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  • Juez-De Loredo, obligados a caminar juntos contra Llaryora

    » La voz

    Fecha: 04/07/2024 05:04

    En un café ubicado a pocas cuadras de sus respectivos domicilios de la zona sur de la Capital provincial, Luis Juez y Rodrigo de Loredo escenificaron hace unas horas la foto con la que decidieron dar impulso y sobrevida a la alianza política que, hasta su conformación en 2021, parecía en extremo inverosímil. Tres años se cumplen próximamente de aquella interna cambiemita que dejó al senador y al diputado de un lado, y a Mario Negri, Gustavo Santos y Mauricio Macri del otro. Lo que luego evolucionó a la “fórmula del fernet” fue, en sus inicios, lo más parecido a una carambola. Juez y De Loredo comparten una convicción de supervivencia: desunidos tendrán cero chances de terminar con la hegemonía peronista que en 2027 cumplirá 28 años en el poder. Esa creencia es más potente que cualquier otro factor. Es una variable/un mandamiento que ha actuado de catalizador para mantener en segundo plano las diferencias; que las hay, como en toda estructura política. La foto de ambos lleva implícitos varios mensajes. Hay, en primer lugar, una ratificación del vínculo político. También un guiño directo al clima de época: “la base está”, fue la frase con la que acompañaron la postal. Ambos fueron categóricos en el apoyo a la Ley Bases. Juez fue más nítido en ese posicionamiento, aliviado respecto de De Loredo, que debe cargar con los costos que conlleva la posición matizada –aunque al final colaborativa– que expresó el radicalismo durante los seis meses de debate legislativo. La referencia libertaria en la comunicación del tándem opositor no parece casual. El oficialismo se encamina a tener que convivir –y, llegado el momento, a competir– con los adversarios a quienes ya les ganó el año pasado tanto en la provincia como en la Capital, pero que, de todas maneras, siguen siendo la principal amenaza al proyecto político que en estos días está cumpliendo 25 años. A ese desafío que se le presenta a Llaryora se suma ahora la propia fuerza del presidente Javier Milei, nuevo y potente actor electoral en la provincia, como quedó reflejado en las presidenciales del año pasado. Juez habló esta semana nuevamente con el Presidente. Y De Loredo cultiva una buena relación con Santiago Caputo, factor clave en la mesa de toma de decisiones del Gobierno. A esos vínculos directos con el ecosistema libertario, se suma la relación con Macri. El expresidente cultiva aún el bajo perfil, pero está muy activo por debajo de la superficie. De Loredo cree que, en el caso de una defección de Milei, el expresidente podría generar centralidad por tener una identidad parecida a la del libertario, aunque sin los modos extremos del “León”. Todas incógnitas Por más señales que emitan Juez y De Loredo, nadie puede asegurar todavía cómo podría decantar un armado opositor en el escenario provincial. Igual, en el oficialismo reina la cautela. Los turnos intermedios han sido tortuosos para el PJ, y 2025 no asoma diferente. Más aún teniendo en cuenta la convicción que anida en filas llaryoristas y schiarettistas: no serán parte de un armado con Milei. En cambio, en la oposición –en el radicalismo, y especialmente en el juecismo– nadie descarta algún tipo de alquimia con La Libertad Avanza. El oficialismo provincial mira de reojo esa nueva y desafiante escena. Llaryora tiene que lidiar, además, con el peso de la gestión, en un contexto de crisis que complejiza todo. Es obvio que, con la nueva puesta en escena, Juez y De Loredo le hablan al peronismo y al “partido cordobés” que construye y busca ampliar el gobernador como respuesta a la necesidad de seguir reinventándose que tiene el oficialismo. Martín Llaryora felicitó a Guillermo De Rivas por su triunfo en las elecciones a intendente de Río Cuarto. (Tomy Fragueiro / La Voz) El amplio triunfo en Río Cuarto fue un aliciente para Llaryora y los suyos. En cambio, para Juez y De Loredo fue una “oportunidad perdida”, según el lamento de ambos, que siguen quejándose todavía del cepo que pesó sobre ellos y les impidió pisar el sur provincial durante la campaña. El próximo lunes, Juez y De Loredo tienen planeado reunir a los legisladores del interbloque de Juntos por el Cambio para reforzar el mensaje de continuidad de la unidad. Esa bancada es la expresión palmaria, y casi excepcional a nivel país, de continuidad de Juntos por el Cambio. Si no hay cambios, la movida será en la Unicameral. Atención oficial Juez y De Loredo tienen todo por definir. El líder del Frente Cívico está relajado porque el año próximo no debe revalidar escaños. Lo inverso le pasa a De Loredo, cuyo camino parece marcado hacia la extensión de su mandato en Diputados, que vence en diciembre de 2025. Es una diferencia sustancial para los movimientos de ambos. El radical no se imagina por fuera del paraguas del partido, y mucho menos si, como dice, espera conducirlo desde septiembre de la mano de Marcos Ferrer, su otro socio provincial. El riotercerense también avala la sociedad con Juez. Marcos Ferrer junto a Rodrigo de Loredo. (La Voz) En el Panal invierten tiempo en reuniones para analizar qué conducción radical podría serles más funcional para lo que viene. La conclusión es obvia: una que enarbole las banderas de la pureza boina blanca y que deseche repetir en 2027 la experiencia de terminar siendo segunda guitarra de Juez. Evitar todos los riesgos posibles e intentar dividir, la fórmula de siempre.

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