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  • Para despegarse del asesinato de su padre, Irina Flehr salió a jugar sus cartas

    » La voz

    Fecha: 03/07/2024 03:41

    Había comenzado a declarar el primer testigo, el tío de Irina Lourdes Flehr (22), cuando ella estalló en llanto. Su defensor Carlos Hairabedian levantó la mano y pidió que se suspenda el testimonio porque la acusada quería declarar para aportar detalles importantes para su defensa. Fue intensa la segunda audiencia de este martes en el juicio por jurados que se celebra en la Cámara 8ª del Crimen de la ciudad de Córdoba para analizar el asesinato del arquitecto Reynaldo Carlos Flehr (61) durante los últimos minutos del 28 de diciembre de 2021 en su casa de Los Boulevares. Allí fue hallado al día siguiente por su cuñado, quien entró por pedido de la Policía y se encontró con Flehr atado a una silla y ejecutado de dos balazos. La acusación dice que allí entraron David Silvestre (25) y Samuel Moscarello (27) y serían los ejecutores del crimen junto a David Suárez (26) que esperaba afuera en el Ford Ka del primero y hacía de campana. Pero, además, los autores ideológicos del crimen por encargo serían nada menos que Irina y quien era su pareja, Leandro Moscarello (29, hermano de Samuel). Testigo en el juicio, Ruiz Pérez, casado con la hermana de la víctima, expuso en todo momento la mala relación que tenía Irina con su padre y toda la familia paterna. Relató que su cuñado era una buena persona y contó varios episodios en los que ella era rebelde o lo trataba con desprecio. El testigo fue categórico al indicar que fue él quien esa misma tarde les señaló a los investigadores que la hija del arquitecto podía ser la responsable del crimen. “Busquen por Irina. Él tenía un calvario. Para mí ahí está la punta del ovillo”, recordó lo que dijo minutos después de descubrir el cadáver. Sobre ese hallazgo, aclaró que sólo lo vio en milésimas de segundo: “El televisor estaba al máximo de volumen, no había desorden. Fui al dormitorio, estaba la puerta abierta y vi ese horror y ese espanto”. El policía le preguntó si estaba seguro de que lo habían matado o si había sido un suicidio, pero él respondió: “No, está atado a una silla”. Ideólogo. Leandro Moscarello, expareja de Irina Flehr, está señalado como el autor del plan criminal para asesinar al arquitecto. (Nicolás Bravo) El testimonio siguió abundando en las muestras de la mala relación de padre e hija y particularmente en acciones de Irina en contra de su padre. La joven acusada seguía la declaración mientras secaba sus lágrimas. Escuchó que su tío decía que ella había echado al padre de su casa, otros supuestos desprecios y la suposición de que su madre (fallecida) la había predispuesto para entorpecer el vínculo con su padre. La joven estalló en llanto cuando el testigo declaró: “No quiero hablar mal de los muertos, pero la madre de Irina era mala persona”. Jugada de riesgo Hairabedian reaccionó y dijo: “Quiere declarar en este momento” y pidió desocupar de inmediato al testigo para “esclarecer” la situación de la acusada. En realidad, el tribunal dispuso suspender la declaración y dar paso a la palabra de Irina. Se le aclaró que estaba haciendo un ejercicio de su defensa, se le preguntó si también quería responder preguntas, a lo que dijo “sí”. Toda una jugada arriesgada para una joven que hasta hace poco tenía manejos caprichosos, según ella misma reconoció. Ella y su defensor se jugaron a exponerla a las preguntas de los acusadores, fiscal y querellante. Querellantes. Marcelo Touriño asiste como querellante a la mamá de la víctima, Ramona Roquier. (Nicolás Bravo / La Voz) Su declaración no tuvo grandes fisuras, si bien tampoco fue contundente a la hora de transmitir su postura y hasta tuvo algunos puntos endebles. Irina expuso algunos hechos nuevos, desconocidos para la instrucción. Por primera vez habló del maltrato que sufría de parte de su padre, que la golpeaba, le pegaba una cachetada por un aplazo, por un plato mal lavado o por cualquier motivo. También aseguró que una vez le partió un palo al golpearla y en otra ocasión fue llevada al Instituto del Quemado porque su papá le arrojó agua hirviendo durante una discusión. Ella aseguró que ocultó lo sucedido a los médicos que le preguntaron cómo se había quemado el brazo. También se quejó de su padre porque no la consideraba y porque no la había acompañado en su maternidad, desconociendo a su hija que hoy tiene 3 años. En otro tramo de su declaración, Irina dijo que su papá era un hombre bueno, que le hacía mimos en otra época, pero que no sabe qué le pasó de repente que empezó a tratarla mal. El querellante Marcelo Touriño marcó eso como una contradicción. Cada tanto, el presidente del tribunal, Juan Manuel Ugarte, con amabilidad le recordaba que estaba declarando en su defensa, que no subestimara eso y que podía responder lo que le parecía o abstenerse. Ella estaba sola en ese trámite y su defensor ya no podía ayudarla. Acaso, mucho dependa de ese trámite la impresión que causa a un jurado popular que debe decidir si la condena a prisión perpetua. Tribunal. El presidente Juan Manuel Ugarte, flanqueado por sus pares Marcelo Jaime y Eugenio Pérez Moreno. Atrás, el jurado popular. (Nicolás Bravo / La Voz) Más adelante, Ugarte la consoló y esperó que se repusiera cuando parecía estar al borde de un espasmo de sollozo, mientras relataba los maltratos que sufría de su padre. A la par, el vocal debía lidiar con las personalidades “fuertes” de Hairabedian y Touriño que insistieron en chocar una y otra vez ante algunas preguntas del querellante a la acusada. El otro elemento nuevo, de la declaración fue el maltrato que dice haber sufrido de parte de su expareja (se separaron después de caer detenidos). Dijo que Leandro Moscarello, la maltrataba, la abusaba y le manejaba el dinero que obtenía de los bienes que le había dejado su madre. Había señalado que con su papá vivió “un calvario” y que por eso se refugió en Leandro. Pero luego dijo: “Leandro cambió completamente, de nuevo empezó a cambiar”. Así se refirió a lo que ella parece haber vivido como una repetición. Acusado. David Silvestre es asistido por el defensor público Hernán Franco Pappa. (Nicolás Bravo / La Voz) Por eso, Irina se quejó porque había sufrido maltrato físico con su padre y después lo sufrió con Leandro, de manera psicológica. Amenazas y estrategia Todo un tema aparte fue la respuesta a lo que ella había declarado antes del juicio durante una entrevista de ElDoce, donde respondió que era “una pregunta muy fuerte” si creía que su expareja y sus amigos habían asesinado a su padre. En el juicio tuvo muchas evasivas al referirse a esa cuestión. Finalmente, dijo que Leandro la amenazaba.

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