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» DiarioWeb
Fecha: 02/07/2024 11:13
Juan José Guzmán Olivera, con más de una década en Alemania: “Santiago es mi lugar, donde vuelvo cada año” Es un hecho que la vida siempre va planteando nuevos desafíos para quienes quieran desarrollarse y crecer de acuerdo a sus objetivos. Este camino muchas veces lleva a destinos diferentes o que en principio no habían sido tenidos en cuenta. A través de las páginas de esta sección hemos ido dando a conocer distintas historias de santiagueños que, en busca de darle forma a sus proyectos y sueños, han recorrido partes del mundo que, en ocasiones, no estaban en sus planes. En esta edición conoceremos la historia de Juan José Guzmán Olivera, quien vive y desarrolla su actividad en Alemania, siempre con Santiago del Estero en su corazón. “Mi nombre es Juan José Guzmán Olivera y vivo desde 2012 en la ciudad de Passau, Alemania. Actualmente, trabajo como funcionario en la Agencia Federal de Empleo Alemana (Bundesagentur für Arbeit)”, destacó Juan José, antes de entrar de lleno a la entrevista. —¿Por qué decidiste irte del país? —Porque en su momento tenía una novia alemana que estudiaba aquí en Passau en 2009 y yo estaba estudiando abogacía en la Universidad Católica de Santiago del Estero. En aquel entonces, conocí a mi exnovia y a su grupo de amigos. A partir de ahí, comencé a interesarme por la cultura alemana y me surgió la idea de realizar un intercambio universitario a través del convenio establecido entre la Universidad de Passau y la Universidad Católica. —¿Con qué tipo de sociedad te encontraste? —Cuando llegué a Alemania, lo primero que llamó mi atención fue el encontrarme con una sociedad bastante organizada y estructurada. La sociedad alemana es compleja y diversa, influenciada por su historia, su economía, y su posición en Europa y el mundo. En el transcurso del tiempo pude notar que es un país multicultural con una población compuesta por personas de diversas etnias y orígenes. Aquí quiero destacar que la inmigración ha jugado un papel significativo en los últimos años, especialmente con la llegada de refugiados y migrantes de diversos países. En resumen, me encontré con una sociedad que es dinámica y en constante evolución, y que está marcada por una rica diversidad cultural, un fuerte compromiso con la justicia social y el bienestar, y una participación activa en la vida cívica y política. —¿Qué es lo más difícil de estar lejos y qué es lo más sencillo de estar lejos? —Lo más difícil de estar lejos es aceptar que uno no puede estar presente para los acontecimientos que considera importante como, por ejemplo, cumpleaños de alguien de la familia, un bautismo o las fiestas de fin de año. En mi caso, tuve a mi padre enfermo durante 2 años y solo pude acompañarlo menos de un año hasta su fallecimiento. Pienso que muchas veces uno no es consciente al 100% de que este tipo de situaciones pueden ocurrir y por eso quería compartirla con ustedes. —¿Cómo fue la adaptación? —Con respecto a la adaptación, tuve muchas dificultades, ya que aquí las costumbres y los horarios son completamente distintos comparados con Argentina. Por otra parte, haciendo referencia al aspecto social, aquí la gente es muy cerrada al principio cuando no te conocen. En general, el alemán es una persona fría y distante. Sin embargo, debo reconocer que cuando ellos ven que te esfuerzas por interactuar con ellos aunque no domines el idioma, ya sea para pedir ayuda o simplemente para conocerlos, reaccionan de una manera más cálida y se muestran amables.
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