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  • Aumentan la pobreza, las adicciones y los suicidios: “Se ve mucha desesperanza y angustia”

    Parana » Analisis

    Fecha: 05/07/2024 11:52

    Aumentan la pobreza, las adicciones y los suicidios: “Se ve mucha desesperanza y angustia” La referente de la ONG Suma de Voluntades de Paraná, Anabella Albornoz, describió la realidad que se vive en los barrios más vulnerables de la ciudad ante el aumento de la pobreza, el consumo de drogas y los suicidios. “Para ir contra la estructura de la pobreza es necesario la integración socio urbana”, afirmó. En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Albornoz confirmó que en el ultimo tiempo “aumentó exponencialmente y aumenta cada noche la cantidad de gente que se acerca a comer en las plazas o en los espacios donde trabajamos” y comentó que “la mayoría se la gente que se acerca a las plazas no está en situación de calle sino que no tiene para comer en sus casas y va a los puntos donde se entrega cada noche; son familias enteras, algunas que caminan 30 o 40 cuadras en busca del tupper de comida”. “Es una situación que nos preocupa porque realmente recibimos un acompañamiento tremendo de la comunidad, pero, así como entran los alimentos, también salen. Una sola comida necesita 45 paquetes de fideos y hay días que se necesitan más de 50 paquetes. Antes podíamos planificar las comidas y las actividades, pero hoy ya no podemos planificar nada porque es semana a semana, lo que se va consiguiendo, se va cocinando, porque es mucha la cantidad de gente. Hay veces que los voluntarios a la tercera plaza, se quedan sin comida y no pueden terminar el recorrido completo. Antes preparábamos un poco más de comida por alguna contingencia, pero hoy ya no lo podemos prever”, describió. En este marco, reveló también que “aumentó la gente en situación de calle porque también aumentó exponencialmente el consumo, y son personas que empiezan a romper sus lazos familiares, a perder el trabajo o la changa que tenían, y terminan en situación de calle. Muchas personas que habían progresado un poquito y alquilaban, hoy ya no pueden hacerlo y se están asentando al costado de los arroyos. Hay muchas familias en una precariedad habitacional terrible, vivienda en ranchos de chapa, plástico y cartón”. “Es una situación que preocupa porque con materiales en este contexto se nos complica ayudar, antes lo hacíamos y teníamos una bloquera, pero hoy lo prioritario –más allá de seguir con nuestro foco social para generar movilidad social ascendente en sectores de alta vulnerabilidad- y la emergencia es la parte alimentaria, y no se puede pensar ninguna actividad con los gurises sin darles una colación o una comida porque llegan con hambre”, señaló. En este contexto, refirió que esta grave situación “genera desesperanza, y eso se les nota en el cuerpo, en la forma de mirar; en las recorridas se ve mucha gente que no era asidua a la asistencia, y hoy se acercan con vergüenza, con los ojos a punto de llorar, es mucha gente mayor, jubilados, y es a quienes más tratamos de contener”. Y agregó que “hace un par de meses hicimos un censo para entender lo propio de la situación de calle, pero también la singularidad de cada familia y eso nos reveló que por la suba de los alimentos hay gente que al día 10 u 11 del mes ya no le alcanza y entonces aumenta la cantidad de gente que va a pedir comida en las recorridas. Esa desesperanza se les nota y por eso tratamos de contener el doble a esas familias que no eran asiduas a la asistencia porque después, levantarse de semejante golpe, es muy difícil”. Albornoz también lamentó que en este escenario “hubo personas que participaban de nuestras actividades que fallecieron, algunos se suicidaron, porque en este contexto aumento mucho el índice de suicidios ligado al tema del consumo, las adicciones al alcohol, las drogas” y alertó: “Nos estamos enfrentando a un terrible problema y no tenemos las herramientas necesarias para poder acompañarlos. Hay un aumento del consumo de drogas en la infancia, es bastante compleja la situación y los dispositivos con los cuales trabajamos también están desbordados y con este recorte de programas