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» Clarin
Fecha: 02/07/2024 20:26
Javier Milei arremetió nuevamente este martes contra Luiz Inacio Lula da Silva, al que volvió a tratar despectivamente como un “comunista” y un “corrupto”, a la par que insistió con que Luis Arce montó un “autogolpe” en Bolivia, teoría que, curiosamente había lanzado originalmente Evo Morales. Ahora, a la luz de las interminables peleas personales del Presidente Milei con otros jefes de Estado y de su decisión de no concurrir a una cumbre del Mercosur para evitar cruzarse con Lula (el último presidente argentino que no pudo ir a una cumbre del bloque fue Fernando de la Rúa por la crisis de diciembre de 2001) y, por el contrario, dar presente en una conferencia de conservadores en Brasil, que encabezan los Bolsonaro, enemigos del presidente de Brasil, la situación preocupa notablemente a las diferentes fuentes consultadas en la región. Milei repite el esquema con Pedro Sanchez en España, arengando por Santiago Abascal e insultando al jefe del Gobierno de turno, independientemente de las críticas que le profirieron el español y Lula durante la campaña presidencial de la Argentina. Pero ahora la situación local inquieta porque se desconocen aún las consecuencias de estas iras presidenciales en un mundo en realidad tan polarizado en el que lo institucional pierde crédito, y pareciera no haber límites para decirle lo que sea a un jefe de Estado como el de Brasil o España. Por otro lado, la Argentina sigue tan aislada y empequeñecida como lo estaba a diciembre de 2023. Para el caso, las numerosas fuentes consultadas pusieron como ejemplo el hecho de que Milei haya tenido éxito con su Ley Bases en el Congreso y, sin embargo, el mercado le baja el pulgar a las medidas que anuncio su ministro de Economía. "La inestabilidad persiste", remarcan los analistas. La popularidad que cobró el presidente argentino en el mundo Occidental como influencer anti socialista y como promotor del ultraliberalismo, no se condice en absoluto con el poder ni el peso del Gobierno ni del país para torcer el rumbo de los hechos en materia de política exterior. Se vio, recientemente en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde Argentina quedó en una posición minoritaria, ultra conservadora junto a El Salvador y Paraguay, anfitrión. Según pudo saber Clarín, la situación generó una advertencia del gobierno estadounidense, y un llamado público del represente de Joe Biden ante la OEA, Frank Mora, que pidió a la delegación argentina, no “hacer un show” en la asamblea. La postura de la Argentina en esa cumbre llamó la atención, además, porque los debates en lugar de estar dominados por la canciller Diana Mondino o la embajadora en OEA, Sonia Cavallo -a quien se la vio perdida- los llevó adelante la abogada impuesta por la Casa Rosada en la Cancillería, Ursula Basset. Luego, Argentina intentó incorporar al Comité Jurídico Interamericano (CJI), uno de los órganos más importantes de la OEA, a la abogada Jimena de la Torre, que quedó fuera frente al chileno Claudio Troncoso; al guatemalteco, Gabriel Orellana Rojas y al estadounidense Nienke Grossman. Rara vez un argentino podría quedar fuera de una de estas instancias por el peso del país en el organismo. En el caso de la cumbre del Mercosur, el diputado del PRO Fernando Iglesias preparaba para llevar junto a Milei un plan antimafia regional, con el que ahora, por la ausencia del mandatario, deberá morder el polvo. “Silla que no se ocupa, la ocupa otro”. Hasta este martes los presidentes del bloque no hicieron comentarios sobre la ausencia del argentino en la cumbre del bloque regional, al que curiosamente dejó de castigar al asumir al frente de la Presidencia y hasta promovió un entendimiento comercial del bloque con la Unión Europea. La ausencia de Milei desconcierta también para el camino que inició Argentina en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y la pregunta es si también pegará un faltazo a la cumbre del G20 prevista para noviembre en Río de Janeiro. Allí el anfitrión será Lula. Como Presidente, Milei nunca viajó por la región, ni se comunica con sus presidentes. Apenas mantiene una relación con Santiago Peña, y nunca aceptó el convite de Luis Lacalle Pou a reunirse en la Estancia de Anchorena en Uruguay. Es decir, no tiene roce ni con quienes puede tener afinidad. Solo le dio presente a Nayib Bukele del El Salvador, en su reciente toma del poder por segunda vez. Fue en ese tren que este fin semana, y tras una relativa calma en sus iras contra Gustavo Petro, Andres Manuel López Obrador, Pedro Sanchez y Lula da Silva, es que arremetió por doble partida contra el presidente de Brasil, con el que deberá convivir estos años de gobierno, sin contar el peso económico y comercial de del principal socio de la Argentina. Y también cargó contra su par boliviano, que administra el gas que llega a la Argentina. La inesperada pelea de Milei con Arce causó preocupación en el Ministerio de Seguridad, en momentos en que la cartera comandada por Patricia Bullrich buscaba seducir a sus contrapartes en La Paz sobre la necesidad de encarar una conversación real y seria respecto a la presencia militar de la República de Irán en la frontera con Argentina.
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