, en particular Cabrera, a quien Ambrosio Funes, hombre cercano a los intereses del puerto, ridiculizaba en carta a su hermano el deán. “Carrerita anda siempre gritando y porfiando por la república democrática”, le decía. Los republicanos se dividían entre quienes propiciaban el sistema unitario y el federal. Estos últimos contaban con el liderazgo de los cordobeses y el apoyo de hombres de otras provincias, e incluso de algunos porteños, como Tomás Manuel de Anchorena. Entre los monárquicos, había quienes propiciaban la coronación de un descendiente de los incas, sostenida por Manuel Belgrano, y quienes se inclinaban en favor de un príncipe portugués. Se distinguían, asimismo, los partidarios de establecer la capital en el Cuzco –encabezados por el catamarqueño Manuel Antonio Acevedo– de los que se inclinaban por instalarla en Buenos Aires, capitaneados por el porteño Esteban Agustín Gascón. Corro fue acusado de haber ayudado a sustraer correspondencia dirigida desde Buenos Aires hasta el Congreso en la posta de Cabeza de Tigre. La falsedad del cargo fue debidamente probada gracias a la firme defensa de sus coterráneos, pero el tema generó una fuerte tensión. La sede Luego, vino la discusión respecto a la sede del Congreso. Los congresales porteños presionaron para llevarlo de Tucumán a la ciudad de Buenos Aires. Argumentaron que debía alejarse del campo de operaciones del ejército peruano y aproximarlo al Río de la Plata por la invasión de los portugueses a la Banda Oriental. Con la firme oposición de los congresales cordobeses Cabrera, Corro y Salguero de Cabrera, el Congreso aprobó finalmente el traslado. El 4 de febrero de 1817, se realizó la última sesión tucumana; y el 12 de mayo tuvo lugar la primera en Buenos Aires. Cabrera y Corro se negaron a trasladarse, por lo que Córdoba quedó con un solo diputado hasta el 6 de noviembre de ese año, cuando la Asamblea Electoral eligió al doctor Alejo de Villegas y al licenciado Benito Lazcano. La guerra civil volvería pronto a estallar. En Córdoba, en agosto de 1816, se levantó en armas Juan Pablo Bulnes y derrocó a José Javier Díaz, lo que fue aprovechado por los centralistas para retomar la práctica de impedir a los cordobeses la elección de su gobernador y se designó a Ambrosio Funes. Córdoba y el 9 de Julio (ilustración de Chumbi) Quiénes eran Los cuatro diputados respondían al gobernador José Javier Díaz, quien había declarado la autonomía provincial. José Antonio Cabrera Allende. Nació el 28 de noviembre de 1768, en Córdoba. Era descendiente del fundador de la ciudad, Jerónimo Luis de Cabrera, y sobrino del Deán Funes. Estudió en el Monserrat y luego Derecho en la Universidad de San Carlos. Fue partidario de José Artigas y también representó a Córdoba en el Congreso de Arroyo de la China, que declaró la primera independencia, en 1815. Es decir, fue el único representante en firmar dos veces la independencia. Se negó a seguir al Congreso de Tucumán cuando este se trasladó a Buenos Aires. Murió en Córdoba en 1820. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera. Nació en 1774 en Córdoba. Estudió en el colegio Monserrat y luego se recibió de doctor en jurisprudencia. Se unió al partido federal y ayudó a su jefe, el coronel José Javier Díaz, a llegar al gobierno de la Provincia en marzo de 1815. Fue su ministro de Hacienda. En 1819, fue tesorero de la Casa de la Moneda de Buenos Aires. Fue el único cordobés que acató el traslado del Congreso a la ciudad de Buenos Aires. Murió en Bolivia en 1847. Eduardo Pérez Bulnes. Nació el 12 de octubre de 1785 en Córdoba. Estudió en el colegio Monserrat y luego Derecho en la universidad local. Fue uno de los líderes del grupo autonomista, opuesto al unitarismo de los triunviratos y del director. Cuando el Congreso se trasladó a Buenos Aires, se negó a seguirlo. Integró la diputación cordobesa en el Congreso Constituyente de 1826 y luego fue colaborador en el gobierno del general José María Paz. Murió en Córdoba en 1851. Miguel Calixto del Corro. Nació en 1775 en Córdoba. Estudió en el Colegio Monserrat y en la Universidad de San Carlos hasta graduarse de doctor en Teología en 1798. En 1800 se ordenó sacerdote. El 9 de julio de 1816 no pudo firmar el acta de la Independencia porque estaba desempeñando misiones diplomáticas para la Liga Federal dirigida por Artigas. Tampoco siguió al Congreso en su traslado a Buenos Aires. Siguió la causa del caudillo oriental en pos de la independencia de Uruguay. Falleció en Córdoba el 16 de septiembre de 1841. Hoy, las calles Corro y Artigas corren paralelas por la ciudad de Córdoba.
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