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» La arena
Fecha: 04/07/2024 08:03
Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, integrantes de “La Banda de los Copitos”, prestaron declaración ayer en el Tribunal Oral Federal 6 (TOF 6), por el intento de asesinato contra la ex vicepresidenta. Mientras la mujer solicitó retirarse porque “no se sentía bien”, Nicolás Carrizo afirmó que no tiene “nada en contra de Cristina”, sostuvo que nunca tuvo “un arma en la mano y no mataría a una persona” y aclaró que “estaba esperando desde hace un montón para hablar” frente al tribunal. “Pensé que esto iba a resolverse antes pero nunca llegaba el día. Por fin llegó y puedo dar mi versión. No tengo anda en contra de Cristina, yo jamás mataría a una persona. Ni loco me voy a meter en algo así. Es por lógica que son chistes”, señaló. En ese contexto, aseguró que quería “pedir perdón” a Cristina Fernández porque “nunca se imaginó” que terminaría involucrado, aunque la causa tiene como principal imputado a Fernando Sabag Montiel. El juicio se lleva adelante en los tribunales de Comodoro Py, donde habrá audiencias todos los miércoles y está previsto que la ex presidenta preste declaración testimonial después de la feria judicial de invierno. “Estaba entonado”. Nicolás Gabriel Carrizo, considerado “jefe de los Copitos” está acusado junto a Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte por el intento de magnicidio perpetrado en septiembre de 2022, cuando Cristina Fernández era vicepresidenta. Lo incriminan una serie de mensajes de WhatsApp en los que se refiere a la organización del atentado. Carrizo fue el último de los tres acusados en declarar. La semana pasada lo hizo Sabag Montiel, quien reconoció que su intención era matar a Cristina y trató de desvincular a los otros dos imputados. Ayer fue también el turno de Uliarte, quien comenzó a declarar pero rápidamente se arrepintió y pidió retirarse. El jefe de Los Copitos contó su historia de vida, describió su emprendimiento como vendedor de copos de azúcar y dijo que conoció a Sabag Montiel y a Uliarte por un grupo de WhatsApp , en junio 2021 y luego les ofreció trabajar como vendedores de copos. Dijo que se enteró por una amiga de que habían querido matar a Cristina Fernández y que había sido Sabag Montiel. “Fuimos corriendo a encender el televisor y ahí estaban las repeticiones de él entre la multitud tratando de gatillar en la cabeza de Cristina. Esa noche dijimos ‘vamos a chusmear que onda’. Lo primero que hicimos fue llamar a Brenda y ella confesó que no lo podía creer. La llamamos de chusma, nomás”. Después de eso, los vendedores de copos tenían miedo de ser relacionados con el atentado pero le ofrecieron ayuda a Uliarte y al día día siguiente dieron una entrevista al canal de noticias Telefé porque creían que serviría para aclarar todo. Pero después supieron que Uliarte les mintió y decidieron presentarse para declarar como testigos. Mensajes comprometedores. Carrizo dejó su celular y cuando fue a retirarlo, quedó detenido. En su dispositivo hallaron mensajes sobre la organización del atentado el mismo 1º de septiembre. “Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo”, “estamos decididos a matarla a la puta ésa”, “Cristina tiene miedo. Salió mal, pero tiene miedo”, “mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional, Andrea. Estuvo muy cerca. Falló el arma. No lo entiendo. Andaba bien”, “mirá, no sé si es una buena noticia, pero el arma con que intentó ponerla no es mía, yo le di un 22 corto... recién hablé con la novia y la tiene ella, así que mañana la vamos a ocultar y vamos a ir a Crónica a hablar”. El dio su versión: “cuando pasó el atentado abrí el celular y salían muchos memes, comentarios, cosas en chiste. Estaba entonado y empecé a mandar mensajes. La idea era que se coman el verso. Tengo ese humor, hacerle creer algo a alguien para que tenga una reacción. La realidad es que no conozco a nadie, les juro que nunca me lo tomé con la seriedad que debería”, argumentó. Y volvió a insistir con una broma. “Es por lógica que son chistes, son jodas que hice. En ningún momento le pasé un arma a ella, nunca le di a un arma a nadie, lo único que quería era que se coman el verso”.
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