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  • Forma y fondo, espejo, desorden y derivas en la abstracción de Natalia Cacchiarelli y Gilda Picabea en el MACBA

    » Perfil

    Fecha: 04/07/2024 02:56

    Este viernes 5 de julio se inauguran en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA) dos exposiciones: “El espejo y el desorden” de Natalia Cacchiarelli y “Deriva Utópica” de Gilda Picabea, ambas curadas por Belen Coluccio con el apoyo de las galerias Tramo y Hache. Desde el segundo subsuelo al segundo piso de la galería ubicada en Avenida San Juan 328, las figuras geométricas, los fondos, a veces difuminados, a veces plenos, el juego con la oscuridad de estas dos artistas llevan a los visitantes de la mano entre dos trayectorias diferentes pero que dialogan. “A finales de la década del ‘90 en Buenos Aires, la renovación de la abstracción geométrica se cuece al calor de los bailes nocturnos. Natalia Cacchiarelli llega desde Bahía Blanca para estudiar pintura y se une a los grupos de artistas jóvenes que organizan muestras en las mesas de los bares. De ese momento inicial, su obra retiene el vértigo de la ciudad, con sus esquinas multiplicadas, y la fascinación por la arquitectura”, señala un fagmento del texto curatorial. Así al ingresar al Museo la primera obra recibe al público lleva de nombre una reminiscencia a Nirvana “As you are”. Esto no les gusta a los autoritarios El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad. Hoy más que nunca Suscribite Natalia Cacchiarelli de la serie Tribeca. Cacchiarelli formó parte de un grupo que se denominó Cero Barrado (“Cero tachado”, explica la artista). Un grupo que se preguntaba por el vacío. La oscuridad. Los noventas. “Somos nueve artistas rodeando un espacio dejado vacío”, detalla uno de los documentos del grupo expuesto en el MACBA. “Envueltos como niños, cocidos, como ciudadanos cocidos a balazos, o cartas calcadas, moldeadas en un cuerpo enfermo y enviadas a destino…”, se lee en otro pasaje de esa especie de manifiesto. Natalia Cacchiarelli Las obras de Cachiarelli son de diferentes épocas, el nombre elegido para la selección, “Espejo y desorden”, implica esa tensión que aparece en la muestra, entre la rigidez y lo difuso. Este binomio también responde a su acción. “Siempre trabajo dos obras a la vez”, conto Cachiarelli en un diálogo con la prensa del que participó PERFIL. Natalia Cacchiarelli “La exhibición recorre las mutaciones de la imaginación formal de Cacchiarelli a lo largo de más de dos décadas y ofrece la oportunidad de relanzar hipótesis de lectura sobre el período entre los años previos al 2000 y el presente. La selección de obra, representativa de sus procedimientos más consolidados -como el reticulado y la repetición de patrones- también introduce la aparición reciente en sus telas de cualidades expresivas. Quien se acerque para ver cómo se abre la pincelada, encontrará que la artista ha dejado visibles los rastros de una pintura anterior que emerge desde el fondo: son manifestaciones del tiempo de trabajo y del cambio de opinión”, señala Coluccio. Natalia Cacchiarelli Por su parte, la exhibición "Deriva utópica" de Gilda Picabea (Buenos Aires, 1974), en el primer y segundo subsuelo del MACBA, ofrece un recorrido por la producción más reciente de la artista en la que destaca el manejo del óleo en gran formato. Las pinturas de Picabea proponen experiencias inmersivas en situaciones ópticas y de despliegue del color. Con su obra, la artista establece una instancia de investigación de los grandes movimientos de la abstracción sudamericana, desde una perspectiva feminista, marca la presencia opacada de las artistas mujeres en su historia. Natalia Cacchiarelli, Belén Coluccio y Gilda Picabea “Fui llegando a la abstracción, no fue una decisión, algo que hacía sobre la tela, que era una acción, fue devolviéndome formas geométricas y ahí empecé a estudiar los antecesores”, contó Picabea. “Lo que a mí me motiva mucho es que me resulta sumamente inquietante el plano y lo que sucede en el plano, las tensiones entre figura y fondo y cuando empiezo a pintar me resulta inquietante a mí”, confesó. “Yo no puedo hablar de que disfruto pintando, el plano me resulta incómodo y trato de que se exprese en todas su