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  • Reino Unido: paliza de los laboristas, derrota histórica de los conservadores e irrupción de una nueva derecha

    » Mdzol

    Fecha: 05/07/2024 02:46

    El Partido Conservador de Reino Unido ha sufrido -probablemente- la derrota más catastrófica de su historia reciente. El centroizquierdista Partido Laborista obtendría 410 -de un total de 650- escaños. Pero, ¿qué ha llevado a semejante resultado? En todo caso, ¿los laboristas ofrecerán solución a los problemas actuales? Según los boca de urna -que en cada elección elabora de forma precisa Ipsos para BBC, ITV y Sky-, detrás del partido comandado -desde hace poco- por Keir Starmer, aparecen los "tories" del primer ministro Rishi Sunak con apenas 131 asientos. Detrás vienen los liberales-demócratas (61), los reformistas (13) y Los Verdes (2). Hay que destacar que el número de bancas no se corresponde con la cantidad proporcional de votos que ha sacado cada partido, ya que en Reino Unido rige el sistema first-past-the-post (escrutinio mayoritario uninominal). En concreto, toda la nación se divide en 650 circunscripciones electorales -cada una elige un diputado para la Cámara de los Comunes- y el candidato más votado de cada circunscripción se hace con el escaño en disputa. Este reparto ha favorecido a los partidos mayoritarios -laboristas y conservadores-, en detrimento de los más minoritarios. Por ejemplo, se cree que al finalizar el escrutinio, el Partido Reformista de Nigel Farage obtendrá tan solo unos puntos menos que el Partido Conservador en el conteo general, sin embargo no podrá transformar ese enorme volumen de votos en bancas, ya que sus electores están repartidos en muchos distritos electorales de manera relativamente uniforme. Esta ha sido una de las grandes críticas al sistema electoral no solo por parte de Farage, sino del resto de los partidos -por fuera del bipartidismo tradicional- porque, en efecto, el apoyo a estas formaciones es cada vez más mayor, sin embargo eso no se ve reflejado en Westminster. A propósito, la irrupción -a último momento- del carismático Farage, representando el espacio de derecha alternativa, terminó de hundir a los conservadores. El líder del movimiento Brexit basó su campaña en denunciar el giro “centrista” de los “tories”, particularmente en lo que hace a la suba de impuestos y las políticas migratorias. Reino Unido, desde hace ya varios años, se encuentra en un estancamiento económico, con servicios en mal estado -como en la salud- y con un grave problema socio-cultural producto de la entrada masiva de islámicos, que está cambiando dramáticamente los modos de vida en lugares tan significativos como algunos barrios de Londres (en los cuales prácticamente no se puede entrar con un crucifijo colgando o las mujeres no pueden estar con pantalones cortos o pollera en las calles). En este marco, es que Farage criticó el actual sistema de votación y, adelantándose a lo que viene, lamentó que su partido tendrá menos escaños que los que "el número de votos debería merecer". "Es probable que veamos un Partido Laborista sin una proporción especialmente alta de votos, pero con un número enorme de escaños", sostuvo antes de los comicios. Y no se equivocó. Farage sabe de lo que habla: a pesar de ser la cara visible del Brexit, intentó siete veces -en vano- acceder al Parlamento británico bajo el actual sistema. Esta vez estará en Westminster, representando a la circunscripción de Clacton-on-sea-, que se encuentra situada en el sur de Inglaterra, uno de los lugares que más ha sufrido la inmigración ilegal. Resta por ver cuál será el rol en adelante del popular político de 60 años. Una opción es que capte -cada vez más- el electorado tradicional de los conservadores, convirtiéndose en la principal voz de la oposición al flamante Gobierno de Starmer. El otro escenario es que su discurso haga girar nuevamente a los "tories" hacia la derecha, lugar que han abandonado en los últimos años (muestra de ello es que el gobierno de derechas que propuso Liz Truss en 2022 tan solo duró 49 días). En todo caso, la izquierda laborista difícilmente logre solucionar los problemas dejados por los conservadores porque, de hecho, estos, desde Boris Johnson en adelante, justamente han cedido en la batalla cultural y económica ante el progresismo-globalismo que predomina en Europa occidental. En otras palabras, difícilmente los que llegan cambien sustancialmente de las políticas básicas de sus antecesores, ya que en buena parte coinciden con ellas. El actual primer ministro Rishi Sunak ha sido tan solo el último bloque de un edificio que ya se estaba cayendo tras 14 años de gobierno "tory" en Westminster. Él ha sido la cara visible y final de una serie de gobiernos conservadores que fue decayendo con el tiempo y que no supo contender contra la influencia progresista encarnada tanto por los laboralistas como los organismos supranacionales. Por el contrario, los 'tories' "purgaron", de una forma u otra, a aquellos que osaron hacer lo correcto. Los resultados están a la vista. Por último, cabe señalar que si bien muchos medios y analistas mencionan al Brexit como uno de los lastres de los gobiernos conservadores lo cierto es que justamente, si hablamos del proceso de salida de la Unión Europea, el fracaso conservador proviene precisamente por por haberlo activado y, aún más, haber fomentado el anti-Brexit, sobre todo en el último tiempo de la mano de Sunak. A favor del último primer ministro conservador hay que decir que logró reducir la inflación (de 11% a 2%). Sin embargo, los salarios están estancados en buena parte del sector laboral y para muchos de ellos es muy difícil acceder a una vivienda, desde hace años. Pero eso ya es historia pasada, a partir del viernes probablemente el Palacio de Westminster tenga un nuevo jefe y se abrirá un nuevo capítulo con desenlace incierto.

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