desde Nación se complica aún más la situación”. Sobre este punto, aclaró que Suma de Voluntades “nunca tuvo asistencia del Estado nacional, pero sí desde Nación bajaban alimentos a otros comedores y merenderos o a provincia y municipio; pero hoy esa partida alimentaria no está”. En este caso, pidió “no minimizar a comedores y merenderos porque son los primeros que están en el barrio, y ahí es donde se detectan los casos de abuso, de droga, de violencia, no hay que minimizar la tarea de las cocineras porque es una tarea impresionante la que hacen en el territorio”. “Obviamente hay que poner en crisis a los que hicieron mal trabajo y todos estamos de acuerdo en eso, pero no se puede hacer un recorte y cortar a todos por igual, porque hay algunos que hacen un trabajo impresionante”, reclamó. Ante todo esto, advirtió que “la situación está explotando silenciosamente, la gente no tiene para comer y este escenario es propicio para que la elección sea o espacios de contención o la droga. Una vez un gurí nos dijo: ‘con la droga no tengo hambre, no tengo frío y no siento dolor’. Se van agravando las situaciones de violencia que trae aparejada la pobreza, y no hay que minimizar el tema. Estamos en una situación complicada, aunque esto viene de arrastre y se está profundizando. Por eso se siente lo que no baja de Nación no solamente en la comida sino también en programas como el Acompañar que era destinado a mujeres con violencia de género, otros programas para mujeres que se tenían que ir de su casa y podían acceder a materiales para construirse una pieza, y demás”. Consideró que “es momento de volver al espíritu de la pandemia, de que acá nadie se salva solo; todos los actores tenemos que sentarnos en una mesa y ver qué tipo de políticas sociales queremos, y en esta agenda tiene que estar la integración socio-urbana porque la realidad de los barrios no es la realidad del centro, la periferia está demasiado complicada”. “Este recorte de Nación afecta tremendamente a los territorios, hay cosas para poner en crisis, pero lo que estaba bueno había que dejarlo, mejorarlo, no cortar de repente todo. Además, el planteo del gobierno es ‘con las organizaciones no’ pero por el contrario debe ser ‘con las organizaciones sí’ porque tenemos el termómetro diario del territorio, conocemos a la gente, y es necesario articular con las organizaciones porque hay muchos movimientos sociales que trabajan muy bien”, planteó. En cuanto al trabajo de Suma de Voluntades, contó que “hoy se está resolviendo la comida con las donaciones de la gente, cuesta un montón porque es difícil mantener la estructura; de hecho, nos tuvimos que mudar hace dos semanas a las apuradas porque estábamos pagando casi 600.000 pesos de alquiler y aumentaba de nuevo y teníamos que pagar casi un millón de pesos. Y también se compra lo que se necesita cuando se puede, porque hay que pensar cada actividad para los gurises con algo para comer”. Para culminar calificó el acopio de comida en galpones del gobierno nacional sin distribuirla a comedores y merenderos “es un acto de crueldad terrible, que no hay que perdonar ni olvidar”. “Hoy se ve mucha desesperanza y angustia. Con esto entra en juego el tema de la salud mental también, porque realmente la pobreza y la droga te arruinan, y a cualquiera nos puede pasar tener que vivir esta situación. Hay mucha gente que asistimos que no llega a comprar para comer, hay que tener esa empatía porque la única manera de salir es colectiva y pensando que hay gente que está peor que nosotros. Algunos tenemos la posibilidad de comer todos los días, pero hay otros que eligen si comen a mediodía o comen a la noche. Y también lo peor que nos pasa es tener que elegir quién come, porque cuando se quedan sin comida los voluntarios en la plaza tienen que decidir primero que coman los niños, y es desesperante ese momento, genera un estado de angustia tremendo, porque ver a alguien que camina 30 cuadras con un tupper para llevarle algo de comer a su familia y se tiene que volver con el tupper vacío, es realmente desesperante para la persona y para los voluntarios. Es terrible la situación”, concluyó.

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