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  • Reino Unido impulsa una explotación petrolera Malvinas para extraer 500 millones de barriles

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 03/07/2024 16:03

    Desde el Foro Patriótico y Popular, su coordinador nacional, Eduardo Lualdi, a través de un documento exclusivo para AIM, recorrió la historia del proyecto británico de explotación de petróleo en las Islas Malvinas y señaló que “La política de Milei-Villarruel, es, en definitiva, la mejor garantía para los británicos y sus socios israelíes en el saqueo de nuestras riquezas hidrocarburíferas”. Hace algunas semanas, se conoció que el Reino Unido impulsa una explotación petrolera en las Islas Malvinas con la intención de extraer 500 millones de barriles. De tener éxito, podría generar millones de libras en regalías que le permitirían consolidar su ocupación colonial-militar en los territorios argentinos. En caso de que el proyecto avance, el gobierno británico acordará con la empresa israelí Navitas Petroleum para la perforación y explotación en Isla de los Leones Marinos, 200 kilómetros al norte de Puerto Argentino. La información agrega: “Se cree que el campo contiene 1700 millones de barriles de petróleo, lo que lo hace varias veces más grande que Rosebank, el mayor desarrollo planificado para el propio Mar del Norte del Reino Unido, que se estima que contiene 300 millones de barriles”, según el diario inglés The Telegraph, consignó que los colonialistas británicos residentes en las islas y en la metrópoli, podrían beneficiarse de millones de libras en regalías e impuestos aplicados a las ganancias. Un proyecto con historia En 1976, el colonialismo británico envió la misión Shackleton al Atlántico Sur-Malvinas, para estudios que confirmaran las riquezas en esta vasta zona de América del Sur. Nos referimos a las riquezas hidrocarburíferas, los nódulos polimetálicos en los fondos marinos, la riqueza ictícola y posibles riquezas en la enorme plataforma continental de nuestro país. El gobierno de María Estela Martínez de Perón, ordenó a la Armada Argentina repeler la incursión británica. Julio Piumato, en una nota en Infobae de abril de 2022, así describe aquellos sucesos. “El pico del conflicto se alcanzó el 4 de febrero cuando la presidente la Nación envió al destructor de la Armada Argentina ARA Almirante Storni, a detener al buque de investigación Shackleton que navegaba a 78 millas al sur de Puerto Argentino, o sea, dentro del límite de la jurisdicción argentina de las 200 millas alrededor de las Islas. Desde el destructor se ordenó: “Detenga las máquinas o abriré fuego”. El capitán del buque británico no detuvo la marcha, se rehusó a recibir un grupo de abordaje o seguir al Storni al puerto de Ushuaia. Apoyado por un avión de reconocimiento marítimo Neptune de la Armada, el destructor realizó varios disparos sobre la proa del Shackleton que, a pesar de ello, prosiguió su ruta hacia Puerto Argentino. El buque argentino no persistió en su accionar, pero siguió a la nave inglesa hasta seis millas, donde finalmente emprendió el retorno. El hecho de que la nave argentina se haya limitado a realizar algunos disparos y que no haya emprendido ninguna otra acción a pesar de su capacidad, es muestra de que el gobierno argentino solo buscaba la ratificación de que no se le reconocían derechos a los usurpadores para incrementar el desarrollo económico de las Islas. Ante los hechos, se sucedieron las quejas británicas ante el gobierno argentino y ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, denunciando la actuación del buque argentino como un ‘peligroso’ hostigamiento contra un buque que navegaba pacíficamente para efectuar ‘un relevamiento científico en la zona’. La Argentina, por su parte, acusó al gobierno británico de haber violado las normas relativas a la jurisdicción marítima. Sin embargo, el enfrentamiento no aumentó y las partes acordaron reasumir rápidamente el diálogo obturado por la arbitrariedad inglesa. El 17 de marzo de 1976, la presidente de la Nación, María Estela Martínez de Perón, convocó al Congreso que decidió por unanimidad que la misión Shackleton había sido un atentado a nuestra soberanía por lo que se decidía desconocer que la Majestad Británica arbitre entre Argentina y Chile las disputas territoriales limítrofes (disposición del gobierno de facto de Lanusse) y se citaba al Canciller inglés a resolver la cuestión de Malvinas en reunión del Congreso ‘a puertas cerradas’ so pena de ruptura total de las relaciones internacionales con Gran Bretaña. Videla, Martínez de Hoz y la asociación con el Reino Unido El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 no solo impidió la toma de medidas ante las pretensiones de los colonialistas, sino que algunos consideramos que la actitud anticolonialista del gobierno de la señora de Perón, tuvo mucho que ver en la decisión de Videla, Massera y Agosti, en producir el derrocamiento del gobierno constitucional. Avala esta posición, la política que Videla y Martínez de Hoz consagraron al colonialismo británico y que se puede encontrar descrita con detalle en la obra de Adolfo Silenzi de Stagni “Las Malvinas y el petróleo”. En esta obra, Silenzi detalla los cinco viajes de Martínez de Hoz a Londres, para garantizar obediencia a las pretensiones británicas. Videla y Martínez de Hoz, aceptaron la política del “paraguas de soberanía” que, posteriormente, en el Acuerdo de Madrid I de octubre de 1989, se impuso como viga maestra de las relaciones militares, políticas, diplomáticas y económicas, entre la potencia