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  • ¿Un elefante? ¿Qué elefante?

    » La voz

    Fecha: 06/07/2024 15:26

    No está del todo claro el origen de la expresión, aunque para acortar camino, hay quienes la ligan con El robo del elefante blanco, un hilarante relato del estadounidense Mark Twain. En él, un grupo de detectives no pueden encontrar a ese curioso animal enviado desde India como regalo para la reina de Inglaterra y que desaparece en Nueva York, durante una parada del viaje hacia Londres. ¿Cómo camuflar semejante espécimen? De allí la metáfora del elefante en la habitación, con la que muchos operadores del mercado bromearon tras la conferencia del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente del Banco Central, Santiago Bausili. ¿Cuál sería aquí el elefante en cuestión? Con la polémica de fondo del meneado atraso del dólar oficial, la silueta se compone con el extraño maridaje entre el esquema cambiario actual, la baja acelerada de tasas, el estatus de reservas netas negativas y la dependencia del dólar blend. La suma de las partes impide armar la alfombra para la salida del cepo. Pero las aguas están divididas, porque aquello a lo que algunos ven como elefante otros le bajan el precio y relativizan el tamaño del problema. En rigor, no es algo que el Gobierno no advierta. Lo sabe y tiene plena conciencia de que errar un centímetro puede ser dramático. Pero se abraza a su hipótesis y sostiene en el horizonte las mismas señales que armó siete meses atrás. La persuasión, que se sostiene sin fisuras sobre la conducta fiscal (y sus resultados), pierde impacto en el viscoso tramo que va desde lo monetario hasta lo cambiario, justo en el arranque de lo que, se supone, será también invierno para las reservas. A pura ansiedad Como la ansiedad de los mercados se come todo, la estoica decisión de matar o morir con las botas puestas está demandando revalidaciones casi diarias. Fue, incluso, lo que empujó a Caputo a mostrar una punta de la carta con la que jugará la pauta presupuestaria 2025. Un adelanto del adelanto, como excusa para ratificar, por enésima vez, el sendero cambiario hasta el último día de 2024. Después se verá, porque no hay pistas de cuándo y cómo se pondrá fin a la traumática convivencia con el cepo. En rigor, es lógica la reserva de detalles sensibles. Las inquietudes son sobre el material con el que se armará la pista de aterrizaje para la unificación cambiaria. La apuesta oficial es que en ese suelo haya muy pocos pesos circulando, una base monetaria justa y necesaria, sin demasiados repulgues para pasar a dólares o para impactar en precios. Por lo pronto, Caputo adelantó que el dólar oficial valdrá poco más de $ 1.016,10 (58,3% de avance interanual) en el último mes de este año. Eso implica una evolución a media carrera al lado de una inflación que, estima el Gobierno, bordearía el 130% interanual. Mientras Economía difundía estos detalles, llovían pedidos para ingresar a fondos comunes de inversión con carteras focalizadas en instrumentos que ajustan por dólar. Y se desbordó de ofertas la colocación de una obligación negociable (ON) en dólar linked de Pan American Energy: recibió propuestas 2.000% por encima del monto de la deuda que tomó a una tasa nula y por 36 meses. Algo similar ocurrió horas después con otra ON, la de la petrolera Vista. Las cotizaciones de los dólares financieros siguen volátiles, aunque las versiones MEP y “contado con liquidación” están prácticamente apareadas. Por lo bajo, Caputo y su equipo maldicen los informes de varias consultoras y los diagnósticos que algunos economistas desgranan en público. Por las razones que sean, creen que exageran. Lo mismo piensan de la reacción en cadena de los mercados. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue un paso más allá y sugirió que Sergio Massa está ligado a una parte de quienes fogonean los movimientos adversos. Cómo sigue Los ruidos quizá sigan la semana entrante, sobre todo cuando se avance en los detalles para el canje voluntario del tramo de deuda cuasifiscal que está en manos de los bancos (a través de los Pases) por las nuevas letras del Tesoro que anticipó Caputo. No sólo porque en ese momento se empezará a delinear lo que pase con la tasa de interés, sino porque la conversación también incluirá el espinoso desarme de los denominados “puts”, que son el seguro de compra del título por parte del Central en el momento en que el banco lo quiera gatillar. Por lo demás, más allá de la confirmación del plazo de caducidad del impuesto Pais, no hubo referencias al esquema del dólar blend y todo parece subsumirse a un limitado margen de maniobra, salvo que medie un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que cambie las expectativas de corto y de mediano plazo, además de sumar dólares. Después del agitado descenso recesivo, la actividad económica promedio parece dormir una siesta en el piso que ha encontrado. Claro que hay matices, pero la industria sigue por debajo de esa media. En Córdoba, el cordón metalmecánico cruje por el impacto de la menor producción en las terminales automotrices, y también se rasca la espalda como puede por la devaluación del real en Brasil (el principal mercado de intercambio para la provincia), que no deja de ser otro factor de presión para eso que algunos ven con forma de elefante y que cada día será más difícil de camuflar.

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