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  • Yo soy celosa del fútbol

    » Clarin

    Fecha: 05/07/2024 06:08

    Se está jugando la Copa América, no sé si se enteraron. Obvio que se enteraron, porque nadie no se entera de estas cosas en este país. En un momento pensé que toda la data que manejaba de la Copa América era que un jugador groso erró un penal y lloró. Una ternura. Dan ganas de abrazarlo. Pero después me enteré de que el jugador groso era Ronaldo y que no fue en la Copa América sino en la Eurocopa. Y después pensé, ¿pero Ronaldo no es brasilero? ¿Por qué juega la Eurocopa? ¡Ah! Ese es Ronaldinho. Ah, ¿no juega más? ¿Quién no juega más? Estoy mareada, chicos. No sé si se nota, pero no entiendo NADA de fútbol. No me interesa, no me convoca. Y eso en este país es TERRIBLE. Porque nací en Argentina: el país más futbolero del planeta. Un país donde siempre estamos en crisis. “No hay plata”, nos dicen, pero se juega un campeonato deportivo en Brasil o en Sudáfrica, y hay una cantidad de argentinos inconmensurable. ¿Cómo hacen? ¿Se endeudan? ¿Hipotecan la casa? No importa. Porque nada importa más que el fútbol en nuestro país. Ronaldo, que no es brasileño, lloró luego de errar un penal en la Eurocopa, que no es la Copa América. Admito que soy un poco celosa del fútbol. El fútbol para mí es como esa mina que está buenísima. Y vos estás ahí, charlando con alguien que te interesa, crees que le gustás, que esa persona está copada con vos, hasta que entra esta bomba atómica llamada fútbol a cuadro y te volvés invisible, quedaste en un segundo plano, ya no importás para nada. Así funciona el fútbol cuando estoy con gente a la que le gusta el fútbol y la charla se va para ese lado. Los perdí, ya está. No sé cómo retomar el interés, cómo hacer para que se termine de hablar del temita “fútbol”. Seguramente no lo logre, porque al que le gusta hablar de fútbol, le fascina hablar de fútbol. Y una vez que el tema aparece ya no hay vuelta atrás. Porque nada es más relevante en sus vidas que analizar jugadas, recordar partidos, mundiales. Hay miles, millones de personas en este mundo que cuentan sus vidas por mundiales. “Estamos hace tres mundiales”, contesta más de uno cuando le preguntan hace cuánto está en pareja. Yo misma vivo con uno de estos personajes cuyo humor depende del resultado de un partido. Y a mí, que lo único que me importa del resultado de un partido es saber cómo van a estar los ánimos en mi casa, me embola, detesto. Pero a su vez lo entiendo, porque las pasiones no se eligen, vienen con uno. Y a mí la pasión por el fútbol no me vino en el kit “pasiones”. Sobreactúo un poco durante el Mundial, para no quedar tan rara, pero la verdad podría vivir perfectamente sin que exista el fútbol. Es que para ser honesta, nada me atrae menos que veintidós personas persiguiendo a una pelota. Es verdad que más de uno de esos veintidós está más que fuerte, pero ya no soy target para nada, así que ni eso me ilusiona. También debo aclarar que no me enorgullece ser tan antifútbol. Me deja afuera de la única pasión que une a todos los argentinos. Tampoco soy cholula de la amada Selección Argentina. Sé que tiene un DT de lujo, una épica sin igual, y que son nuestros héroes, gracias a ellos somos campeones del mundo y segundo Francia, pero tampoco soy demasiado exitista, así que esto tampoco me mueve la aguja. Ojo que lo intento, quisiera, pero no me pasa. Me atrae más el cocacolero intentando vender bebidas, que seguir el partido en la cancha. Mi sensación es como cuando era chica y todo mi grado veía “V invasión extraterrestre”, y yo me sentía una extraterrestre porque no lo miraba, y no sabía ni quién era Diana, ni por qué mis compañeros jugaban con la lengua en los recreos. Con el fútbol me pasa eso, pero con un país entero. Banderazo de hinchas argentinos en Houston, ¿cómo hacen para viajar cada vez que juega la Selección? No puedo ser la única. Si bien no tengo a nadie en mi entorno más cercano que comparta esta cero pasión por el fútbol (y por el deporte en general), alguien tiene que existir como yo. Quizás seamos 8. Juntémonos. Acompañémonos, dream team antifútbol. Compartamos esta sensación tan rara que tenemos, de sentir que hay una fiesta de la que nos quedamos afuera. Todos recontra enganchados y nosotros ahí, queriendo disfrutar de algo que cuando no te gusta, no hay manera. Te pido a vos, futbolero o futbolera de alma, que no nos juzgues, que intentes entender: Imagínate lo que es haber nacido por azar (porque nadie decide dónde nacer), en un país donde todos se copan con la danza. La gente ama la danza: en la calle ves pintadas de bailarines grosos, figuritas, remeras, merchandising por todos lados, a algunos los ves con tutú por la calle... Cada cuatro años el mundo se frena porque hay una competencia entre todos los países para ver quién es el mejor bailando. Suspenden las clases, o en las escuelas los grados se juntan para ver “coreos” en la tele. En los trabajos se toma con total normalidad que todo se suspenda para que la gente no se pierda la coreo de Argentina. Y a vos, que nada te interesa menos que ver una “coreo”, tenés que hacer de cuenta de que todo es de lo más normal. Obvio, igual siempre quiero que gane Argentina, en lo que sea. Porque a mí me importará un bledo el fútbol, pero si lograr que una pelota entre en el arco contrario genera tanta felicidad en tanta gente, aunque para mí sea inentendible, la rara debo ser yo. ¿O no?

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