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  • Trenes únicos: 10 viajes panorámicos para hacer una vez en la vida

    » La Nacion

    Fecha: 05/07/2024 09:46

    De los Alpes suizos a la selva tropical de Singapur, rutas emblemáticas donde el paisaje es tan protagonista como el ferrocarril Gabriela Vigo PARA LA NACION Escuchar Viajar en tren tiene muchos beneficios: es cómodo y espacioso para disfrutar tanto del día como de la noche, es sustentable, seguro y permite realizar muchos kilómetros en poco tiempo. Pero además, muchos recorridos ofrecen la magia de maravillarse con los paisajes más espectaculares desde vagones con enormes ventanillas panorámicas. Una encuesta realizada por Global Travel Trends para American Express reflejó que el 68% de los viajeros están cada vez más interesados en realizar viajes sustentables, el 78% busca experiencias que reduzcan el estrés y el 61% prefiere viajes más lentos y relajados. Los trenes cumplen con todos esos requisitos y muchos más. Como se sabe, en la Argentina no hay que perderse un viaje en algunos trenes turísticos e históricos, que atraviesan desde montañas de colores rojizos en el norte del país hasta una cascada en un bosque nevado en el sur. Algunos de ellos son el Tren a las Nubes, en Salta; el Tren del Fin del Mundo, en Tierra del Fuego; el Tren de las Sierras, en Córdoba; el Tren de la Selva, en Misiones, y el Viejo Expreso Patagónico o “La Trochita”, en Chubut y Río Negro. Pero si se busca vivir la experiencia en el exterior, hay muchas opciones de trenes con pintorescos vagones vintage, terrazas panorámicas, lujosas habitaciones que no tienen nada que envidiarles a las de los hoteles cinco estrellas o restaurantes donde se sirven comida de autor. Todos tienen en común las vistas privilegiadas a paisajes de ensueño. A continuación, 10 recorridos imperdibles. 1. A bordo del Glacier Express El famoso tren panorámico Glacier Express recorre el corazón alpino de Suiza, desde la elegante St-Moritz hasta la villa de Zermatt, junto al imponente monte Matterhorn. Son casi 300 km que se realizan en ocho horas –por eso se define con orgullo como “el Expreso más lento del mundo”– a través de 291 puentes, 91 túneles, el Gran Cañón de Suiza y el Paso del Oberalp, a 2033 metros de altura. El interior del tren está inspirado en los hoteles de montaña, cálidos y confortables. Los pasajeros pueden disfrutar de los paisajes alpinos sentados en cómodas butacas acolchadas o en el vagón comedor junto a ventanales que llegan al techo y permiten ver el cielo. La clase Excellence es la propuesta más novedosa del Glacier Express, que homenajea las épocas de oro de los trenes de lujo con un menú de cinco pasos servido con champán y servicio permanente de conserje. El interior del Glacier Express está inspirado en los hoteles de montaña, cálidos y confortables Tobias Ryser 2. Entre parques canadienses El Royal Canadian Pacific se presenta como el tren vintage más lujoso del mundo. Los vagones construidos entre 1916 y 1931, provistos con sillones con brocados y manijas de plata, tenían el objetivo de cruzar cómodamente a los pasajeros –entre los que se incluyeron monarcas europeos, Winston Churchill y el presidente John F. Kennedy y su esposa Jackie– de costa a costa. En los últimos años fueron completamente remodelados con alojamiento y servicio cinco estrellas para 24 personas, en tres propuestas distintas. El primer trayecto, Royal Canadian Rockies, de cinco días y cuatro noches, parte desde la ciudad de Calgary para atravesar las praderas y los parques nacionales Waterton Lakes y Banff, y llegar hasta las montañas Rocallosas. Desde los ventanales de los vagones se pude disfrutar de las vistas espectaculares de ese cordón e incluso se pueden divisar osos, alces, pumas, lobos y cabras. El segundo recorrido, Royal Pacific Express, parte desde Calgary y se extiende por cuatro días y tres noches. Atraviesa las colinas de la provincia de Alberta, luego las montañas Purcell, Columbia y Rocallosas y finalmente los lagos y las praderas de la Columbia Británica. El viaje termina en la bellísima Vancouver. El tercer circuito es el regreso del anterior, llamado Royal Prairies, también de cuatro días y tres noches. Sale desde Vancouver, pasa por las praderas, los Cañones de Fraser y Thompson, el lago Shuswap y los cordones montañosos. Finalmente, llega a Calgary. Después de haber disfrutado de los bellos paisajes y la riquísima comida, difícilmente se quiera bajar en la estación. El Royal Canadian Pacific se presenta como el tren vintage más lujoso del mundo 3. Los colores del Altiplano peruano El Andean Explorer es el primer ferrocarril de lujo de América del Sur, que recorre el