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  • Pim Pau: “Jugar no sólo es cosa de chicos”

    » La voz

    Fecha: 03/07/2024 03:40

    Hay un idioma universal que no es la música. Un lenguaje preverbal hecho de balbuceos, ruiditos, vocales estiradas y onomatopeyas; el sonido de un niño en acústica con el universo. Algo de ese lenguaje primario está en la esencia del trío musical infantil Pim Pau, que el domingo 7 de julio llegará a Córdoba para celebrar sus 10 años en el Espacio Quality. Está en sus canciones (Umacapiruá, Tucumpá, upalelé) y en el nombre, que resuena con los primeros fonemas consonánticos con los que aprendemos a jugar: la “p” de papá, la “m” de mamá. “Partimos del ejercicio de observar a las infancias en las escuelas, primero como docentes y luego en casa cuando nacieron nuestros hijos. Esa observación retroalimenta”, explica Eva Harvez, bailarina, coreógrafa y una de las voces del grupo, que se completa con Cássio Carvalho (artista visual, compositor y músico brasileño) y Lucho Miloco (músico y docente santafesino). Pim Pau surgió en YouTube con videoclips que no son simples ilustraciones de canciones pensadas para embobar chicos, sino que proponen dejar la pantalla y sacudir el cuerpo. Con tres discos grabados (Recreo, Corazón de crianza y UPA) terminaron de darle forma a un proyecto que explora desde lo musical otros intereses, donde la pedagogía, a través de talleres para docentes, es la piedra de toque para un nexo social, estético y político. Eva tiene 40 años y dos hijos con Cássio: una niña de 9 y un niño de 7. “Pim Pau nació un poco antes de que nosotros seamos mamá y papá. De alguna manera, fue como construir una gran familia, desde nuestra amistad con Lucho”, dice Eva por teléfono desde el barrio porteño de Caballito, donde vive. “No separo al proyecto de las personas que somos, porque lo que hacemos tiene que ver con nuestras inquietudes, con nuestras miradas frente a la vida. Hay una conjunción de amistad y deseo nutrida por una mirada sobre el arte en la educación”, agrega. Pim Pau actuará en Córdoba en estas vacaciones de invierno. –Desde hace varios años abandonaron las aulas y se vinculan con la escuela de otra manera, vos como madre o a través de talleres a docentes. ¿Cómo ves la escuela hoy? –Nuestros hijos van a la escuela pública y también van al Instituto Vocacional de Artes de Caba. La vemos resistiendo, luchando por seguir dando propuestas de calidad. La escuela sigue siendo un lugar de encuentro en donde se escucha y se recibe a las familias. De nuestra experiencia de privilegio de poder viajar por América latina, vemos que la educación pública argentina es ejemplar, es un gran valor que tenemos como pueblo, por eso hay que defenderla y transformarla, para que no haya practicas mortificantes y den ganas de estar. –¿Qué aporta una visión como la de Pim Pau al sistema educativo que puede verse afectado por la desigualdad o la repetición sistematizada de conocimientos? –Nuestro aporte es revisar qué pasa con nuestros cuerpos, no sólo de los niños y las niñas que ingresan a un sistema escolar sino también el de los docentes. Qué pasa cuando un cuerpo se institucionaliza. Cuánto se condicionan, cuánto se aplacan ciertos sentidos por ponerse al servicio de la lectoescritura, del lenguaje más académico, incluso en clases de música, donde a veces se reduce a aprender una canción o a tocar la flauta. Qué les sucede a nuestros cuerpos cuando sólo apuntamos a desarrollar el sentido de la visión, al sentido de la escucha, pero desde un lugar pasivo. La propuesta de Pim Pau es aprender a través del juego en todos los ciclos y no sólo en nivel inicial. Nos ocupamos de generar propuestas que invitan a despertar el cuerpo, en la escuela en los recreos, en los espacios de trabajo, entre los docentes. –¿En qué momento los adultos nos olvidamos de jugar? –Trabajando con docentes vemos una necesidad muy fuerte de poder encontrarse con el juego. A través del juego se subliman muchas cosas, una manera que el juego resiste en los adultos es a través del humor, por ejemplo. Hay un adormecimiento que no es ingenuo, tiene que ver con un sistema que te va dejando cada vez menos posibilidad y espacio para jugar. ¿Cómo hago yo, en mis espacios de trabajo para poder conectar con el juego? porque después me tengo que encontrar con las infancias y si yo no me encuentro honestamente con el juego no voy a poder convocar. –En las infancias, el espacio para jugar ¿surge del aburrimiento o de las propuestas de los adultos? –Vivimos en un momento en el que parece que las personas adultas tenemos que ser muy productivas y necesitamos que nuestros hijos estén entretenidos permanentemente. No se puede reflexionar acerca de qué pasa con los niños sin preguntarnos qué nos pasa a los adultos con esos espacios de vacío, de silencio. Hay poco espacio para aburrirse porque siempre hay un estímulo que te completa, que aparece para llenar esa falta. Cuando los pibes comienzan a decir “me aburro, me aburro, me aburro”, bueno, Ok, aburrite y vemos qué pasa, dentro de las posibilidades para cada familia. Como adultos estamos acostumbrados a llenar esos espacios. Y creo que esa actitud tiene que ver con la época, con la sobre-comunicación. –Tienen más de 540 mil suscriptores en YouTube, las plataformas de alguna manera fueron un gran impulso para la banda ¿Cómo se hace para construir sentido desde las pantallas cuando la propuesta es prescindir de ellas? –En 2014, trabajando en el aula, veíamos la fuerte incidencia que las plataformas tienen en la sociedad. Existen, son una realidad, están cambiando la vida de las personas, cómo hacemos para tomarlo como una herramienta y no como un fin. Empezamos a pensar en cómo poder generar un contenido que escapara a una mirada mercantilizada de la infancia. Pim Pau surge primero como un proyecto audiovisual, mucho antes de tener un disco. Queríamos un contenido que no estuviera saturado de estímulos, tratando de evitar ese efecto hipnotizante, sino que lo que convocara fuera el ritmo, las sonoridades y el juego, ya sea desde el cuerpo o con objetos que estén al alcance. Desde entonces hacemos eso; audiovisuales que nos inviten a prescindir de la pantalla, que las familias o las maestras que estén viendo puedan tomarlo y readaptarlo. Show en Córdoba Pim Pau vuelve a Córdoba en estas vacaciones de invierno. Se presentan el domingo 7 de julio, a las 17.30, en Quality Espacio (Av. Cruz Roja 200). Entradas a la venta en qualityespacio.com

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