04/10/2024 22:50
04/10/2024 22:48
04/10/2024 22:47
04/10/2024 22:46
04/10/2024 22:45
04/10/2024 22:44
04/10/2024 22:44
04/10/2024 22:42
04/10/2024 22:41
04/10/2024 22:40
» La voz
Fecha: 06/07/2024 01:06
:format(webp)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/grupoclarin/IACNYNLMRJH2NHW6QS2X22NPNY.jfif)
Walmart, Falabella, Latam, Nike, Itaú... La salida de multinacionales o grandes empresas extranjeras del mercado argentino fue un proceso que generó mucho impacto en los últimos años. Con cada retiro, el debate por el “éxodo” de compañías generaba shock e instalaba con potencia en los medios la condición de causa perdida de la economía argentina. Esta semana, un gigante del consumo masivo mundial terminó de sumarse a la lista: Procter & Gamble. La estadounidense que produce marcas tan potentes como Pantene, Pampers o Gillete vendió todo su negocio argentino al grupo local Newsan, líder en el mercado de electrodomésticos con base industrial en Tierra del Fuego. Aunque se trata de una fuga anunciada y en proceso desde 2023, por su magnitud no deja de impactar; años atrás, un análisis del Poder Ejecutivo atribuyó a la multinacional el control del 3% del mercado de consumo masivo en el país. En categorías como pañales, Pampers junto a otras dos marcas (Huggies y Babysec) concentran el 95% de las ventas. Si bien las etiquetas seguirán presentes en manos nacionales, la desinversión de la multinacional se inscribe con claridad en la procesión hacia Ezeiza. Lo curioso es que esta vez la noticia no impactó como las de su tipo solían hacerlo. Quizá quedó eclipsada por el respingo del dólar y la inestabilidad en los mercados financieros. O puede ser, también, que haya sido leída como inercia de un proceso heredado por la gestión de Javier Milei, que él inexorablemente detendrá. El giro de 180 grados que el libertario imprimió a la economía desde diciembre entusiasmó a la mayor parte del empresariado y de la sociedad, confiados en que aunque el “cambio de rumbo” implique atravesar una zona de dolor, en el mediano plazo dará sus frutos. Un mullido colchón de expectativas positivas que no deja de tener fecha de vencimiento. Eso quedó muy en claro en los últimos días y post aprobación de la Ley Bases, con los vaivenes financieros y las diferencias con el Gobierno que comenzaron a marcar aliados o colaboradores (desde Mauricio Macri a los gobernadores de la Región Centro). Todas señales amarillas que recuerdan la urgente necesidad de que la administración libertaria encare el semestre con otra energía, capitalice las facultadas logradas del Congreso y comience a producir certezas. Cepo versus expectativas En la lista de tareas, construir un horizonte claro de salida del cepo aparece con resaltador. “Después del DNU 70 nuestras empresas han tenido libertad de fijación de precios, de importaciones, etc. Eso es muy bueno. Es el rumbo correcto. Pero la existencia del cepo les genera un gran factor de incertidumbre, ya que al no haber un tipo de cambio sino muchos, se quedan sin saber cuál es el de equilibrio. Eso las priva de una variable clave para operar”, explicaba esta semana en declaraciones periodísticas Alejandro Díaz, CEO de AmCham, la cámara que aglutina a todas las firmas norteamericanas en el país y buena parte de otras grandes empresas. El ejecutivo analizaba también hasta qué punto la regularización del mercado cambiario es condición ineludible para que el país vuelva a resultar atractivo a la inversión extranjera; en especial la que está fuera de la actividad extractiva estimulada por el Rigi. Revertir la inercia y dar vuelta el proceso de desinversión requiere plan, destreza y gestión. Son más de 40 las compañías extranjeras que se retrajeron de Argentina en los últimos cinco años, según el conteo que se viene publicando en los medios. Varias de ellas terminaron de armar valijas en la era Milei: además de la citada P&G, están Clorox (Ayudín, Poett, Trenet, etcétera); el banco HSBC; la referente mundial en fertilizantes Nutrien; ExxonMobil y Enap en el mercado de la energía; Xerox; Prudential (seguros), y Fresenius Medical Care (salud). Más allá de que algunos casos sintonizan con reacomodamientos regionales o cambios globales en las estrategias de negocios, lo cierto es que en la decisión de partir tallan de manera transversal factores citados con frecuencia: los años de inestabilidad que acumula la economía argentina (inflación, tipo de cambio); el entramado de regulaciones, la falta de competitividad y el achique sostenido de un mercado con pobreza hoy por encima del 50%. Rasgos de larga data que urge comenzar a transformar.
Ver noticia original
 (1).jpg)
Examedia © 2024
Desarrollado por