capacidades y aparecen la forma y el color como elementos muy significativos para mí”. Gilda Picabea “¿Qué queda marcado en nuestras obras, un espacio o un tiempo?”, se preguntaban los integrantes de Cero Barrado en aquellos años de grunge y menemismo y, cuarenta años después, en el presente, Gilda Picabea invitaba a los periodistas a ver su obra conceptual “Cosa”. “Esa es obvia, ahí dice cosa”, señaló. Los asistentes miraron el cuadro pleno en verde y naranja. ¿Dónde decía cosa? “Las letras están en su ausencia”, aclaró cuando vio al grupo despistado. Qué queda marcado en nuestras obras, un espacio o un tiempo... Gilda Picabea Gilda Picabea La apertura al público general es el viernes 5 de julio a partir de las 12, con entrada libre y gratuita. Estas exposiciones cuentan con el apoyo de las galerías Tramo y Hache, que representan a las artistas, y con la asistencia curatorial de Carolina Berro. Las dos exhibiciones podrán visitarse hasta mediados del mes de octubre de 2024. La trayectoria de las artistas Natalia Cacchiarelli nació en Bahía Blanca, se formó como profesora nacional de Pintura y Dibujo en la Escuela Prilidiano Pueyrredón y asistió a los talleres de Juan Doffo y Adolfo Nigro. Realizó clínica de obra con Tulio de Sagastizabal. Al finalizar Bellas Artes, entre 1996 y 2001, trabajó como asistente e hizo clínica con Pablo Siquier. Entre 1995 y 1999 formó parte del grupo Ø - Cero Barrado, conformado por Pablo Ziccarello, Hernan Salamanco,Veronica Romano, Fernando Brizuela, Max Gomez Canle, Garba, Florencia Vivas, Sabina Alonso. Se caracterizó por realizar muestras en espacios no convencionales fuera del circuito de esa época, como Cemento y Die Schule, montando las obras en mesas de bares y exponiendo de forma anónima. Desde 1994 Cacchiarelli realiza exposiciones individuales en espacios institucionales y galerías. En 2004 presentó Hebras en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca y también en la galería Del Infinito. En el 2005 presentó 22 + 6 + 8 ; en 2011, la exposición Finito y 2014, Simulacro, todas ellas en el Centro Cultural Recoleta. Expuso también en las galerías Del Paseo, Elsi del Rio y Palatina, en el Centro Cultural Rojas, en The Mission Projects Gallery de Chicago y en la Sala de Exposiciones de La Caja de Extremadura de Cáceres. Su última exhibición individual se realizó en 2022 en Smart Gallery BA, bajo el título Muestra número doce. En los últimos veinte años ha participado en numerosas exposiciones colectivas en Argentina, Estados Unidos, Perú, Costa Rica, Uruguay y España. "Antología flotante": se inauguró la exposición de 80 obras de Carlos Bissolino en el Recoleta Gilda Picabea (Buenos Aires, 1974) investiga el movimiento concreto argentino y su conexión con Brasil, así como sus derivas ópticas en Venezuela y sus influencias en el arte contemporáneo. Su objetivo es desencantar la mirada a través de la abstracción, prestando atención a lo que fue borrado, a lo incómodo, a lo ausente. Picabea estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon, Buenos Aires. Asistió a los talleres de las artistas Susana Schnell, Tulio de Sagastizábal, Karina Peisajovich, Cynthia Kampelmacher. Presentó las siguientes exhibiciones individuales: Sucesiva simultánea, Teatro El Círculo, Rosario (2022); 0.21 en la fase de un nuevo comienzo. Intervención Banco Ciudad/ arteba 2021, Arenas Studios, Buenos Aires (2021); Un perfil dibujado en el espacio & Distante, Hache galería, Buenos Aires (2019-2020); Seré feliz, Hache galería, Buenos Aires (2016); INCONCLUSA, Hache galería, Buenos Aires (2014); Ocultamiento / Distancia / Continuidad, Central de Proyectos, Buenos Aires, Argentina (2011), entre otras. En 2021, Picabea presentó La línea roja de Lidy Prati en el Museo Nacional de Bellas Artes (Argentina), un proyecto de investigación, intervención artística y curatorial que realizó sobre la colección de arte concreto del museo, que busca revalorizar el aporte fundamental al movimiento concreto de Prati a través de su intervención en la mítica revista Arturo. Este proyecto se llevó a cabo a través de la Beca Activar Patrimonio 2020 otorgada por la Secretaría de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación.

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