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» El Ancasti
Fecha: 03/07/2024 11:27
En las marchas cada vez más multitudinarias que se concretan en varias ciudades de Corrientes para pedir por la aparición del niño Loan Peña, los que participan de ellas mencionan numerosos casos de desapariciones de niños en los últimos años. No son solo generalizaciones: algunos mencionan con nombres y apellidos los chicos y chicas que no están entre su familia y nadie sabe qué fue de ellos. Señalan, además, que no solo es esa provincia litoraleña la que padece este flagelo, sino “todo el NEA”. A partir de tales expresiones es posible conjeturar como una situación de una gravedad inusitada la presencia de redes de trata que sacan del país a los pequeños, en el mejor de los casos con fines de adopción y en el peor para propósitos aberrantes en los que intervienen organizaciones vinculadas a la pedofilia y al tráfico de órganos. Mencionó los empleados en la legislatura Muia pide al Estado provincial que también ajuste sus gastos Se especula que el número de niños, niñas y adolescentes desaparecidos es superior a los 1.777 que constan en los registros oficiales. El organismo encargado de relevar las desapariciones es el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas, pero sus propias autoridades admiten que el registro no está completo ni actualizado a tiempo real. Algunas de las denuncias las recepta la organización Missing Children, que posee una lista de 112 niños y adolescentes desaparecidos en las últimas tres décadas. Un porcentaje importante de los menores que desaparecen luego es encontrado o vuelve a sus hogares si es que el alejamiento fue voluntario. Lo verdaderamente preocupante es el número de los que no regresan ni son recuperados. El problema adicional a la desaparición es la escasa calidad de la información disponible, que no está sistematizada ni mucho menos disponible. Nadie sabe cuántos son. José Serbín, exdelegado en Corrientes y la región del noreste argentino del Comité de Lucha contra la Trata, un organismo nacional encargado de la articulación interinstitucional en materia de prevención, persecución y asistencia a las personas damnificadas en casos de trata y explotación, expresa una perspectiva inquietante: “Lo cierto es que si uno recorre el noreste y noroeste argentino, una región con mucha pobreza y vulnerabilidad social, probablemente haya ‘un Loan’ en cada pueblo. Es mucho más común de lo que creemos, pero lamentablemente hay una gran invisibilidad de este delito”. Serbín, referente de la organización La Alameda, añade que en el caso de Loan “lamentablemente se hizo todo mal y a destiempo. Su búsqueda fue a contramano de lo que establecen los protocolos a los que adhiere nuestro país, que sigue las recomendaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para posibles casos de trata”. En ese contexto, el desmantelamiento de las estructuras estatales que luchan contra la trata dispuesta por el Gobierno nacional desde la asunción de Javier Milei intranquiliza aún más. Es que se sabe que allí donde el Estado se retira, avanza el crimen organizado.n
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