Altiplano desde Cuzco hasta Arequipa, pasando por el lago Titicaca en una de las rutas más altas del mundo. La próxima propuesta será del 21 al 26 de octubre e incluye dos días en un lujoso hotel de la cadena Belmond en Cuzco con visita guiada por la ciudad y el templo de Qorikancha, y un recorrido por Machu Picchu, al que se llega en el tren panorámico Hiram Bingham. Recién el cuarto día se embarca en el Andean Explorer para visitar la cordillera La Raya, donde se disfruta la puesta del sol entre las montañas y llegar al lago Titicaca para pasar la noche. Al día siguiente se visitan las islas de los Uros, creadas con fibras entretejidas, y luego se parte hacia la laguna de Saracocha. El último día, después de visitar las cuevas de Sumbay con sus pinturas rupestres milenarias, se llega a Arequipa. El paseo es cómodo y tranquilo, disfrutando de los paisajes y los colores de Perú a través de los ventanales del restaurante con comida peruana, los dormitorios, el vagón mirador o incluso desde el spa llamado Picaflor. El Andean Explorer es el primer ferrocarril de lujo de América del Sur 4. Dos horas a lo largo del río Rauma Aunque la Línea Rauma ofrece un trayecto de apenas 115 km en dos horas en Noruega, fue elegido como “el viaje en tren más lindo de Europa” por la editora de guías turísticas australiana Lonely Planet. El recorrido a lo largo del río Rauma comienza en las montañas de la ciudad de Dombas y termina en los fiordos del puerto de Andalsnes aunque se puede partir desde Oslo y tomar el tren hacia Dovre, bajando en Dombas para hacer transbordo. Durante la primera parte del camino se llega a los pueblos de montaña Lesja y Bjorli, donde hay una gran estación de esquí. Luego, el tren se desliza por el prado del valle de Romsdalen. Apenas se detiene, hay que sacar la cámara para fotografiar la cascada Vermafossen desde el famoso puente Kylling, considerado una obra maestra de la ingeniería a 60 metros sobre el río Rauma y cerca del pueblo de Verma. Con los primeros traqueteos no hay que guardar la cámara, porque poco después el turista se encontrará frente a la imponente pared montañosa de Trollveggen. El último tramo se realiza entre picos montañosos hasta llegar a la capital noruega del alpinismo, Andalsnes. 5. Las Highlands de Escocia Durante al menos cinco horas, la West Highland Line transita el paisaje de las Tierras Altas escocesas, desde Glasgow hasta Fort William, y luego continúa hacia el pequeño puerto pesquero de Mallaig en un viaje de 264 km. Apenas se abandona la estación Queen Street de la capital escocesa, el tren avanza hacia el norte por la costa oeste a través de páramos, bosques, montañas y lagos que solo pueden admirarse desde las ventanas panorámicas, ya que prácticamente no hay carreteras ni construcciones. Allí se encuentran el Parque Nacional Loch Lomond & The Trossachs, con sus magníficos ciervos colorados, el poblado de Arrochar y el pico Ben Nevis, el más alto de Gran Bretaña. Después de pasar por el Fuerte William, los fanáticos de Harry Potter estarán felices al saber que atravesarán el viaducto de Glenfinnan sobre las aguas del lago Shiel, el mismo por el que circula el Expreso de Hogwarts para llegar al castillo donde estudian los magos en la saga de películas. La West Highland Line transita el paisaje de las Tierras Altas escocesas, desde Glasgow hasta Fort William, y luego continúa hacia el pequeño puerto pesquero de Mallaig en un viaje de 264 km 6. Oriente, de película Esta lujosa línea es la heredera de la legendaria Orient Express que nació cuando la ruta de Estambul a París dejó de circular. La empresa de hoteles, cruceros y ferrocarriles Belmond la compró y, con una nueva flota de trenes de colección, creó varios circuitos con vagones panorámicos alrededor del mundo. Eastern and Oriental Express ofrece varios recorridos diferentes en Asia. El más nuevo se llama Wild Malasya y viaja durante tres días desde Singapur hasta el Parque Nacional Taman Negara, disfrutando de cómodas cabinas con ventanas panorámicas. El tren cuenta además con restaurante, piano bar y un vagón final sin techo, como una “terraza” para tomar un cóctel mientras se disfruta de la vista. Durante el primer día se atraviesa la selva tropical de 130 millones de años hasta llegar a la ciudad de Gemas. A la mañana siguiente se arriba al Parque Nacional Taman Negara, famoso por su misión de salvar de la extinción al tigre malayo, donde hay una excursión incluida. El tercer día, atravesando plantaciones de arroz y villas pintorescas, se llega a la isla Penang. Allí también hay visitas culturales a los templos de la ciudad capital Georgetown. Al día siguiente, después del desayuno, será difícil bajar del tren. Esta