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» La voz
Fecha: 05/07/2024 03:23
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Han transcurrido sólo dos audiencias y el juicio por jurados para conocer la verdad sobre el salvaje asesinato del arquitecto Reynaldo Carlos Flehr (61), ocurrido en Córdoba capital en 2021, ya ha ofrecido momentos de alto voltaje y elementos que pueden resultar trascendentes al final del debate. Este martes se produjo una inesperada declaración de Irina Lourdes Flehr (22): la principal acusada. La joven está señalada, junto con su expareja Leandro Moscarello (29), de haber ideado el plan criminal para matar al arquitecto. Para eso, habrían delegado en tres sicarios la ejecución del asesinato en la casa de la víctima con dos disparos de arma de fuego mientras estaba maniatado a una silla. Irina estaba escuchando el testimonio de su tío en medio de lágrimas que se convirtieron en llanto cuando Dante Ruiz Pérez comenzó a hablar mal de su madre fallecida. Esta y otras cuestiones hicieron que su defensor Carlos Hairabedian levantara la mano y dijera que ella quería declarar por cuestiones importantes para su defensa. Grande fue la sorpresa con relación a dos sucesivas historias de maltrato que, a lo largo de la instrucción, no habían aparecido en sus declaraciones. Irina dijo en la audiencia que su padre la maltrataba, le pegaba cachetadas, patadas y hasta le había partido un palo una vez que la castigó. Reconoció que había sido caprichosa, que se había portado mal y que había sido “despreciante” (sic) con su papá, quien era un hombre bueno, que de más pequeña la mimaba y la cuidaba, pero que de repente comenzó a desatenderla, a controlarla y a enojarse por diversos motivos. Jugada de riesgo. Cuando un testigo estaba declarando, Irina estalló en llanto y eligió ir a declarar. (Nicolás Bravo / La Voz) Señaló que la familia paterna no la tenía en cuenta y que no se preocupaban por ella. Con relación a su padre, indicó que ella rompió vínculo con él cuando dijo que su madre se ponía en “víctima” mientras estaba gravemente enferma de cáncer, un tumor de mama que la llevó a la muerte. El maltrato del padre, según ella, derivó en la búsqueda de protección en Leandro, quien al comienzo de la relación conyugal la cuidaba y la hacía sentir bien. Pero, luego, “Leandro cambió completamente, de nuevo”, aseguró la joven como si estableciera una comparación con lo que decía de su padre. Los maltratos de un hombre controlador parecen provenir de un manual: la engañó varias veces, le hacía reclamos por el celular, le censuraba la intención de enviar mensajes a determinadas personas y empezó a aislarla de todas sus relaciones, según su versión. También le indicaba cómo tenía que vestirse, al punto de que debía usar polleras largas y nunca más pantalones, de acuerdo con su relato. Añadió que los Moscarello son evangélicos y que “las mujeres de ese credo se visten de esa forma”. En otro pasaje, relató que Leandro le cobraba los alquileres de la madre y usaba el dinero para sus emprendimientos y ella sólo podía ir al “súper” para comprar pañales y comida para la hijita de ambos. Tribunal. Marcelo Jaime, Juan Manuel Ugarte (presidente) y Eugenio Pérez Moreno, el tribunal de la Cámara 8ª del Crimen. (Nicolás Bravo / La Voz) “Viví un calvario con mi papá y también con Leandro”, relató entre lágrimas cuando amplió su declaración durante varias horas. Uno la maltrató físicamente; el otro, psicológica y económicamente. Los dos la controlaron, según dijo. No obstante, tuvo algunas expresiones positivas hacia su padre y de arrepentimiento. De igual modo, les pidió perdón a él y a la familia paterna. Añadió que Flehr era un hombre bueno y que ella se había portado mal y que ahora lo veía con claridad. “Yo no he sido una mala persona. Es demencial matar a una persona, tengo una vida armada, tengo una hija chica”, repitió varias veces para explicar que no participó del crimen. Expareja. Leandro Moscarello era pareja de Irina cuando se produjo el crimen. También es padre de la hija de ambos, de 3 años de edad. (Nicolás Bravo / La Voz) Puso también énfasis en que Leandro no la dejaba comunicarse con los hombres y que la tenía encerrada todo el día en la casa. A la par de que no admitía haber participado en la idea de matar a su padre, negó haber estado en reunión alguna en la que se hubiera planificado el crimen. No fue clara al explicar por qué había dicho “es una pregunta muy fuerte” cuando la interrogaron sobre si creía que Leandro y sus amigos habían matado a su padre. Después de varias repreguntas, dijo que creía que ellos podían ser. Luego, añadió que tenía miedo a represalias porque su ex viene amenazándola desde que fueron detenidos. No sólo un planteo de género Sean ciertas o no estas dos versiones de hombres maltratadores, resultan nuevas para la causa. Evidentemente, responden a una estrategia (cierta o no) de salvar a Irina de un veredicto condenatorio que le costaría la prisión perpetua. Evidentemente, su defensor está detrás de los detalles de esta declaración, si bien él asegura que no fue planeado el momento repentino y que no le dijo nada a ella si debía responder preguntas de los acusadores. Hairabedian no es precisamente un cultor de la mirada de género y podría decirse que hasta se opone a este enfoque “moderno”. Con sus 89 años, el penalista despotrica contra esta visión en su cuenta de Tiktok, donde acumula más de 12 millones de vistas. Un hombre apareció muerto y maniatado en una casa en Av. La Voz del Interior al 8000. (Javier Ferreyra) Un gesto de lo que sucedió en la última audiencia lo pinta en pleno con relación al prisma de género. El presidente del tribunal, Juan Manuel Ugarte, le concedió la palabra a la defensora oficial, Alfonsina Muñiz (que asiste a Leandro Moscarello), y Hairabedian se quejó porque él también la había solicitado casi al mismo tiempo. El vocal de cámara le dijo que entendía que le correspondía el turno a la asesora, a lo que el veterano penalista le respondió: “Eso es discriminación”. Ugarte trató de explicarle que le estaba dando prioridad a la mujer, pero Hairabedian lanzó una de sus típicas réplicas: “Discriminación a favor de la mujer”. Pocos pudieron contener la risa. Tras la audiencia en la que su defendida quedó expuesta a las preguntas del fiscal Fernando López Villagra y del querellante Marcelo Touriño, La Voz consultó al defensor de Irina sobre la idea de plantear una cuestión de género. Explicó cuál es su idea, si bien él no comparte la ideología: “Es un planteo feminista, pero yo tengo que defenderla”. “Ella vivía una situación infernal con su pareja y con su padre. Ellos querían imponerle conductas y esos también son ataques a la condición de mujer”, agregó. Más adelante criticó “la dirección que quisieron imprimirle, porque ella estaba en un mundo de hombres”. Sin embargo, el “planteo” defensivo no se agota en la cuestión de género. Hairabedian señala que, “desde el punto probatorio, a ella no pueden instalarla en la planeación del crimen”. Agrega que en la causa no pueden probar que ella haya diseñado el plan criminal y deja trascender la idea de que eso corrió por cuenta de Leandro y de los tres ejecutores, a espaldas de ella.
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