ocupante y la Argentina. Los Acuerdos de Madrid fueron negociados por Alfonsín-Caputo, pero, por la salida anticipada del gobierno alfonsinista, fueron firmados por Menem-Cavallo, cuando este era canciller argentino. El Acuerdo de Madrid I definió el paraguas británico de soberanía, tal como propuso a la corona británica Shackleton en 1975, y el Acuerdo de Madrid II, de febrero de 1990, definió, con letra chica, el control militar de una vasta zona de territorio de indudable soberanía argentina. Nos referimos a un territorio de 5 millones de kilómetros cuadrados que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte aspira a colonizar. Esta pretensión incluye a todo el Sector Antártico Argentino y amenaza a nuestra Patagonia, donde los colonialistas británicos cuentan ya con la pista del magnate Joseph Lewis en Bahía Lobos, provincia de Río Negro, en un latifundio de 40.000 ha. El aeropuerto en Río Negro es mayor que el Aeropuerto Jorge Newbery de Buenos Aires, y en él pueden descender aviones de gran porte como los que utiliza la Otan. Desde la base militar de Monte Agradable/Mount Pleasant, la más importante base extranjera en el hemisferio sur del territorio continental, son solo dos horas de viaje. El grupo británico Lewis aspira a construir otro aeropuerto en la estancia de Lago Escondido, sobre la cordillera de los Andes. La secuencia militar Base Monte Agradable/Mount Pleasant-aeropuerto de Lewis en Bahía Lobos-nuevo aeropuerto de Lewis en Lago Escondido, le permitiría al colonialismo inglés (socio estratégico de Eeuu/Otan), desembarcar tropas para dividir el extremo sur continental de la Argentina/Américo del Sur, en cuestión de horas, en vista a una posible tercera guerra mundial que enfrente a las potencias occidentales con eje en Washington-Londres-Tel Aviv con sus rivales imperialistas liderados por China-Rusia. También debe ponerse de relieve el rol de Israel, que es proveedor de armamento moderno al Reino Unido con destino a Malvinas. Su posicionamiento como Estado asociado a la explotación petrolera en nuestros territorios ocupados, no se limita al negocio hidrocarburífero, sino que introduce al Estado de Israel como otro posible actor militar en esta parte del mundo. La empresa israelí en cuestión es Navitas Petroleum. La petrolera de capitales israelíes, confirmó que extraerá crudo del mar al norte de Malvinas desde finales de 2026 a partir de una licencia ilegal otorgada por la administración colonialista británica mal llamada “gobierno kelper”. Según medios especializados en petróleo, el objetivo y el plazo para lograr la explotación petrolera, surgieron de un estudio de la firma de consultoría Netherland Sewell & Associates (Nsai) encargado por Navitas. El informe de Nnsai, afirman esos medios, indicó que la cantidad de petróleo con elevadas posibilidades de ser extraído creció un 11 por ciento respecto del cálculo realizado un año atrás, al pasar de 712 millones de barriles a 791millones. La empresa apunta a una inversión de U$S 1200 millones hasta lograr la primera extracción comercial de crudo, y la producción se realizará a partir de la perforación de 23 pozos. El informe de Nsai, agrega, calcula que el campo tendrá una vida útil de 15 años con una extracción diaria promedio de 55.000 barriles. Navitas está asociada a la empresa británica Rockhopper Exploration Plc para realizar las actividades de exploración. La empresa israelí fue fundada en 2015 y con inicio de operaciones en 2017. En la actualidad, el portfolio de Navitas comprende 14 activos de petróleo y gas, en especial en América del Norte, con operaciones centradas en Houston, Texas (Eeuu) y Herzliya (Israel). La cartera de activos de Navitas Petroleum incluye producción convencional en tierra, como el campo Neches en el estado de Texas (Eeuu) y producción consolidada offshore, como el proyecto Buckskin en aguas territoriales de Estados Unidos en el Golfo de México. Una política a medida del invasor inglés La política exterior de la administración Milei-Villarruel está diseñada a medida de los intereses estratégicos de Eeuu, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte e Israel. Por ello, esta etapa de la desmalvinización es aún más perversa que las ya conocidas, porque usa una supuesta reivindicación del protagonismo de nuestros héroes de Malvinas para hacer pasar su política de sumisión a diversas potencias extranjeras. No hay duda alguna de que esta dupla del Poder Ejecutivo y su respaldo parlamentario, aprueba involucrar a la Argentina en el conflicto entre las distintas potencias imperialistas que hoy disputan el dominio de naciones, pueblos, recursos naturales y vías de transporte y comunicación comerciales y militares. Ese involucramiento estratégico de Argentina al servicio de los intereses de Eeuu/Reino Unido/Israel, desprecia la cuestión Malvinas y redunda en el abandono de los verdaderos intereses nacionales para la principal hipótesis de conflicto de nuestra Nación, que abarca todo el Atlántico Sudoccidental, los territorios australes, el Sector Antártico Argentino y la Patagonia Argentina. Una política que acentúa los peligros de secesión del territorio continental, agregada a la ya existente secesión por vía de la ocupación colonial-militar, de la soberanía argentina en millones de kilómetros cuadrados del Atlántico Sur y la plataforma continental argentina. La política de Milei-Villarruel, es, en definitiva, la mejor garantía para los británicos y sus socios israelíes en el saqueo de nuestras riquezas hidrocarburíferas en Malvinas.

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