lujosa línea es la heredera de la legendaria Orient Express que nació cuando la ruta de Estambul a París dejó de circular 7. El cruce de las montañas Rocallosas El California Zephyr Train une las ciudades de Chicago y San Francisco sobre las vías de la primera ruta del ferrocarril transcontinental de los Estados Unidos, en un viaje de dos días. Recorre casi 4000 km atravesando los estados de Illinois, Iowa, Nebraska, Colorado, Utah, Nevada y California. Apenas se dejan atrás los enormes rascacielos de Chicago, se atraviesan las planicies de Nebraska. Después de pasar por Denver, la capital de Colorado, se empiezan a atravesar las montañas Rocallosas con su increíble Cañón del Colorado, cerca de Salt Lake City. Durante la noche se atraviesa Nevada y se amanece en Reno. La parte final del viaje también es increíble a través de las ventanas panorámicas, ya que el tren ingresa en California por la Sierra Nevada y luego transcurre junto al Pacífico hasta San Francisco. Los trenes tienen dos pisos con asientos confortables para la categoría turista y habitaciones para la primera clase, con baño con ducha. Hay incluso habitaciones familiares para cuatro personas, que ocupan todo el ancho del vagón, con asientos que a la noche se convierten en literas. Además, hay espacio para llevar bicicletas y están permitidas las mascotas pequeñas. El California Zephyr Train une las ciudades de Chicago y San Francisco KEVIN MIYAZAKI - NYTNS 8. A través del cañón del río Verde El tren histórico Verde Canyon Railroad realiza un viaje escénico de cuatro horas a lo largo del río Verde, saliendo desde Clarkdale y arribando a Perkinsville, en el estado de Arizona. Recorre una ruta creada a fines del siglo XIX por el empresario del cobre William Clark, recuperada para el turismo justo cien años después, en 1988, por el emprendedor Dave Durbano. Para que los pasajeros conozcan esa rica historia, la visita comienza en el museo John Bell, ubicado estratégicamente en un antiguo vagón dentro de la estación. Desde los ventanales junto a las butacas acolchadas o los vagones-miradores sin techo, guiados por una locomotora centenaria, se disfruta de vistas impactantes. Allí están los vestigios de las antiguas viviendas tanto de los grupos originarios Sinagua como de los primeros pioneros en la región de murallones de roca roja sobre los que vuelan majestuosamente águilas calvas y halcones. Y también los árboles de los Bosques Nacionales Coconino y Prescott. El viaje se puede realizar en la opción turista, en cómodos asientos vintage, o en primera clase con sala de estar y brindis con champán. 9. De cuento de hadas La Línea de la Selva Negra es una de las más antiguas del mundo y recorre algunos de los paisajes de montañas, bosques de pinos, castillos y pueblitos pintorescos que parecen de cuentos de hadas del sudoeste alemán, casi en su límite con Francia. Esta línea propone dos viajes diferentes. El primero tiene casi 170 km desde Offenburg hasta Constanza, con una parada en Donaueschingen para caminar hasta el lugar donde nace el río Danubio y almorzar comidas típicas de la Selva Negra en alguno de sus pintorescos restaurantes locales. En la ciudad de Singen se une a la Línea del Rin. El otro es más corto, de solo una hora de duración, desde la encantadora ciudad de Friburgo, pasando por el estrecho Valle del Infierno (Höllental) y llegando a los lagos Titisee y Schluchsee, rodeados de bosques. La Línea de la Selva Negra recorre algunos de los paisajes de montañas, bosques de pinos, castillos y pueblitos pintorescos que parecen de cuentos de hadas del sudoeste alemán 10. Por los viñedos del Valle del Rin El pintoresco ferrocarril de la Línea del Valle del Rin serpentea por la orilla oeste del río Rin en la región vitivinícola alemana, a través de bellísimas regiones que son patrimonio de la humanidad. El valle del Rin, que nace en los Alpes suizos y desemboca en el Mar del Norte a la altura de Hoek van Holland, tiene antiguas estaciones de tren para visitar. El itinerario parte de Maguncia (Mainz), donde se puede visitar la Fortaleza de Ehrenbreitstein, levantada en el siglo XVI, y llega a la ciudad encantadora de Coblenza (Koblenz), donde el río Mosela se une al Rin. Tanto los viñedos en las laderas de las montañas como los imponentes castillos medievales de Marksburg, Stahleck, Katz y Maus, pueden disfrutarse con una vista panorámica a través de los ventanales del tren. Esos paisajes impactantes se interrumpen de a ratos por el paso a través de los túneles, para dar luz a una nueva escena que quedará para siempre en la memoria de los turistas. Conforme a los criterios de Conocé The Trust Project

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