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  • El abecé para monitorear lotes de maíz y controlar a la chicharrita

    » Clarin

    Fecha: 06/07/2024 08:01

    El pronóstico climático para la campaña de granos gruesos 2024/25 genera algunas preocupaciones entre los productores. Se habla de año Niña cuando el recuerdo de la cruda sequía triple sigue demasiado fresco. Pero en ese escenario posible hay una buena noticia: si el clima es más seco, habrá menos chicharrita. Así lo indicó en diálogo con Clarín Rural el reconocido Ingeniero Agrónomo especialista en manejo de plagas Daniel Igarzábal, aunque advirtió que de todos modos será necesario realizar un exhaustivo monitoreo de los lotes para mantener al insecto a raya. “Yo imagino un escenario en donde vamos a tener entre una chicharrita cada dos plantas y una chicharrita por planta, máximo dos. Es decir, tenemos 200 chicharritas cada 100 plantas; ese es el escenario en el cual vamos a poder actuar. En un escenario con infestaciones superiores va a ser bastante difícil”, describe, y remarca que entre las herramientas de control el monitoreo es la primera y principal. Pero monitorear no consiste en acercarse a un lote y observarlo desde la camioneta. Igarzábal es un militante del monitoreo y brinda algunas claves para realizarlo a conciencia y que sirva para la toma de decisiones. En primer lugar, el especialista se pregunta qué lotes hay que observar. “Hay que monitorear los sorgos guachos porque es el único lugar donde se puede alimentar y procrear la chicharrita, pero también los verdeos de avena o centeno: ahí está la chicharrita pero refugiándose, y en cuanto se siembre una planta de maíz se van a mover porque son atraídas por el maíz”, explica. El ing agro. Daniél Igarzábal. Sobre los sorgos y maíces guachos aclara que hay muchos lotes que no se cosecharon y que hay semillas en los caminos, por lo que va a ser muy difícil controlar todas las plantas, por lo que será vital seguir esos lotes d acerca y tener pensada alguna medida. Además menciona que se puede hacer lo que él llama un monitoreo inducido, que consiste en sembrar 20 o 40 plantas de maíz cada 15 días en un borde del lote para concentrar allí a las chicharritas. Eso luego destruirlo o controlar al insecto allí solamente, a los efectos de monitoreo, y así anticipar si van a poder entrar al resto del lote. Otra forma de monitoreo que menciona el especialista es con trampas adhesivas. “Son cartones de distintos colores. El más eficiente es el verde, pero los que se comercializan son amarillos, los blancos también este sirven. Acá no hay que contar nada, hay que ver si hay o no hay, si hay poquita o hay mucha y nada más. Son trampas que nos van a dar una idea de si en la zona tenemos o no tenemos chicharrita antes de sembrar el maíz y durante la primera etapa de siembra del maíz, no más allá de eso porque después la única que nos queda es el monitoreo en el cultivo”, explica. Respecto al monitoreo en el cultivo, Igarzábal dice que si bien los curasemilla van a proteger a las plantas en una primera instancia, eso no evita que la chicharra esté en los maíces. “Ahí sí tenemos que tener una idea de qué es mucho y qué es poco. Una chicharita cada dos plantas o una por planta, de acuerdo al manejo que hacemos en Colombia, que creo que sería lo que más se asemeja a lo que es un manejo posible (las comparaciones con Brasil no son demasiado útiles porque ellos están dispuestos a hacer siete u ocho tratamientos que nosotros nunca haríamos), es absolutamente manejable. Cuando superan las 77 chicharritas cada 100 plantas, ellos deciden tratamiento”, detalla, y aclara que eso no es un umbral económico sino de acción, es decir, un rango en el que los insecticidas aun son efectivos.

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