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  • “Eli”, la changarina del Mercado de Abasto que se hace lugar en un “oficio de hombres” en Córdoba

    » La voz

    Fecha: 06/07/2024 01:05

    Promedian las 11.30 de la mañana y Eliana Gorocito toma un mate con mucha azúcar en el comedor de su casa, en barrio San Vicente, de la Capital. Sus dos hijos más chiquitos revolotean cerca de ella y cuidan a una perrita recién nacida que les regalaron. A los 34 años, la joven atravesó muchos infiernos personales que la convirtieron en la mujer que es hoy. Entre un mate y el otro, deja lista la comida para el almuerzo de sus hijos, que quedan al cuidado de los hermanos mayores de 13 y 15 años. Desde hace un poco más de tres años, Eliana trabaja como changarín en el Mercado de Abasto, de la ciudad de Córdoba. Pituca. Eliana se maquilla para ir a trabajar al Mercado de Abasto (José Hernández/La Voz). Para llegar a las 14, toma dos colectivos diarios. El primero en plaza Lavalle, en su barrio; y otro en la zona del hospital Italiano, en General Paz. Changarina. Toma dos colectivos diarios para llegar al Mercado de Abasto y poder trabajar (José Hernández/La Voz). Es extrovertida, conversadora y espontánea. Con el dinero que saca, mantiene a sus hijos y les inculca que estudien. “Por suerte, el colegio de los chicos queda cerca de casa”, explica a La Voz. Eliana es una de las pocas mujeres que trabajan en el Mercado de Abasto en el eslabón más bajo de la cadena de producción. Pero a fuerza de voluntad y a base de carisma, logró hacerse un lugar en un oficio “tradicionalmente” de hombres. Además, se convirtió en una referencia para otras mujeres –changaríns y puesteras– que trabajan en el extenso universo del mercado local, algo impensado hace 20 años. Mercado de Abasto. Eliana junto a otras changarinas (José Hernández/La Voz). A ese sitio llegó por referencia de una de sus hermanas. Con Jorge (73), uno de sus compañeros del rubro, hoy hacen dupla de trabajo y son conocidos en las distintas naves del mercado, los cubículos donde están los puestos de venta. Si un día va bien, pueden llegar a juntar más de $ 12 mil por jornada. Además, se llevan la fruta y la verdura del mercado. “Jorge me recuerda a un abuelo que tuve. Por suerte, nos llevamos bien trabajando”, dice. La changarín tiene clientes de Río Tercero y de Río Primero que todas las semanas viajan a Córdoba para comprar frutas y verduras en el mercado. Ella es la encargada de hacer el trabajo pesado y transportar los cajones, mientras que Jorge hace la tarea administrativa. A las 18, cuando la jornada está terminada, hacen los números y dividen el dinero del día. Mercado de Abasto. Jorge y Eliana, en una de las jornadas de trabajo (José Hernández/La Voz). Atravesar etapas difíciles y salir adelante La joven tiene muchos hermanos y desde muy chica tuvo que duelar que sus padres se separaran. Esa situación derivó en multiplicidad de conflictos judiciales, de un lado y del otro. Como pudo, logró terminar la escuela primaria, aunque repitió algunos grados. Ingresó al secundario, pero no pudo avanzar mucho. Apenas logró hacer el primer año. Promediando los 15 años, su mamá se enfermó, y ella tuvo que salir a hacer changas para llevar un plato de comida a su hogar, que fue saltando de un barrio a otro de la Capital. Una conocida la llevó engañada a trabajar como copera a un bar que resultó ser una whiskería. “Yo, que tenía mucha calle, caí en ese lugar también”, recuerda. El ambiente de la noche la llevó a ser tentada con drogas y otros vicios. Y también a ejercer el trabajo sexual para ganar más dinero y ayudar a su mamá. Barrio San Vicente. Eliana en la cotidianidad de su hogar cordobés (José Hernández/La Voz). Cuando su padre se enteró, la sacó de ese sitio y los malos hábitos con los que se encontró siendo una niña. Atravesó un embarazo adolescente y de a poco la vida transcurrió. Ella siempre supo que “sus hijos le salvaron la vida”. Por eso, supo tener un quiosco, vender comida; y hoy, además del trabajo en el mercado, intercala con la venta de ropa que compra en Buenos Aires. “Con esos dos empleos, puedo sostener mi casa y a mis hijos”, dice emocionada. Ciudad de Córdoba. Eliana, en plena tarea en el Mercado de Abasto (José Hernández/La Voz). Para ellos, la mujer sueña que tengan un título, algo que ella no pudo. Sostiene que habla de todo con sus hijos y que tanto a los hombres como a las niñas les inculca el respeto hacia las otras personas. Hace unos años, empezó a asistir a un templo evangélico que la hace “sentir bien”. En perspectiva ve su vida, ve de los lugares que pudo salir y cómo cambió su vida para mejor. “Hoy me siento orgullosa de mí misma”, cuenta. Y cierra: “Como mujer, me gustaría que más mujeres trabajaran en el Mercado de Abasto. Les diría que todo en la vida se puede y que nadie nos puede parar”. Córdoba. Eliana junto a otras changarinas y puesteras en el Mercado de Abasto (José Hernández/La Voz). Mirá el minidocumental: “Eli”, la changarín del Mercado Cómo ayudarnos a encontrar Héroes y Heroínas Cotidianos Por tercer año consecutivo, nos hemos propuesto reflejar historias cordobesas, de almas generosas que con pequeños gestos diarios marcan la diferencia. Historias que inspiran. En esta nueva edición, todos los meses encontrarás un nuevo producto audiovisual sobre una historia que puede ser la de tu familia, un amigo, un vecino, alguien de tu escuela o de tu barrio. Si creés que con lo que hace es tu “héroe o heroína cotidiano”, podés contarnos y contactarnos por mensaje privado en nuestras redes en Facebook, en Instagram o en X (ex-Twitter). O si querés, mandanos un correo electrónico a ltosello@lavozdelinterior.com.ar o a edidigital@lavozdelinterior.com.ar.

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