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  • La denuncia anónima contra unos cigarrillos que destapó una presunta evasión con estampillas truchas

    » La voz

    Fecha: 05/07/2024 03:22

    “Compré estos cigarrillos para mi negocio. Son infumables; no me los compra nadie (…) Son todos truchos, hasta los que los fabrican… No sé si son peligrosos, y es por eso que escribo esta carta, para que se haga algo con estos estafadores antes de que le agarre cáncer a alguien”. -- De puño y letra, la carta fue enviada a Delitos Federales y Complejos de la Policía Federal en Córdoba, el 26 de mayo 2017. Junto con la inquietante misiva anónima, dejaron 10 paquetes de cigarrillos cerrados de la marca CJ. El fiscal federal N° 1 de la Capital, Enrique Senestrari, abrió una investigación e imputó a José Luis Balbo Mossetto, Yamila Anahí Raymonda, Facundo Nahuel Ríos Torres, Atilio Eduardo Magni, Franco Pogliotti, Néstor Marino Berardi, Maro Ricardo Rasino y Carolina Rasino. De ellos, Pogliotti, Berardi, los Rasino y Magni fueron sobreseídos. Raymonda (37) y Balbo Mossetto (66) fueron acusados como coautores de falsificación de efectos timbrados (estampillas fiscales), mientras que Ríos Torres (39), fundador de Centro Tabacalera SA (comercializadora de la marca CJ), quedó sospechado como partícipe necesario en el mismo delito. El empresario habría buscado evadir impuestos en la facturación de los cigarrillos con estampillas apócrifas. A pesar de lo que alertaba la carta, la investigación no se centró en la calidad del tabaco, sino en la falsificación o no de las estampillas. Las sospechas sobre la marca de cigarrillos Por encargo de Ríos Torres, de CJ, Magni habría falsificado las estampillas en su imprenta Oceánica (Albre SA), en Villa Carlos Paz. El empresario le habría facilitado la estampilla original para imitar y le habría dado las instrucciones sobre cómo generar las apócrifas. Pero no habría sido el único falsificador. Los investigadores estimaron que entre marzo y mayo de 2018, Balbo Mossetto habría truchado más estampillas fiscales con la ayuda de su nuera, Raymonda. La joven habría realizado los diseños de la estampilla apócrifa en la imprenta Mossetto, en Pozo del Molle. El fiscal solicitó los procesamientos de Ríos Torres, Balbo Mossetto y Raymonda, y pidió el sobreseimiento de Magni por fallecimiento. Sin embargo, el juez federal N° 1 de Córdoba, Alejandro Sánchez Freytes, dictó la falta de mérito de los primeros tres y sobreseyó a Magni. Para Sánchez Freytes, luego de siete años de investigación no se recolectó un nuevo elemento que permitiera probar la vinculación penal de los acusados y las estampillas apócrifas. Sostuvo, además, el criterio de que si bien las escuchas telefónicas son útiles, carecen de valor probatorio independiente, ya que no pueden teñir con características delictivas la interpretación de toda expresión en una conversación. El fiscal apeló. Afirmó que no podía pasarse por alto que la denunciante había adquirido las etiquetas de cigarrillos en Centro Tabacalera y que Ríos Torres había solicitado impresiones de estampillas para agregarlas a los atados. Y consideró que el juez había omitido analizar la contundencia de las intervenciones y su vinculación con los hechos. La Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba revocó la falta de mérito y ordenó los procesamientos. Los vocales ponderaron que las estampillas halladas en las etiquetas entregadas a la Federal eran apócrifas y que la empresa, al momento de los hechos, no se encontraba habilitada para producir, almacenar o comercializar tabaco, según la Afip. Las numerosas conversaciones colocaron a Ríos Torres como responsable de la producción de etiquetas de CJ. En una de las escuchas se refirió a la facturación “en blanco”, en “negro”, el porcentaje de ganancias y los cigarrillos que habrían sido lanzados al mercado con las estampillas truchas. Estampitas, ¿“trucheli”? En un diálogo filtrado, un revendedor le dijo al empresario: “Te conseguí quién te puede hacer las estampitas”. Ríos Torres le respondió: “Dale, dale”. “Un vago que tiene una imprenta… esas estampitas, ¿legales? ¿O vos querés hacer las ‘trucheli’?”. Rápido, el empresario le pidió que no siguieran conversando: “Después te cuento bien; por teléfono no”. Otro de los diálogos que resaltó el camarista Abel Sánchez Torres en su voto principal habría exhibido la presunta utilización de estampillas falsas. En enero de 2018, tras un robo que había sufrido la empresa, Ríos Torres mantuvo una sugestiva conversación con otro hombre: “Me preocupan la estampillas”, le dijo al empresario. “Vamos a tener que declarar que nos robaron”, le respondió Ríos Torres. Su interlocutor le aconsejó: “No dejés las malas ahí, ¿no? No dejés las estampillas, o sea, las cajas que tengan estampillas feas (…). Che y el depósito en ‘B’, ¿está todo bien?”. “Me preocupa el tema de las estampillas –le insistió el hombre–. Ahí le inventamos (a la Policía) que nos robaron todas las estampillas que faltaban. Lo único que no tenemos que dejar nunca más ahí son las estampillas. Andá a saber cuándo nos harán de nuevo para poder volver a laburar”. La Federal se percató de que, a raíz del robo en la sede, en Córdoba capital, las líneas telefónicas de los investigados redujeron su “movimiento” habitual, presuntamente por la investigación en marcha de la Policía de Córdoba. Tanto que al comienzo de una llamada que derivó nuevamente hacia la temática de las estampillas o facturación “en negro”, los investigados acordaron seguir hablando por WhatsApp, ante la sospecha de que las líneas estuvieran intervenidas. En el allanamiento realizado a la imprenta Oceánica (de Magni), se encontraron elementos que “vinculan a la imprenta” –indicó Sánchez Torres– con los trabajos de impresión para CJ. También hallaron una ficha de cliente a nombre de Centro Tabacalera, dos formularios de solicitud de entrega de valores fiscales, firmados por Ríos Torres, y nueve etiquetas identificadoras de la Casa de la Moneda en una caja con estampillas fiscales. “Tales elementos permiten acreditar la existencia de una vinculación entre Ríos Torres y Magni y, dada la dinámica criminal vinculada a la falsificación de estampillas fiscales desplegada con presunta habitualidad por Ríos Torres, no puede dejar de ser ponderadas”, señaló el camarista. Baldo Mossetto y Raymonda habrían recibido instrucciones de Ríos Torres para falsificar más estampillas. Las escuchas giraron en torno de impresiones que, por sus particularidades (forma, logo y colores, esfinge y “República Argentina”, marcas de agua y colores), habrían buscado emular a las originales para sumar a los atados y dar la impresión de que eran genuinas. “Quiero escanear la viejita, la original, porque retocándola con el Photoshop capaz que la puedo sacar mejor. Tenés que ver el tema del color”, le dijo Raymonda a su suegro, Balbo Mossetto. “El color está”, le respondió él. “No sé si se irá a traslucir la marca de agua, pero si la vieja se ve bien, todo eso lo puedo sacar”, agregó la joven. En otro diálogo, Ríos Torres le ordenó a Mosseto: “Comparalo con el original, con el que te dejé”. Para Sánchez Torres y los vocales, Eduardo Ávalos y Graciela Montesi, tanto la imprenta de Magni como la de Balbo Mossetto y Yamilia habrían falsificado las estampillas fiscales.

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